Por Coraza
Año 2008. En la ciudad de Filadelfia en Pensilvania, Estados Unidos, comienza la historia de I AM THE TRIREME, una banda que comenzó tocando metalcore y que después evolucionó en black-death metal melódico. Después de 7 años, durante los cuales llegaron a publicar hasta 4 EP’s, en 2015 sale a la luz su primer y oscuro disco de larga duración.
Empecemos.
Desde las primeras notas ya se percibe una guitarra increíblemente melódica, una batería rápida como en viento invernal y una voz gutural grave. Mediante la alternancia de velocidad, una guitarra con sonido acústico entre la tralla más dura, unas composiciones de orquesta mezcladas con un metal muy extremo y graznidos de cuervo, termina el segundo tema y el tercero lo precede.
La tercera canción empieza con varios tambores y otros instrumentos de percusión. Más adelante tiene lugar un solo de bajo. Estos elementos hacen que me olvide de las letras tristes y agresivas que contiene el cd y de la brutalidad de este subgénero. Del mismo modo, la siguiente canción contiene hacia el final una orquestación breve pero que encaja perfectamente, sin necesidad de vaselina. ¿Y la quinta? Empieza con otra guitarra acústica y luego sigue tan oscura como cualquier otra canción de black metal, con un toque teatral y melódico sinceramente bello.
Esta banda no es una cualquiera, no me los imagino tocando en un antro cualquiera gritando «Satán», como si no supieran decir otra cosa. La siguiente canción resulta sumamente relajante. Ascending Into Oblivion nos lleva allí precisamente, en volandas y escuchando una melodía deliciosa. Tal vez nos acompañe la chica de la portada moviendo sus cuernos como si fueran trirremes en una nave fenicia rumbo a un lugar más tranquilo que el nuestro.
Una canción más y el disco se dispone a terminar con un tema doble: Tamerlane. Antes de que llegue el final, un solo largo en una canción bastante extensa nos prepara para 11 minutos de Odín sabe qué.
Lamento spoilear que lo que hay al final es el final, y ya está. Otra canción que termina con un toque de violín y piano, como si se tratase de una gran ópera italiana en vez de un disco de metal extremo.
Para concluir, este disco contiene una mezcla de metal extremo y orquesta. Ahora queda en manos de la gente que opine si le gusta o no. Respecto a lo que opina este servidor, me gusta la originalidad y me encantan los instrumentos clásicos. Estos músicos me han sorprendido y me ha encantado escucharlos. Si te gusta el metal extremo, dales una oportunidad, Coraza te los recomienda.