Crónica: Pilaria Shephard
Aquella noche iba a ser oscura. Ya desde Murcia se notaba como las nubes se volvían algo densas sobre la Sala Babel en Alicante. Y es que el Black Metal pensaba apoderarse de las almas más débiles en esa velada oscura, tétrica y musical protagonizada por STORMLORD, VOLTUMNA, MORTIS CRUENTUS y LICURGO.
LICURGO
Para no variar la costumbre por culpa del horario universitario y laboral, nos vimos obligados a llegar tarde y con ello a perdernos prácticamente la mayor parte del concierto de los blackmetaleros alicantinos, LICURGO. No obstante, pudimos comprobar su oscuridad un rato con los tres últimos temas.
Con “Kill”, LICURGO continuaba su repaso a su último disco: “Flames” de 2014. “Kill” sonaba violento, agresivo y gracias a la amplitud media de la sala el sonido no terminaba de quedarse encerrado entre las cuatro paredes permitiéndonos algo de “limpieza” en el sentido de que no sonaba embotellado.
Cagándose “
en Dios” y con su peculiar indumentaria, el guitarra y vocalista REDACREM daba paso al siguiente tema “
Anti Human” con una risa curiosa que nos sumergía en la vorágine de velocidad, fuerza y voz rasgada que caracterizaba a este tema. Sin embargo, no pudo evitar llamarnos la atención el hecho de que tuviera un atril con las letras a pesar de que dicho tema estaba compuesto en su mayor parte por gritos desgarradores.
Después de la exhibición del batería, Lord Deimos entrábamos de lleno en el coletazo final de su setlist: “Triumphal March”. Tema dónde vimos a unos miembros más animados, aunque debemos de admitir que el más “alegría” tenía en el cuerpo y se movía era el bajista Ollill Ziur con aquellos clavos que amenazaban con sacarnos un ojo.
Y tampoco debemos obviar que a los muchachos les faltó algo de interacción con un público que no estaba tampoco en su mejor momento. Y así, sin un “adiós”, ni un “hasta luego”, LICURGO abandonaba el escenario dejando tras de sí su pertinente dosis de oscuridad.
MORTIS CRUENTUS
Los que sí interactuaron fueron
MORTIS CRUENTUS. El otro grupo alicantino de Black Metal invitado para acompañar a las dos bandas italianas. Sin embargo, había una cosa fuera de lo normal: seguían sin vocalista y por ello Rubén Picazo fue el invitado para ocupar dicho puesto. Y lo hizo derrochando personalidad, carácter y habilidad a pesar de contar con las letras para leerlas.
Con una intro inicial y un humo gratuito, desde aquí aprovecho para decir qué ¡LOS FOTÓGRAFOS ODIAMOS EL HUMO!. Queda guay en directo pero para las fotos es un por saco… sigamos: entre humo aparecían entonces los integrantes de MORTIS CRUENTUS con su vocalista invitado y saltaban a la acción con “Omaha” de su EP “Winter Holocaust” de 2013.
Con la mirada clavada en las letras se pasó Rubén Picazo los primeros temas: “Hour Of Revolution”, “Black Dreams” y “Between” para después abandonar esa visión y centrarse en dar lo mejor de sí y sorprender a un público algo escaso pero que parecía estar disfrutando. Y me atrevo a decir “parecía” porque el movimiento era algo escaso en sus cuerpos.
La noche proseguía y aunque David Carillo decía que tenían “un problema” en un abrir y cerrar de ojos fue resulto y su guitarra continuó haciendo lo que mejor sabía: Black Metal. Y los problemas se disiparon pronto para dar a luz a “Creator” dónde la fuerza, la potencia y la percusión de fusionaban para destilar rabia en todos los sentidos con un tema directo.
MORTIS CRUENTUS no suspendía en cuanto a movimiento. Los miembros y el invitado Rubén Picazo se movían de un lado a otro y nos regalaban movimientos de headbanging haciendo que su presencia fuera totalmente notable. Aunque no faltó algún que otro: “¿Estáis Ahí?”. Quizás con la intención de resucitar a un público que en su mayoría parecía estar formado por cadáveres.
Además, continuando con el show, se informó de que andaban buscando cantante después de que su vocalista Débora abandonara la formación después de 3 años hace unos meses. Sin embargo, a pesar de esa marcha llegó una sorpresa con “After Dusk” ya que la mujer se subió al escenario y se marcó un dúo espectacular con Rubén demostrando ambos su capacidad y ofreciéndonos un delicioso contraste de voces.
A punto de acabar su concierto, MORTIS CRUENTUS soltaba otra pullita amistosa al inanimado público: “No se ve que lo estéis pasado muy bien”. Y así, con ese sabor quizás algo agridulce por su parte y provocado por el público sonaba “Winter Holocaust” y “The Forest Gump” para cerrar un show de 10 dónde MORTIS CRUENTUS aprobaron con la máxima nota.
VOLTUMNA
Los gritos desgarrados habían despertado a las bestias. Y esas bestias eran el toque máximo de Black Metal del festival: los italianos VOLTUMNA. Pintados con el habitual “corpse paint” y vestidos con túnicas negras, los etruscos fueron recibidos por un público que aumentó notablemente en número y se presentó algo más animado. Pero tampoco sin pasarse. Así abrían con “Teofagia” de su último disco de 2015 “Disciplina Etrusca” que sería recorrido en su setlist.
“
Bringer Of Light” entraba de forma directa, sin pausas y sin aditivos. Golpeando nuestras mentes y atravesando nuestros oídos hasta adentrarse en nuestro cerebro con sus ritmos algo cambiantes de guitarra y batería. Eso sí, con un toque algo más siniestro gracias a las líneas orquestales conseguían salirse quizás un poco del concepto cerrado de “Black Metal” ofreciéndonos sonidos clásicos con un toque diferente.
La cosa proseguía con “Prophecy Of One Thousand Years” y “Lord Of Mayhem”. Temas dónde las guitarras destacaban con esos riffs tan conocidos del Black Metal y las voces desgarradas de su vocalista tirando a raspadas. Sin embargo, el máximo protagonismo en el escenario se lo quedaba el bajista que se quitaba la camiseta (sorprendiéndome porque nunca había visto a un blacker quitársela) debido a su constante derroche de energía sobre las tablas de la Babel.
Con un sonido que no sonaba para nada embotellado, el público parecía animarse algo (aunque no demasiado) con “Tages, Born From The Earth”. Un tema que sonó algo más constante aunque con alguna que otra variación durante la interpretación del mismo. Pero, lo bueno no tardó en llegar: uno de los momentos clave de la noche. La cover por parte de los etruscos de “Black Metal” de VENOM. Una canción que hizo revivir al personal que habitaba la sala y que por primera vez en la noche se permitía menear algo la melena y el cuello en favor un tema que no fue perfecto, pero sí entretenido y sobre todo un clásico.
Del calor del público disfrutaron poco
VOLTUMNA, pero lo que sí que tuvieron que soportar y sobre todo Simone Scocchera (vocalista) fue de constantes problemas de sonido del micrófono que no dejaba de funcionar y de repente quedarse en silencio. Por no hablar, de que parecían sentirse algo frustrados con respecto a la ecualización del sonido, ya que solo había que ver sus caras durante todo el concierto y sobre todo en “
Disciplina Etrusca” dónde el micrófono no se dignaba a funcionar.
Y así, con ese sabor agridulce y unos rostros plagados de estrés y frustración, VOLTUMNA se despedía con “Roma Delenda Est”. Otro de esos temas que consiguió que el público se moviera de su metro cuadrado dónde estaban afincados y dieran algo de sí. No obstante, con la satisfacción de haber dado un concierto decente a pesar de los problemas, VOLTUMNA daban paso a sus compatriotas STORMLORD.
STORMLORD
STORMLORD eran sin lugar a dudas el plato fuerte de la noche y así lo demostró la presencia de un público más grande dónde había personas que acudieron a la Babel solo para verlos a ellos con sus extrañas vestimentas basadas en camisas marrones plagadas de cremalleras.
Tras una pequeña ración inicial de aplausos, STORMLORD daba inicio a su show con una “Intro” y con el tema “Aeneas” dónde comenzábamos a ser conscientes del potencial de esta banda italiana de Epic Extreme Metal. Una combinación curiosa que se situaba probablemente como el grupo menos “blacker” de la noche.
El ritmo no cesaba, ni decaía con “Dance Of Hecate” de su álbum “The Gorgon Cult”. Incluso los muertos vivientes de la sala parecían cobrar viva ante el último grupo de la noche que conseguía reanimarlos de su estado de letargo. Y lo hacían con la aguda y raspada voz de Cristiano Borchi que nos regalaba sus gritos, mientras que el bajista Riccardo Studer actuaba como intermediario entre el público y STORMLORD.
El show no se detenía a pesar de que nos preguntaran en qué idioma queríamos que nos hablaran, ante lo que la gente contestó “italiano” al que era el maestro de ceremonias: Riccardo Studer. Y así, tras conocer la respuesta nos presentaba “Motherland” y “Legacy Of The Snake”.
La actuación seguía su curso con “Neon Karma” y “I am Legend”. Sin embargo, aunque la fiesta continuaba, el teclista de STORMLORD parecía un trozo de atrezzo ya que la mitad de veces no tocaba y la otra mitad no se movía. Lo mismo habría dado poner una silla porque este muchacho suponía un foco estático entre un grupo dónde los dos guitarras, el vocalista y el bajista se recorrían el escenario de punta a punta para darle dinamismo al asunto. Una lástima.
“La gente española es muy caliente” decía el bajista entre risas antes de proseguir su setlist con “Mare Nostrum” y “My Lost Empire”. Nos dedicaba sonrisas y destilaba buen rollo por todas partes. Por no hablar de la sensación de compañerismo y colaboración más que palpable entre los italianos.
“And The Wind Shall Scream My Name” era el tema que marcaba lo que empezaba a ser el final del concierto y lo hacía con fuerza, potencia y altas dosis de “epicidad”. Empleando unas voces más graves al inicio se nos ofrecía así un matiz diferente en una voz buena pero que a servidora resultó algo plana. Sin embargo, lo que no era para nada plana era la cara del vocalista, cargada de personalidad, que nos regalaba mil y un gestos.
Finalmente, la noche llegaba a su fin con “The Curse Of Medusa” y el broche decisivo: “Stormlord”. Dos temas bien elegidos que se metieron al público en el bolsillo y que a pesar de los problemas de micrófono (los italianos parecían gafados) salieron a la perfección y dejaron en los asistentes un buen sabor de boca.