Por @JaviGCarballal
 
El viernes 30 de octubre acudimos a la madrileña Sala Arena para ver a nuestros amigos de MOEBIO y a los escoceses GUN

Desafortunadamente en los carteles y demás medios de promoción del concierto no se anunció la presencia de los madrileños, por lo que cuando comenzaron su actuación, a las ocho en punto de la tarde, en la sala estábamos apenas una docena de personas. Este tipo de despistes deberían evitarse porque las bandas lo dan todo, acuden con toda la ilusión del mundo a lo que puede ser uno de sus conciertos más importantes, y se encuentran con que por motivos ajenos a ellos, la sala está prácticamente vacía.

Dicho esto, señalar que MOEBIO ofreció un concierto más que correcto, por lo que desde aquí queremos felicitarles. Pese a que durante los dos primeros temas también tuvieron que aguantar un sonido bastante mediocre, sobre todo en la parte vocal (mientras los que estaban a los mandos de la mesa permanecían sorprendentemente impasibles), ofrecieron su metal melódico con una gran profesionalidad y una interpretación perfecta centrada en los temas de su último trabajo, Victoria. Sonaron Todo lo que soy, Sigo al Sol, Una Vez Más, El Último Día, Sueños de Cristal, Milagro y, para cerrar su show, Almas Paralelas y finalmente Nuevo Mundo. Fueron apenas treinta y cinco minutos pero sirvieron para que los chicos mostraran su buen hacer.

Txema, Jawy, Héctor y Carmona son muy grandes, se merecen tocar en recintos como el que pisaron el pasado viernes y, sobre todo, una audiencia que los llene y disfrute su música. Y la tendrán, sin duda.

El público comenzó a entrar de manera masiva a partir de las ocho y media, y a eso de las nueve y cuarto arrancaban los chicos de GUN. Presentaban su último trabajo, Frantic, pero eso no impidió que sonaran todos sus grandes éxitos. 

Desde el primer acorde se hicieron evidentes varios factores: por un lado, que se trata de unos músicos con una profesionalidad increíble; por otro, que el sonido iba a ser prácticamente perfecto durante toda su actuación; también, que se trata de una banda que disfruta y mucho haciendo su trabajo; y finalmente, que saben cómo conquistar al público y conseguir su complicidad. A este respecto, hay que decir que tenían mucho ganado ya que la gente estaba deseando volver a disfrutar de su música, la presencia de camisetas de la banda era muy numerosa y todos los fans que se congregaron en la sala iban dispuestos a disfrutar de una buena fiesta.


Arrancó el show con Let it Shine, que pese a ser novedad puso las pilas a todo el mundo por su gran ritmo, y sin dar un respiro continuaron con Don’t say it´s over, con lo que la comunión a partir de ahí fue absoluta. Dante estuvo grandioso en su papel de frontman, con continuos gestos de complicidad con el público, haciendo bromas sobre los platos que degustan en sus visitas a nuestro país o vacilando con la dedicatoria de un tema a los aficionados del Real Madrid (con la ovación de parte del público), del Atlético (con la ovación de otra parte) y finalmente del Barça, aumentando si cabe el buen rollo que ya reinaba entre la banda y los fans.

Prosiguieron con Better Days, otro cañonazo que puso a moverse definitivamente a los pocos que aun no estaban disfrutando a tope a esas alturas de concierto, para continuar con One Wrong Turn, Seems Like I´m Loosing You y Something to Believe in.

Mientras Dante anunciaba el siguiente tema, Frantic, que da título a su último trabajo, la audiencia comenzó a corear el socorrido “oé oé oé oé, oé, oé” que finalmente fue también acompañado por Paul McManus con el bombo de su batería para que la juerga fuera total.

Un breve solo de guitarra sirvió de introducción para Givin Up, a la que siguieron Word Up y Steal your Fire, esta última haciendo participar al público muy activamente, cantando y respondiendo al frontman, y con esta canción echaron temporalmente el cierre a su actuación.


Pocos minutos después volvieron el vocalista y uno de los guitarras para arrancar con Taking on the World, uniéndose el resto de la banda para acabar el tema y finalizar ya sí definitivamente con Shame, otro de sus superhits

Como resumen decir que disfrutamos de un gran concierto de rock, sin ninguna parafernalia, con muy buenas canciones perfectamente interpretadas pero también poniendo pasión en ellas, y con una profesionalidad absoluta. El público entregado también puso todo de su parte, por lo que no se pudo pedir más. Si acaso, un poco de respeto por parte de la organización para los artistas invitados.