El pasado viernes 8 de enero tuvimos el placer de asistir a un enorme concierto de metal con dos de las mejores bandas madrileñas del género, los enormes y veteranos HAMLET y los emergentes y también grandes SOMAS CURE.
En la céntrica sala But, pese al desapacible tiempo exterior, la temperatura subió un buen número de grados con la vuelta a casa de los hijos pródigos después de unas cuantas fechas por otras latitudes. Y es que ya había ganas en la capital de volver a disfrutar del arrollador directo de HAMLET y de la gira que lleva el mismo nombre que su último trabajo, La Ira.
Prácticamente a las ocho en punto de la tarde, con un abundante y animoso público, comenzaron su actuación los chicos de SOMAS CURE. Con el escenario reducido y un sonido algo defectuoso, la banda dio una clase magistral de entrega y talento a partes iguales: Darío es una máquina golpeando parches y platos, Víctor lo secunda con el bajo a la perfección mientras se mueve por el escenario y monta su particular show, Borja y Álvaro hacen que todo el público vibre con sus riffs y punteos, y Txema es un cantante espectacular, además de un frontman de primera.
Poco después de las nueve de la noche, con la sala abarrotada, daba comienzo el show de las grandes estrellas de la noche, los magníficos HAMLET. Desde el momento en que los músicos aparecieron sobre el escenario se notó la perfecta comunión de la banda más grande de metal de este país con su público, con esos fans que llevan casi treinta años apoyándoles y llenando sus conciertos.
Arrancaron con “Limítate“, “Egoísmo” y “Muérdesela“, y con su habitual teatralidad, Molly se metió a la gente en el bolsillo desde el principio, haciéndole participar, saltar, gritar, abrir pasillos para dar paso a pogos impresionantes (participando como el que más en alguno de ellos), llegándose incluso a pasear entre el público mientras este se encontraba agachado siguiendo sus indicaciones, o compartiendo micro con una fan de las primeras filas para que cantara unas cuantas estrofas en uno de los temas. Y como no, también tuvo tiempo para recorrer la platea sobre los brazos de los espectadores y por supuesto para encaramarse a todo aquello que le pillara a mano.
Marca de la casa, tanto el cantante como Luis Tárraga disfrutaron como enanos saltando una y otra vez impulsándose en ese cajón o plinto que les acompaña en cada directo y que la verdad, da muchísimo juego. Por cierto que el guitarrista también tuvo sus momentos de interacción con el público fuera del escenario, con algún que otro “riesgo” para su integridad y la de su SG.
La banda suena como un cañón, con Paco Sánchez a la batería que muy merecidamente fue aclamado en varias ocasiones, Ken con la guitarra, perfectamente integrado en la banda y disfrutando durante todo el concierto y Álvaro soportando todo el peso de los temas con el bajo, además de los mencionados Luis y Molly, que no pararon de jugar con el público durante las dos horas de actuación.
Entre los asistentes, numerosas caras conocidas del mundo del metal, miembros de otras bandas, managers y todos con la misma certeza, y es que a día de hoy, treinta años después de iniciar su andadura, HAMLET siguen siendo muy grandes.
Para cantar “Dementes Cobardes“, la banda se hizo acompañar por Miguel Ángel Martínez, de ESTIRPE, al igual que al final del concierto les acompañaría Txema de SOMAS CURE para interpretar “J. F. (Jodido Facha)“.
El repertorio se centró fundamentalmente en su último trabajo, La Ira, del que interpretaron un buen número de cortes. Y entre ellos, me resultó realmente impresionante la descarga de “Ser o No Ser“, con el recientemente estrenado videoclip del tema (ver aquí) proyectándose en la enorme pantalla que ocupaba la parte de atrás del escenario .
La conexión con el público duró todo el concierto, con la gente coreando las canciones, dando palmas cuando los músicos lo provocaban, haciendo pogos, incluso con algún osado subiendo al escenario para volar posteriormente sobre un mar de espectadores y zambullirse entre ellos…
Tras “Denuncio a Dios” y “Tu Medicina“, la banda dio por concluida su actuación, volviendo pocos minutos después para afrontar, ahora sí, la recta final con auténticos himnos de HAMLET y del metal de este país: “Imaginé“, “Irracional” y la comentada “Jodido Facha” a dúo con Txema Fonz.
Sin más adornos que la pantalla antes comentada, la gente de HAMLET es capaz de poner patas arriba una sala absolutamente llena en la capital, con unos fans totalmente entregados que saben lo que quieren y a los que se lo dan en cantidad y calidad, por lo que la fiesta no puede ser más completa y satisfactoria. Si además el sonido acompaña, diez sobre diez. Una muy buena manera de empezar la temporada de grandes conciertos en este 2016 que promete ser al menos tan apasionante como el año pasado, y más si los chavales menores de edad empiezan a entrar en la dinámica de los directos y a disfrutar del rock de la mejor manera que se puede hacer, viendo a músicos dando todo lo que llevan dentro sobre un escenario. Enhorabuena a HAMLET y gracias por seguir ahí y, sobre todo, por seguir así: de puta madre.
(*) No incluimos el set list de Hamlet por deseo expreso de la banda, para que “la gente de otras ciudades no vaya sabiendo lo que hay de principio a fin“: grandes por los cuatro costados.