Por Coraza

 

Tras el éxito de la primera edición, el festival de bandas nacionales de folk/viking/epic metal vuelve a Barcelona. Para esta segunda edición trajeron nuevamente a bandas con muy buen nivel y sin embargo la entrada estaba a muy buen precio, lo que dio lugar a un SOLD OUT! No cabe duda de que habrá una nueva edición en 2017 y, debido al éxito de la segunda, tal vez tenga lugar en otra sala con mayor aforo. Tal vez Razzmatazz II, Salamandra, La Bàscula o Bikini. Agradecemos a la promotora On Fire que lo haya hecho posible y por sortear premios como merchandise de las bandas e hidromiel entre los asistentes, además de a la sala Razzmatazz III por facilitarles el espacio, así como a las bandas que casi rompen el suelo de la sala. ¡¡Bien hecho chicos!!

BALHEIM fueron los primeros. Algunos pensarán que es un nombre sacado de un Final Fantasy, y sea así o resulte ser una casualidad, supieron allanar el terreno. Esta banda nace de una banda anterior ya desaparecida, con algunos miembros nuevos y nuevas canciones. Después de meses de ensayos y de componer, se lanzaron a los escenarios otra vez, y una de las paradas fue este pequeño festival barcelonés. Cuando empezaron había pocas almas en la pista, pero antes de que me diese cuenta la sala estaba casi llena, y terminó en sold out. Esto ya se preveía, y el público disfrutó desde el principio hasta el final. Además iban con trazos de la cara pintados de azul, a lo Braveheart, muy a juego con el espíritu del festival, a pesar de que algunos grupos lo hacen siempre.

Desgraciadamente eran cuatro horas para seis grupos y no pudieron tocar mucho rato. Aún así, con una potente batería y un melódico teclado, ofrecieron una buena puesta de escena que sin duda mejorarán aún más a medida que vayan creciendo como banda. Un buen comienzo, tanto para el festival como para que la banda se vaya dando a conocer.

A continuación subieron al escenario los FROZEN SHIELD. Como de costumbre, colocaron una bandera con el logo de la banda frente al teclado y un escudo en mitad del escenario. Además se pintaron la cara, como es menester en esta banda, y el cantante vistió sus mejores galas: una coraza de cuero y una capa que parecía de piel de oso o de algún otro animal salvaje que pueble las montañas más heladas. El concierto en general fue bien, se motivaron bastante a acercarse al público y éste lo disfrutó. Pero más de uno, un servidor entre ellos, estaba esperando el momento culminante y definitivo: la cover de Enrique Iglesias. Nada como escuchar «Bailando» tocada por instrumentos en lugar de autotune, con las voces guturales y con el público sin parar de saltar y reír.

FROZEN SHIELD = Originalidad. ¿Harán también una cover de «Let it go»? Quién sabe, de momento tienen una buena pieza con la que se están ganando al público español, poquito a poco, y sus temas propios tampoco están nada mal. Si se lo proponen, estos chicos pueden llegar muy lejos. Confiemos en que no dejen de luchar por sus sueños, aunque a veces necesiten un escudo, los valientes terminan las grandes hazañas que empiezan. ¡Va por vosotros!

Durante el descanso entre banda y banda observo cómo los asistentes empiezan a comer patatas de bolsa y beber cerveza. ¿A quién se le ocurre tocar entre las 19:00 y las 23:30? ¿Y cuándo cenamos? Pues cada uno hace lo que puede en esas situaciones. Por suerte se puede entrar con comida de fuera (dentro no venden nada sólido) y lo que se consume se suele compartir.

En este ambiente amigable comienzan a sonar los simpáticos ROSE AVALON. De ellos me gustaría destacar dos cosas. La primera es el soporte del teclado: gira. Sí, puede rotar, y eso le da un toque muy dinámico a la puesta en escena, que combinado con la virtuosa técnica del teclista, queda magnífico. Y la otra, la cantante. Una mujer bajita y delgada con una fuerza en la laringe que ya desearían muchos y muchas, porque no solo resultó ser muy potente, sino que además dio la casualidad de que era muy bonita. Sus canciones trataron temas ecologistas como la contaminación, respetar la naturaleza, respetar a los animales, y todo envuelto por un aura muy simpática que endulzó los paladares de los asistentes más amigos del medio ambiente. Podrían tocar en un bosque o en un prado en vez de en una sala pequeña, pero lograron hacer realidad el mensaje lo que esta banda suele dar: «Todos somos capaces de encontrar la luz dentro de la oscuridad», porque el público estaba aún más alegre que cuando llegaron. Sencillamente, muy agradables.

Los amables chicos de On fire ya habían hecho los sorteos entre banda y banda, y poco quedaba ya por sortear. Su última gran sorpresa fue traer a LÈPOKA, quienes llevaban meses sin pisar un escenario. Habían estado ocupados con la grabación de su segundo disco, con el crowdfunding del mismo y con varios trámites. Su primer arranque para esta nueva etapa, la presentación de su nuevo LP, despegó en Barcelona. No pararon en la ciudad condal para presentar su primer disco, no lo tenían en físico por aquel entonces, pero sí por muchas otras ciudades. Llegó la hora de rendir cuentas y exprimir al máximo los minutos que tenían para tocar. Todo el repertorio constó de canciones de su «Beerserkers», y además tocaron las mejores de dicho disco en opinión de un servidor. Entre animarse a tocar muy cerca del público y la gaita con forma de dragón, se ganaron algún que otro corazón. De hecho me llamaron la atención los que tenía detrás porque me oían más a mí que al cantante. Me disculpé por comportarme más como un frikofan que como un redactor, pero todo se aclaró cuando me dijeron que eran de Castellón, cuna de LÈPOKA, y que habían venido con la banda, como muchos otros familiares de los siete amantes de la fiesta que están hechos. Fue breve pero conciso, la acogida fue tan buena como en todas las bandas y fue una gran oportunidad para volver a hablar con ellos y descubrir que no componen por componer, son verdaderos cerveceros fiesteros que hacen de un concierto una gran fiesta difícil de olvidar. Probablemente sean la semilla del próximo gran grupo de folk metal en castellano que aún le queda mucho por florecer.

La noche invernal acaba con NORTHLAND, la más veterana de todas las bandas, y tal vez la más seria. Pero es difícil que una banda de folk sea seria, por muy controvertidas que puedan ser sus letras, todo acaba en alegría y buen rollo. Y eso fue básicamente NORTHLAND, además de su generosidad con la botella de hidromiel que dieron al público y que empezó a recorrer la sala de mano en mano y de hígado a hígado. Sabían que quedaba poco tiempo, así que tocaron sin largos descansos, ya habría tiempo para agradecimientos y para concluir la fiesta. Tanto los niños como los mayores, y más aún los jóvenes, se abalanzaron a apoyar y a gritar a los que estaban concluyendo la noche con melodías más complicadas y combinaciones de notas más complejas. Son un poco mayores que los otros grupos de la noche, y se nota, porque la experiencia les ha enseñado a acabar una noche fantástica y dejarnos con expectación de que llegue la tercera edición de Winterfest y poder seguir descubriendo bandas de folk que emocionen tanto a sus seguidores como las bandas que están triunfando en el Olimpo de las flautas, los teclados y los violines. Además tenían el merchandise más completo y variado, que espero que les haya quedado muy poco de lo que llevaron aquella noche, se lo merecen.

Quería agradecer una vez más a On Fire, a todas las bandas y a los asistentes, a Razzmatazz y a todos los que han hecho posible que la noche del 30 de enero de 2016 haya valido tanto la pena. Esperamos una próxima edición. Ha sido un placer apoyar este evento. Mucha suerte a todas las bandas y no dejéis nunca de hacer buena música. Un abrazo y nos vemos tanto en los conciertos como fuera de ellos. ¡A brindar! ¡Skal!