Texto y fotografías por Yaizzy
 
 

La primera vez que pude ver a Richie Kotzen en directo fue hace diez años. No tenía mucha idea sobre guitarristas ni bandas de rock ya que por aquel entonces era más punky que un vómito en la acera. Pero heme ahí, en plena transición musical, me estaba dando por el blues y el rock más clásico y ahí que me fui sin dudarlo dos veces. Lo que allí vi fue indescriptible, exactamente como el concierto que tuve el placer de ver ayer casi diez años más tarde.

Esta gira, Double Down World Tour, es la presentación de su nuevo álbum Hot Streak, publicado hace cuatro meses, tiempo más que suficiente para conocerlo como si yo misma lo hubiera compuesto (en sueños, está claro). Llevaba meses esperando este concierto, prácticamente desde que lo anunciaron. Me puse a investigar sobre los teloneros, los ingleses INGLORIOUS, que la verdad tenían toda la pinta de ser el compañero perfecto del power trío. Descrubrí que el cantante participó en un reality show inglés llamado Superstar, parecido al programa La Voz. Fue eliminado cantando una versión de Lady Gaga. Detalles escabrosos a parte, entre los vídeos de la banda, y los de su cantante Nathan James actuando en la tele vaticiné que iba a presenciar algo grande.

Después de un viaje de dos horas con buena conversación, buena compañía y galletitas princesa, llegamos a Bilbao y encontramos sitio para aparcar a la primera. Igual a ti lector no te importa, pero es un hecho increíble digno de mención. Dan las 20.30 clavadas y el escenario se llena de vikingos rockeros.

INGLORIOUS
 
 

Qué poderío, qué fuerza, qué presencia.

Me fascinó ver como el público se agolpaba en las primeras filas a medida que avanzaba el concierto para ver a una banda prácticamente desconocida. Cinco chavales haciendo rock n’ roll en estado puro, sin concesiones, desde el alma. El 19 de este mes la banda publicará su primer disco y este concierto nos sirvió para revelarnos que hay que adquirirlo a toda costa. Comenzaron con dos temas de cosecha propia y en el tercero ¡sorpresa! Versión. Un I Surrender de RAINBOW que nos dejó locos. Locos. Gloriosa ejecución.

Rock, blues, los cuatro miembros restantes de la banda realizando coros angelicales pese a sus pintas de rudos vikingos… Tremendo. Cuarenta minutos exactos transformados en nueve temas enérgicos y repletos de maestría sobre el escenario. Tocaron una canción muy blues, “Holy Water“, los pelos de punta que después supieron enlazar con “Lay Down Stay Down” de DEEP PURPLE, una canción que le iba al cantante al pelo y que el grupo ejecutó a la perfección. Para terminar otro tema propio, “Unware“, que dio paso al momento “refrigerio/cerveza/baño” del show.

  
Setlist:
 
Until I Die 
Breakaway
I Surrender (Rainbow Cover)
High Flying Gypsy
Bleed For You
You’re Mine (guitarras grabadas en el cd por el nuevo guitarra de Whitesnake)
Holy Water
Lay Down Stay Down (Deep Purple cover)
Girl Got a Gun
Unware

THE WINERY DOGS

21.45, una hora menos en Canarias y en Dublín. La música de fondo se interrumpe y comienza a sonar un tema funk a todo trapo. De pronto ¡zas! Como un estallido salen los tres al escenario y Oblivion explota en nuestras caras. Las mandíbulas desencajadas de asombro rozando el suelo del teatro. Qué maravilla.
Continuando precisamente con el tema que le sigue en el álbum “Captain Love“. Algún fallo tuvieron, miradas de complicidad y sonrisillas. Pero se lo perdonamos, por ser tan perfectos a la par que humanos.
El tercer tema “We Are One” era de su disco debut. Después la tercera canción del nuevo álbum, la que le da nombre, “Hot Streak“.

Sacar buenas fotos de Billy Sheehan fue para unos aficionados como nosotros una tarea compleja, ya que el tipo no paraba de moverse mientras tocaba el bajo. Era una cosa fascinante ver esa transmisión de vitalidad a pesar de sus años. De hecho alguno dijo: “¡Pero si es igual que mi viejo pero con elásticos!”.
En realidad era todo fascinante, en general. La facilidad que tienen para tocar sus instrumentos, lo bien que sonaba todo, Portnoy haciendo coros con un micrófono que él mismo apartaba, la voz entre melódica y rasgada de Kotzen. Estoy segura de que la ropa interior de los asistentes al concierto se vio seriamente perjudicada, ya sabes a que me refiero.

En la séptima canción el señor Kotzen deja la guitarra y se sienta a los teclados, Sheehan Portnoy le dejan a solas con las teclas. “Fire” es lo que suena. La gente se queda ensimismada, la piel se nos pone de gallina. Cuando termina el tema, Portnoy hace un increíble solo de batería. Se levanta de su sitio y comienza a golpear con las baquetas todo lo que tiene a mano: unas tuberías, el marco del escenario…

Aparece Richie Kotzen de nuevo. Hace un solo (bastante más modesto que aquel que vi en 2006), y nos teja a todos boquiabiertos. Pero oh, espera, se manifiesta Sheehan , haciendo un solo de bajo. Sí, ese mítico Yamaha al que acaricia como si de una guitarra se tratase. Bárbaro. Eso sí, estuve esperando a que prendiera los leds del bajo (como una vez vi en su gira con DEVIL’S SLINGSHOT en el 2007) y me quedé con las ganas. Medio flamenco, tapping… Sheehan parecía poseído. Una amalgama de técnicas a las cuatro cuerdas que hacían vibrar nuestras entrañas.

El concierto se basó principalmente en mucha profesionalidad y mucho sentimiento. Un total de catorce temas, repasando sobre todo su último disco, hora y media de estupefacción para nosotros, el público.
Lo he pintado súper maravilloso de la muerte, ¿verdad? ¡Pues tengo una queja! Sí, y es que los tres estaban muy contenidos. Habiéndolos visto en otras ocasiones y sabiendo lo que son y qué hacen, estaban muy reprimidos.

No obstante, bienaventurados los que compraron sus entradas y fueron al evento, pues de ellos fue el reino de los cielos.

Setlist:
 
Oblivion
Captain Love
We Are One
Hot Streak
How Long
Time Machine
Empire
Fire
Think It Over
Solo de batería
The Other Side
Solo de bajo
Ghost Town
I’m No Angel
Elevate
(Bises)
Regret
Desire