Por Chus
 


Tan sólo habían pasado 3 días desde que me casé con el amor de mi vida. En su momento, decidimos hacer una luna de miel poco común. Nuestra intención no era ir a París o a alguna ciudad turística, sino adentrarnos en una tribu indígena. Pensábamos que la experiencia sería increíble y que nos uniría aún más. 
Al día siguiente de nuestro casamiento, cogimos el vuelo que nos llevaría a aquella selva. Comenzamos la travesía, y no tardamos mucho en encontrar las primeras señales inquietantes. Cráneos de animales colgados por doquier nos dejaron realmente perturbados. Pero lejos de desistir de nuestra intención, seguimos penetrando en la espesura de la jungla. Minutos más tarde, estábamos totalmente rodeados por lo que dedujimos eran los miembro de la etnia imperante en aquella zona. Sus pinturas corporales eran realmente escalofriantes y amenazadoras. Uno de ellos con una cerbatana, clavó un dardo en el cuello de mi esposa. Calló de ipso facto al suelo. Anonadado y aterrorizado intenté levantarla y huir. Obviamente era demasiado tarde. Nos apresaron y amordazaron. Fuimos transportados a marchas forzadas a su poblado. Una vez allí nos metieron en una choza. Mi cónyuge comenzó a delirar. Supuse que tendría una fiebre descomunal y de ahí las alucinaciones. Al anochecer pude escuchar el sonido de unos tambores. Parecía que estaba comenzando alguna especie de ritual. Me sentía totalmente impotente, iracundo y realmente asustado. La luna ya reinaba en la inmensidad del firmamento con sus hermanas las estrellas, cuando nos sacaron de la barraca. Los ritmos que envolvían la noche se hicieron más apagados en cuanto a intensidad de golpe, pero más rápido en cuanto a velocidad de ejecución. Pusieron a mi amada en medio de un círculo de piedras. A mí me arrodillaron y me hicieron un corte en el pecho poniéndome debajo un cuenco donde caía la sangre. Mientras tanto, un hombre con cabeza de hiena se acercó a mi señora. La violó delante de mis ojos, mientras ella seguía agonizando. Su abdomen comenzó a crecer. En tan solo unos instantes dio a luz un engendro con cabeza de aquel depredador. Cogieron el cordón umbilical , lo cortaron y lo metieron en el recipiente donde estaba alojado mi plasma. Un indescriptible dolor recorrió mi columna vertebral. Aullé, mientras observaba cómo aquel ser que salió de mi compañera crecía rápidamente, convirtiéndose en un mutante mitad humano, mitad carroñero de risa maléfica. Mi corazón se aceleró de tal manera que supe que ya había llegado mi hora. Mis últimas imágenes fueron estremecedoras. El engendro descuartizó a mi desposada. Avanzó hacia mí. Me levantó del cuello con un brazo, mientras que con el otro sacaba mis vísceras. Segundos más tarde, percibí como introducían en mi interior tripas de animales, y con ellas llegó la tan ansiada muerte. Estáis dentro del feroz mundo de SADIST, ¿acaso no escucháis ya la escalofriante risa de los devoradores de restos?

SADIST es un combo de proggresive death metal procedentes de Italia. Comenzaron su carrera en 1990. Un año más tarde nos brindaron su primera demo “Black Screams“. Desde aquel momento nos regalaron entre el 92 y el 93 tres maquetas más.

Su calidad era indiscutible, y todos sus seguidores estaban ansiosos por que al fin llegara su primer Larga Duración.
Esto acabó sucediendo en el 93. Su primer plástico “Above the Light” dejó a la comunidad metalera francamente asombrada, iniciando así su reinado de terror sonoro.

Sus siguientes obras fueron “Tribe” (1995), “Crust” (1997), “Lego” (2000), “Sadist” (2007) y “Season in Silence” (2010).
Cinco largos años nos hicieron esperar para que pudiésemos tener entre nuestras manos un nuevo L.P. bautizado con el nombre de “Hyaena” y publicado por el sello Scarlet Records, es la razón de estas putrefactas esquelas.

El line up es el siguiente: Trevor Sadist (voz solista. Ex- Allhelluja, Nufutic, ex-Athlantis, ex-Hastur, ex-The Famili), Tommy Talamanca (guitarra y teclados. Miembro también de Morgana, Nufutic, ex-Athlantis), Andy Marchini (bajo. Ex-Dark Lunacy, ex-Morgana), Alessio Spallarossa (batería. A su vez componente de Arca Hadian, ex-W.O.P., Brain (Ita), The Famili, ex-Morgana).

En esta nueva arremetida, los de Génova nos donan un plástico absolutamente impecable y fresco, pudiendo decir sin ningún tipo de pudor y bien alto las palabras OBRA MAESTRA. La capacidad de composición y ejecución es tan enrevesada como adictiva. Hallamos matices de jazz, buenas pinceladas de teclado, como a su vez momentos de guitarras acústicas. Todo ello aderezado con intros inquietantes y una producción impoluta.

Los riffs, tremendamente técnicos están tocados con una precisión quirúrgica, llegando a ser tan punzantes como psicóticos. Por supuesto, incluyen unos espectaculares solos de guitarra que te dejarán sin aliento.

Las voces son tan iracundas como versátiles. Trevor te recordará a Darren Travis de Sadus, con la particularidad de que el primero en ocasiones llega a bajar más el registro, haciéndolo más brutal que el cantante del mítico combo de death thrash/ technical thrash metal californiano.

Las líneas de bajo están muy bien confeccionadas, demostrando una vez más que este instrumento no debería ser relegado a una función simplemente de acompañamiento de la base rítmica.

Las baterías son realmente dinámicas. Estas se mueven cómodamente en el med tempo de pulso rápido, sin ofrecernos blast beats. A pesar de ello, te aseguro que la intensidad no falta.

El sonido de las ruedecillas chirriaban y sonaban con mayor fuerza por el húmedo pasillo que una vez más estaba cruzando. Ya perdí la cuenta de cuantos había traído aquí, y de cuántas autopsias había realizado a esos espeluznantes monstruos. Crucé las puertas que me llevaron a la sala de necropsias. Deposité el fiambre en la mesa de operaciones. En ese momento pensé en el que fue mi ayudante. Tuve que acabar con él ya que se reveló contra mí después de que su mente fuera infectada por las palabras de aquel shaman. Solo y pensativo, agarré temblorosamente el bisturí y comencé a rajar el abdomen del cadáver. Volvería a extraer sus entrañas y a estudiar sus mejores órganos. Aunque lo que me atormentaba era la pregunta que cada vez asaltaba mi mente más frecuentemente ¿Cuando acabaría esto y cuanto tiempo más podría mantener mi cordura?
Dejé de divagar y comencé la disección.

Al término de esta descripción global pasemos a comentar los mejores tracks de este disco. Destacaría “The Lonely Mountain”, “Bouki“, “The Devil Riding the Evil Steed”, “Eternal Enemies” y “Genital ” por los siguientes motivos.

The Lonely Mountain“, da el pistoletazo de salida a este embiste.Y a decir verdad mejor imposible, ya que si deseas saber con un solo tema cuales son los atributos de este conjunto sin tener que oír el resto, esta es tu canción.

Bouki” hará que te preguntes como una melodía de teclado creada a base de un sonido tan estridente puede engancharte tanto. Te aseguro que acabaras tarareándola durante todo el día.

En “The Devil Riding the Evil Steed” aparece el tono vocal más brutal de todo este asalto, acompañando a unos riffs realmente complejos. Atentos al parón sobre la mitad del nombrado, os aseguro que os asombrará. 

Eternal Enemies” contiene el mejor riff principal de toda la acometida. Te advierto que con esta tonada te reventaran el cráneo hermano.

Maravillosamente diferente suena “Genital Mask“. Si no disfrutas de esta canción es que algo falla en ti, compañero. Por cierto, atento a feeling tribal.

Olvidaos de etiquetas por un momento. Si disfrutáis de la música agresiva creada a base de guitarras distorsionadas necesitáis oír esta embestida, os garantizo que no quedareis decepcionados.

Nota: 10

Track List
The Lonely Mountain
Pachycrocuta
Bouki
The Devil Riding the Evil Steed
Scavenger and Thief
Gadawan Kura
Eternal Enemies
African Devourers
Scratching Rocks
Genital Mask

 
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