Texto por Yaizzy
Fotografías por Javi Palm Mute

 

Las lágrimas de emoción que se nos escaparon el viernes pasado viendo a LORDS OF BLACK se convirtieron en lágrimas de rabia y desesperación de un niño de catorce años y una chica a cuatro días de cumplir dieciséis que, por decreto Foral, tienen prohibida la entrada a los eventos culturales de esta calaña. Ya rezaba en la web de la Sala Tótem dicha prohibición, pero algún padre ciego por el entusiasmo no prestó mucha atención a la advertencia. Qué se le va a hacer, Navarra es así.

Por mi parte también yo he traído a una adolescente: mi madre. Se ha arreglado y parece mi hermana.

Mucha expectación en los alrededores de la sala. Una cola de veinte minutos a la que le damos poca importancia porque la fiesta dentro está asegurada y nos espera, hoy tocan LOS SUAVES.

 
 

22.10 en Villava, Ourense y quién sabe en qué ciudad más.

Se encienden las luces, se encienden los sueños -más o menos como cantaba Casimiro- comienza la intro. 600 personas contemplan expectantes a un lúcido Yosi, flamante y sonriente.

¿Qué decir de Alberto y los suyos? Muchas sonrisas de complicidad entre ellos, como niños de dieciséis años que dan su primer bolo juntos delante de tanta gente.

Muy buen sonido en la sala tanto al principio como al final de la misma. Cerveza fresquita a dos pavos que hizo las delicias de los gaznates asistentes. Calor infernal. Pero mucha, mucha diversión.

Imposible acertar con el setlist para todos los gustos, no obstante es un recorrido por las canciones más míticas. Y es que elige tú un repertorio de dos horas, con tantos discos de estudio publicados, y que no se te quede ninguna canción en el tintero. Difícil, ¿verdad?

Charly al más puro estilo bajista de AC/DC -aquel que se quedaba pegado a su ampli-, tocando desde las tinieblas. Difícil de fotografiar, todo el rato sonriendo sin parar. Feliz y contento como una perdiz. En unión simbiótica con la otra línea rítmica: la batería.

Mudos, todo el público sin palabras ante la majestuosidad de las dos hachas con cuerdas de acero. Ya sabemos que Alberto es el amo, pero a su izquierda Fernando el otro guitarrista nos sorprendió gratamente a todos.

Todas las canciones se convierten en himnos -más aún de lo que ya son- y cada vez que se acaba una de ellas tu mente te susurra con voz lúgubre “No la vas a volver a oír esto en directo, mangurrián”. No Puedes Dejar el Rock, Si Pudiera, Malas Noticias, Siempre Igual… Jesusito de mi vida, qué temazos.

Destacar la colaboración de Pedro, el cantante de la FUGA, abrazado en todo momento a Yosi mientras canta a dúo Si Pudiera.

 

Mi madre quiere ir fuera a fumar. Qué oportuna casualidad, Dolores se Llamaba Lola y San Francisco ExpressEl Afilador. Cañones de confetis gigantes que inundaron el escenario y al público, que baila y salta como si no hubiera mañana -incluida mi madre, que ya ha tomado su dosis de nicotina-.

 

Los artistas se despiden con la boca pequeña, y vuelven al escenario no sin la advertencia de Yosi: ¡Estáis acabando conmigo esta noche! Y tras este inciso, da un paso atrás y aparece con una bandera gigante de LOS SUAVES. Bandera que, tras ondearla una sola vez, alguien se la roba dejándole con el palo en la mano. “No sé dónde voy a poner esta, tengo ya tres”, comenta el fan manilargo.

En Dulce Castigo Yosi se pone una camiseta del equipo de fútbol navarro Osasuna, metiéndose al público en el bolsillo. Un cubo de confeti, probablemente destinado al público, termina sobre la cabeza de Fernando mientras suena La Noche se Muere.

Javi Palm Mute, fotógrafo e inconformista nato, que se ha críado con las canciones de LOS SUAVES, para él no han sonado al rock típico de la banda. Han sonado más heavys. Hemos venido predispuestos a la duda, si va a ser un concierto brutal o un fracaso. La verdad es nos ha sorprendido gratamente. Aunque siendo el último concierto, él esperaba un poco más de brío por parte de Yosi.
Para mi ha sido la primera vez, seguramente la última también. Me esperaba cualquier cosa y de lo que realmente he sido testigo ha sido de un concierto épico del cual estoy encantada.

¡Adios, adios, gatito!