Llego a la hora convenida, pero las bandas siguen montando el escenario y el público se hace de rogar, pero van llegando puntualmente.
Ilusionado veo que aumenta la afluencia, la “estela de melenas y pinchos” es mayor de lo que lamentablemente estoy acostumbrado de otros bolos. Pero esto es un concierto con Black y Death Metal, un público entregado, realmente militante. Aún así el aforo no llegará a completarse, apuro el piti y decido adentrarme gustoso a los infiernos.
Una considerable masa de greñudos ocupa la parte central de una sala alargada y estrecha, en frente de donde se ha decidido montar el escenario, quedando poco espacio pero apropiado para el público asistente, estando todos los círculos de comodidad solapados, vamos muy juntitos. Esta disposición, sin ser yo experto en sonido, si no estabas justo delante del escenario, creaba cierta reverberación pero sólo se notaba fuera del ángulo frontal, que afectó a las tres bandas.
Respecto al sonido en sí me pareció bastante limpio, se podían diferenciar todos los tonos de voces e instrumentos y el sonido general de las bandas era muy reconocible al de los discos de estudio. Se entendía bastante bien la letra, y la batería sonaba muy potente y limpia, tanto que mi camiseta vibraba considerablemente sin desmerecer el sonido. Como he dicho no soy técnico de sonido, ni parecido, pero esa es mi manera de calibrar su calidad.
Abren la veda MESZAROTH, una banda onubense, en el cartel se definen como blacknened death metal, aunque a mi la influencia de black metal al estilo de Rotting Christ, Melechesh o Behemoth, de quienes tocaron sendas covers muy logradas “Rebirth of Nemesis” y “Ora pro nobis Lucifer” respectivamente para deleite del público.
Demostraron que no han perdido el tiempo durante estos dos años que tardaron en volver a Madrid, una banda que sonó compacta y compenetrada con nuevos temas, todos como digo, sonando mucho más a Black Metal.
Seguidamente llega la hora del death metal de
MISTWEAVER. Abrieron tras una intro con “
The Biggest Threat“. Indicar a quién no les conozca, que estos burgaleses cuentan con un teclista en su formación, que sumado a su salvaje bajista y sendas guitarras (el vocalista usa guitarra además de carisma) crean una “bofetada sonora” importante.
Suenan con una rabia muy oscura, con partes sionfónicas y guitarras “afiladas” pero de un sonido muy salvaje, con alguna parte pausada y armónica.
El momento más esperado y cabeza de cartel eran sin duda,
FROZEN DAWN quienes actualmente se encuentran presentando su segundo disco
Those Of The Cursed Light, una obra que siendo su segundo álbum, confirman un estilo muy maduro, al más puro estilo Black Metal de la llamada vieja escuela, eso sí, con un sonido pulido y elaborado.
Unos temas espesos, repleto de melodías oscuras y temáticas místicas. A mi me gustaron mucho, personalmente. Empezaron con “Banished, The Everlasting Confinement” y continuaron con las tres siguientes canciones de el nuevo álbum, pasando también por temas como “Cold Souls” de su anterior trabajo, también un puro estilo Black Metal.
Tuvieron mucho acierto compenetrándose como banda, especial mención la batería y el gran trabajo del vocalista, teniendo en cuenta la dificultad de este estilo. Así concluyó una velada, el público aún siendo de este género, estuvo participativo en y cabeceando a placer, lo que me lleva a pensar que todos nos fuimos con buen sabor de boca.
Dado que la sala que tenía que dar paso a su sesión de “chunda chunda” o bakalao para quienes ya ni tienen que peinar, se dió por terminado el concierto, con una sensación vital muy agradable después de menear el cráneo a tan buena tralla, el público muy satisfecho por lo que pude ver, y todo por unos pocos euros, así que ya sabéis, apoyar la escena es vivirla.