Un gusanillo en el estómago me recuerda hoy al despertar que toca preparar los trastos para tener un martes inolvidable.
La compañía de lujo: mi compi Yaizzy e Iván, cantante y guitarrista de una joven y prometedora banda de Iruña llamada IMPACTO.
No se si podré ser muy objetivo porque, aparte de guitarrista, también soy muy fan de STEVE VAI. Lo intentaré.
Tanto parloteo por el camino me despista y nos hace llegar justitos, justitos.
STEVE VAI acaba de salir al escenario. Me apresuro hacia la taquilla, donde sin problema alguno me dan la acreditación.
Un servicial caballero recoge mi entrada y coloca en mi muñeca una pulsera que me identifica como miembro de prensa.
La segunda leyenda del mes, ante mis ojos el gran STEVE VAI.
Un toquecillo en el hombro me devuelve a la realidad, es el jefe de seguridad de local.
“Perdona, te comento: por orden del mánager de Steve, esta prohibido sacar fotos”.
En un principio creí que era una novatada, pero nada más lejos de la realidad: ni un fotógrafo en primeras filas.
Los santos del calendario eclesiástico se me quedan cortos para el cabreo que tengo. Cuento hasta diez y me adentro.
Una gran pantalla en el escenario. Las imágenes de la película Cruce de Caminos y las luces en la guitarra presagian una noche mágica. Sus fieles acompañantes para la ocasión: Dave Weiner a la guitarra (o teclados, según se tercie), Philip Bynoe a las cuatro cuerdas de acero y Jeremy Colson al mando de las baquetas. También acompañan al guitarrista los más de 500 asistentes al evento; te recuerdo que es martes. Casi llenamos la sala.
Uno a uno van cayendo todos los temas del “Passion & Warfare”, disco en el que se basa esta gira, algún tema propio y alguna versión.
Hay tiempo para los hachazos incluso. Steve se coloca una cinta en el pelo y comenta algo así como que su mujer no le deja ponérsela porque se parece a BON JOVI. Muchas risas entre el personal.
Entre medias, mucho discurso anglosajón que le brindó a más de uno la oportunidad de ir al baño o a la barra a por una cerveza.
También pidió subir a gente del público para crear una canción improvisada.
No obstante, madre mía, qué arte tiene Steve. Parece que sus guitarras suenan solas, automáticas, por no decir perfectas. Xavia, Evo o Flo III, da igual qué nombre tengan las Ibanez de este señor, porque parece que están bajo un hechizo fantástico.
Destacar sobre todo los montajes de vídeo con BRIAN MAY, JOE SATRIANI o JOHN PETRUCCI tocando cada uno de ellos un temón a dúo con el virtuoso guitarrista.
Todos los temas son harto conocidos, mejor aún. Un diez para nuestro amigo Steve.
Aunque no seas un seguidor de guitarristas en solitario porque te parecen un plastón, seguro que si ves en directo a este mágico guitarrista cambiarás de opinión radicalmente.
Si la oportunidad llama a tu puerta, abres y es un concierto de STEVE VAI, no pierdas esa oportunidad.