El cartel que se anunciaba ya nos hacía pensar que la tarde-noche de metal que nos esperaba iba a ser inolvidable. Y así fue, la sala Penélope cumplió las expectativas como pocas veces. Eso sí, con una entrada que no se acercó al lleno, pero con muchas ventas y una actividad enorme por parte del público.

Tanto EVIL INVADERS, como SKULL FIST, SUICIDAL ANGELS y CRISIX, por orden de aparición sobre el escenario, nos demostraron que son bandas que de aquí a unos años bien podrían encabezar los mejores festivales de Europa. La calidad musical que desplegaron sobre las tablas no pudo dejar a nadie descontento.

EVIL INVADERS se encargaron de abrir el show. Desde las 19:20 y durante unos 40 minutos desplegaron toda su energía, a pesar de que el sonido no acompañó al principio. La batería se escuchaba demasiado, tapando los demás instrumentos, sobre todo a las guitarras, y también a la voz. A partir del tercer tema se empezó a escuchar mucho mejor, y desde ahí el sonido tuvo una mayor calidad. Calidad, intensidad y fuerza es lo que estos cuatro músicos derrocharon en el escenario. Y es que los dos guitarras, Joe y Max, y el bajista, Joeri, no pararon de moverse por el escenario, de un lado a otro. Normal que estuvieran en tan buena forma. Además, no hubo espacio para el silencio y los temas fueron muy seguidos, con lo que demostraron un gran estado físico.

El batería, Senne, no se quedó atrás, ya que este grupo belga de thrash no respiraba en ningún momento y no bajaba el ritmo. Los solos de los guitarras eran de una gran calidad y se los iban turnando, solapando uno sobre otro y haciendo unas escalas que sonaban de lujo. También se apreció lo coordinados que estaban, dado que Joe, pisó el pedal de su compañero a la guitarra cuando estaba en la otra punta del escenario, activando así su efecto para el solo que comenzaba en ese mismo instante. Joe animaba a la gente a gritar con él y buscaba las reacciones del público en repetidas ocasiones, aunque este solo empezaba a calentar, preparándose para lo que venía después. El cantante también dejó en evidencia su buena variedad de registros, con partes graves y agudos acompañados de un buen efecto de reverb (el cual acompañó a todos los cantantes).

Dentro de los temas que EVIL INVADERS tocaron en el escenario no podían faltar «Raising hell«, ni tampoco «Fast, loud ‘n’ roud«. Otro aspecto a destacar fue el vestuario de los músicos, muy del estilo thrash, acompañados por unos pies de micro con forma de cadenas. Tras un gran final, abandonaron el escenario sin ni siquiera parar el sonido de sus instrumentos, que solo se acallaron cuando los pipas apagaron los amplificadores.

 
 

El siguiente turno fue el de los canadienses SKULL FIST, que le pusieron la nota más heavy a esta velada metalera. El sonido en esta ocasión fue muy bueno, con solo algunos detalles a pulir, como un poco más de volumen para las guitarras y la voz. En cualquier caso, todo se apreciaba a la perfección.

Llamaba la atención la batería de JJ Tartaglia, con unos soportes para platos que casi alcanzaban el techo y que le daban una mayor espectacularidad cuando tenía que golpearlos. El batería desplegó un arsenal de golpes y ritmos para demostrar que esto se le da mejor que bien.

A un gran nivel estuvo su nuevo cantante, que buscó la participación de un público que cambió los moshpits por los gritos y los puños y cuernos en alto. Además, sustituía al también encargado de la guitarra, Zach Slaughter. Este, junto a su compañero a las seis cuerdas Jonny Nesta, dieron un recital de solos, dejando al público boquiabierto cuando uno se subió encima de los hombros del otro mientras no paraban de tocar sus largos punteos, que fueron pasando de uno a otro. Sin duda uno de los momentos más espectaculares de la noche. A una velocidad más de lo normal se movían también los dedos de Casey Guest, el bajista de la banda, que le daba todo el empaque al sonido cuando sus compañeros hacían punteos al unísono.

SKULL FIST fueron una auténtica demostración de cómo una banda se puede mover en el escenario (siendo cinco miembros) y de cómo hay que tocar, porque se llevaron una matrícula de honor de Madrid. Entre los temas que interpretaron estuvieron: «Head of the pack«, «Get fisted«, «Bad for good«, «Chasing the dream» y «No false metal«.

 

Los cabeza de cartel en la gira europea, SUICIDAL ANGELS, fueron los siguientes en subir a las tablas. Y no es de extrañar que jueguen ese rol dentro de esta gira, ya que si bien no se movieron tanto en el escenario como sus compañeros, dieron una clase magistral de cómo tocar un buen concierto. Los pogos del público eran una constante, al igual que también cantaron muchas letras de algunas canciones, como es el caso de «Seed of evil«, un tema que sonó de maravilla.

Sobre todo dedicaron su tiempo, como era de esperar, a su último disco, el cual están promocionando ahora mismo, Division of blood, con un tema homónimo que tampoco faltó en su setlist. A este se sumaron otros como «Image of the serpent«, «Eternally to suffer» o «Capital of war«. Ver a SUICIDAL ANGELS es una de las cosas más parecidas que puede haber a estar delante de un concierto de SLAYER, dado que su estilo es muy parecido. La voz grave de Nick, se acompasaba perfectamente con los riffs afilados y duros de su guitarra y de la de su compañero Gus. A esto hay que sumarle el trabajo al bajo de Angel, que no se limitaba solo a llevar la base, sino que acompañaba a las guitarras en sus eléctricos movimientos. Por supuesto, hay que destacar el trabajo detrás de estos tres hombres. La actuación de Orfeas a las baquetas fue una auténtica experiencia, con cambios de ritmo continuos y perfectamente ejecutados.

Estos chicos griegos, que fundaron la banda en 2001, tienen mucho que decir aún. Y es que a pesar de su corta edad cuentan con una producción increíble de álbumes. Otro de los puntos destacables fue la decoración del escenario, con dos lonas colocadas una a cada lado, y con la temática de su último trabajo.

Tras todo este aluvión de metal le tocó a CRISIX subir al escenario. Se notaba que jugaban en casa, ya que la gente se volcó con los de Barcelona desde el principio. Ya cuando empezaron a sonar los primeros acordes de la intro A.S.F.H.«, del The Menace) la gente los coreaba. Y tras ello, iniciaron un bolo de categoría que «Conspiranoia« tuvo el honor de abrir.

Desde entonces los moshpits fueron un no parar, y la gente solo se tomó un momento de respiro cuando tocaron una de las canciones que más se les pidió en su encuesta en Facebook: «Fallen«. Aquí la gente dedicó todas sus fuerzas a levantar los cuernos y cantar eso de: «We are the past, we are the dust, we are the fallen».

«Rise… then rest» fue otro de los temas que cayeron y que desataron la locura entre el público, con los gritos repletos de fuerza de Juli a la voz, anunciando la canción. Lo mismo sucedió con el tema que se incluyó en la reedición de su primer trabajo, The Menace: «Agents of M.O.S.H.«. Esta canción dejó uno de los momentos más espectaculares de toda la noche, cuando Busi bajó con su guitarra junto al público y a su alrededor se creó un increíble circle pit mientras tocaba.

La actuación de todos fue sobresaliente, con un incansable Javi a la batería, un rapado Albert que nos volvió a dejar boquiabiertos con su facilidad para tocar sus solos y la fuerza de Dani, dándole aún más potencia al grupo si cabe con su bajo. Todo este orden se vio revuelto cuando se intercambiaron los instrumentos para hacer un medley con varias versiones de grupos como PANTERA, BLACK SABBATH o METALLICA, quedando de la siguiente manera: Juli (cantante) al bajo, Javi (batería) a la guitarra, Albert (guitarra) a la batería y Busi (guitarra) y Dani (bajo) a la voces. En ese momento una persona del público se acercó para que Javi se subiera a sus hombros mientras tocaba la guitarra (algo similar a lo que hicieron los chicos de SKULL FIST).

El público pudo también gritar eso de «In your fucking face«, con el tema que abre el Rise… then rest, «I.Y.F.F.«. Entre saltos y pogos de categoría retumbó en las paredes de la Penélope el «Bring’em to the pit«, con el que realizaron el ya conocido football of death y que completó los tres temas correspondientes al segundo trabajo de CRISIX. Del From blue to black no pudo faltar el «G.M.M. (The Great Metal Motherfucker)«. Y la gente siguió dando cera cuando llegó la divertida, a la vez que incesante, «Brutal gadget«.

Poniendo el punto final con broche de oro, como no podía ser de otra forma, llegó la mítica «Ultra thrash» para que todo el mundo pudiera despedirse a lo grande mientras no paraban de empujarse en los moshpits y gritaban ese «ultra fucking thrash», que es ya un himno para CRISIX.

Con la sensación de haber invertido el tiempo de la mejor manera posible es como abandonamos la sala madrileña, deseando poder ver de nuevo a estos monstruos del metal, que nos prometen veladas inolvidables por muchos años.