Variedad y buen ritmo a golpe de metal. Esto es lo que nos traen desde Florida(más concretamente desde Sarasota), los cinco integrantes de DEVIL GONE PUBLIC. “Smokehound” es un muy buen trabajo, compuesto por 9 cortes de gran calidad. Siendo un álbum debut, empiezan muy fuerte. Todo el artwork que envuelve al trabajo ha sido obra de Amber June Cross, que hace un aporte muy siniestro a la portada.
Estos son los temas que puedes encontrar dentro de “Smokehound“:
“Aether way”. Esta es la canción que abre el disco, rozando los 5 minutos. El inicio es difícil de encajar, pues el riff de guitarra lleva un compás que no es un 4/4 normal y corriente. A este se va sumando la batería poco a poco, para entrar ya en un ritmo más habitual en el momento en que escuchamos la voz. Una voz grave, pero sin entrar en guturales, que se ve acompañada por coros, ejecutados por el bajista, que con su instrumento le da ese empaque que el tema tanto necesita. En el estribillo ya lleva una línea más melódica, mientras que en la parte de después se escucha con un efecto distorsionador y lejano. La batería lleva un buen manejo, con buenas combinaciones entre tambores y platos y redobles de caja. Tras el segundo estribillo escuchamos el primer solo de guitarra, simple pero bien cuadrado en tiempos y armonía.
Hasta aquí es un tema con una estructura sencilla de seguir, pero en el final, después del estribillo, entra una parte con voz gutural, seguida de otro solo de guitarra y una parte instrumental con un ben riff. Un buen tema para abrir y que ya nos presenta el estilo de estos chicos, autodefinidos como metal progresivo.
“Euthanation“ es el tema más largo del disco y el más promocionado. Empieza con un muy buen riff de guitarra al que se suman los platos de la batería y el bajo, que va haciendo el mismo punteo. Cuando entra la voz lo hace con tono grave, algo forzado incluso, pero después llega una parte gutural aguda muy bien ejecutada. Llegado al minuto uno y nada más acabar con los guturales, llega una voz melódica, creando un gran contraste (además se escuchan los guturales de fondo), y con una línea pegadiza. El estribillo casa voces guturales y otras normales de forma muy buena, llevándote a mover la cabeza con esos ritmos entrecortados. Tras esto, un fragmento instrumental y vuelven a repetir la estructura.
Antes de llegar al minuto 3 entramos en un puente con el riff del comienzo y la voz con un efecto de reverb, que vuelve a su tono más agudo para regresar al gutural. Los instrumentos van ralentizando el ritmo, mientras la voz les sigue. Con esta tendencia a la lentitud termina el tema, que por ello acaba haciéndose un poco largo.
“Satan, hold my hand”. Le llega el turno a este tercer corte de título siniestro. Empieza ya con un muy buen ritmo marcado por la batería tras el riff de guitarra. Este es incluso mejor cuando cambia al entrar la voz. Entran después en una buena parte en la que se incluyen silencios para ir entrando con fuerza tras cada uno de ellos. Tras repetir su estructura, llega un puente con la voz distorsionada y de fondo, desembocando de nuevo en los estribillos. En la parte instrumental vuelven los silencios, junto a ritmos entrecortados y sonidos agudos de guitarra parecidos a los que se pueden escuchar cuando arañas la cuerda con el canto de la púa.
Aceleran después el ritmo, para que entren de nuevo los guturales, y a su vez, el solo de guitarra, mucho más elaborado que el primero. Este sirve de preludio para el último estribillo de la canción y una parte final con mucha fuerza que cierra el tema.
“Smokehound“. En cuarta posición llega la canción que da título al álbum. El comienzo es de esas canciones que te hacen mover la cabeza y saltar en directo. Un riff muy bailable, acompañado de una voz que recita los versos. El estribillo vuelve a ser de esos con un rasgueo suelto y un ritmo no demasiado rápido de batería acompañado de una voz agresiva. Tras el segundo estribillo el riff de la intro tiene un nuevo momento de protagonismo. Un nuevo estribillo precede al solo de las seis cuerdas, breve, pero bien llevado para cerrar de nuevo con ese chorus previo a un corto punteo de guitarra.
“Blood debt”. El inicio de este tema es uno de los que más aprovecha el uso de las dos guitarras, ya que una va haciendo un punteo (que suena muy clásico) y la otra lleva la base rítmica dura, junto al bajo. La batería maneja a la perfección ese ímpetu que te va dando ganas de que la canción rompa. Después entra un riff conjunto con mucho ritmo, dando paso a la voz, que empieza ya con el gutural desde el principio.
Tras los primeros versos una guitarra va haciendo un punteo de fondo, en la parte que precede al estribillo, un fragmento más entrecortado. Después se le da más importancia a la batería que sobresale por encima de los demás. La voz gutural es una constante en el tema, para mí, de los mejores del disco. Además, en este cuentan con la colaboración de Jake Duncan.
“Poison the well”. Un comienzo más pausado es el que tiene este sexto corte, que vuelve a empezar con una guitarra sola a la que se suman después los demás. Aquí la voz cambia mucho, con un registro grave pero que no se había oído hasta ahora. Después se le da otro efecto distinto, lejano y algo siniestro. El estribillo vuelve a ir en la línea de los anteriores, pero sin tanta pegada ni ser tan pegadizo. El tema cuenta con un solo bastante tranquilo. Lo más destacado es el puente, sobre todo cuando entra la voz a grito pelado, y la parte de después en la que cambia el ritmo repentinamente y acelera mucho.
“Chillin, killin”. Inicia la batería para que pronto entren los demás instrumentos, rompiendo en uno de esos ritmos rápidos que ya hemos podido disfrutar en temas anteriores. Vuelve la voz grave y aquella con efectos. El estribillo es más fresco, pues además de acelerar, tiene una guitarra de fondo que hace un punteo rápido. El solo es de los mejores del disco, sin ninguna duda.
“Language of fear”. Las notas sueltas inician este tema, que en su intro se ve acompañado por pocos golpes de la batería a los platos y al bombo y las propias notas del bajo. Va subiendo el ritmo lentamente, pero sin acabar de romper. Con 3:40 de duración es el tema más corto y no es hasta pasado el minuto y medio cuando entra una voz que vuelve a utilizar efectos. Es una canción casi de transición que se aleja bastante de las demás.
“Galactic amnesia”. Cerrando con este último corte el disco mejora. Tiene un buen comienzo, similar al que nos acostumbran en el resto del álbum, con las guitarras llevando la voz cantante y el bajo y la batería entrando después. A este último se le escucha un poco más, sobre todo cuando hace un buen punteo justo antes de que llegue la voz. Además, tiene uno de los mejores estribillos, si no el mejor. La voz melódica se va solapando con la gutural, el ritmo es muy bueno y la guitarra de fondo lleva un punteo complicado y muy bien ejecutado. Este te anima y te hace recibir con muchas ganas el siguiente verso y el resto de la canción.
A partir del minuto 4 inician un puente con las guitarras de fondo en el que la voz con efectos sí está bien utilizada y justificada. Es la parte previa al solo de guitarra, de nuevo bastante cargado de bendings pero acabando con una buena técnica. Para cerrar, vuelve ese genial estribillo, dejando un muy buen sabor de boca.
En conclusión, es un trabajo con un sonido muy americano, que en mi opinión va de más a menos desde la primera hasta la última canción (aunque esta es de las mejores), pero que merece mucho la pena. Un disco muy recomendable, y siendo un álbum debut, no habrá que quitarle el ojo ni el oído de encima a DEVIL GONE PUBLIC.
DEVIL GONE PUBLIC son:
Garrett Moore – Voz
James Hyde – Bajo y coros
Alex Rappaport – Guitarra
Austin Bowman – Guitarra
Brandon Thrift – Batería