La banda Vasca ORION CHILD nos presenta su segundo trabajo grabado en Cursed Onion Studio. El disco cuenta con la participación de Pedro J. Monje (Vhäldemar), David Requejedo (Maverick) y Jon Ander Manso “Peter” (Black Ocean Witness).

Antes de realizar la primera escucha, y escuchando los sampler que recibimos, pensaba que iba a realizar el review de una banda de Power Metal, pero me vendieron gatos por liebres. La denominación Black Power Metal que se atribuye la banda no significa que practican un Power Metal Oscuro, en realidad cultivan una fusión casi única de puro Power Metal con momentos Black Metal. La primera escucha, aparte de sorprenderme, me enganchó, y en las múltiples escuchas posteriores solo lo confirman: un disco de una riqueza increíble, con momentos épicos de Power Metal, y esos ambientes tan peculiares que solo el Black Metal puede crear. ¿Estáis realmente preparados para entrar en ese mundo traicionero en el que nada es lo que parece?

Entramos con la Intro, con ambientación de lluvia, repique lento de campanas y un teclado con sonido de órgano que se ve pronto acompañado de unas percusiones y unos coros que van in crescendo subiendo la tensión hasta que entra “No Return” con sus primeros gruñidos, y a pesar de ello, un tema de Power con galopadas de doble bombos. Si bien después del primer estribillo cambia la tónica a para un segundo verso de guturales, rematado con un intercambio entre las voces.

“Escape From Hell”, que desde su inicio se intuye más oscuro. Aquí sí hay un diálogo entre las voces que se contestan, o repiten las últimas palabras de la voz anterior. El tema es lento, y da una sensación agónica. Esta sensación es el complemento ideal a esta huida del infierno. El solo es impresionante, lleno de virtuosismo. Creo que este tema podría definir el estilo de ORION CHILD, si alguien quiere descubrir la banda que empiece por esta canción.

“Nothing remain” es un tema de enlace dentro del disco. El teclado, un goteo, y entra la orquestación. Es como una segunda parte con variante de la intro. Y le sigue “Search The Truth (Exegesis)” con un ambiente aun más oscuro. El principio del tema es puro Black, hasta el minuto, que entra de nuevo en ese híbrido que pasa de un estilo a otro, con voces limpias y guturales, el estribillo es épico, el doble bombo típico del estilo, pero sin darte cuenta vuelve al Black renegando de la melodía. El tempo se ralentiza para ceder el paso a un puente en el que la voz limpia parece narrar una historia. Y vuelve a arrancar, con un solo endiablado lleno de blast beast.

 
La introducción de “As Darkness Fall” es dominada por el teclado para ceder a un pasaje con riff Power típico de Alberto Rionda. El teclado es omnipresente en los fondos. Se vuelven a introducir pasajes más ambientales estilo black, con esos riff de guitarra tan peculiares.

“Dark Temptation” inicia de manera pausada, pesada, con un juego de pedal discontinuo que da una sensación de que el tema quiere acelerar o debe acelerar y no lo puede hacer, pero llega el estribillo, y ya se lanza con este dueto entre las dos voces (creo que la primera vez que coinciden realmente en el disco). Para volver a esta falsa sensación de lentitud. Como es la tónica del disco, volvemos a tener un pasaje ambiental muy oscuro.

Otro tema de enlace con “Hear The Silence” con una guitarra acústica, con un punteo certero y melancólico. Y entra “Fallen Gods”. El Tema del disco, épico, con grandes momentos de teclados, es a mi gusto el tema más conseguido. Allí no hay experimentación, cada parte, cada giro, cada cambio de cantante entra con precisión, cada instrumento tiene su solo. Que sea mi pieza favorita del disco quizás se debe es que es la más Power Metal, muy épica, y con una tonalidad más brillante (en contraste de la oscuridad que reina en el disco).

Y la oscuridad se vuelve a cernir sobre nosotros con “Dying Alone”. Pesado, muy pesado y lento. Pero como siempre, el aspecto camaleónico de la banda hace que se convierta en épico, para volver a tener un ambiente oscuro.

Cuando escucho “Doomankind” ya tengo asimilado que nos acercamos al final, esta cancion empieza con guturales, y alterna voces el estribillo gutural “This is a Doomankind”. Es impresionante, en este tema a diferencia de los demás temas no hay voz dominante y se alternan casi de manera paritaria los dos estilos, siendo las voces guturales las que dejan más huellas. Es otro de mis temas favoritos del disco, por sus ambientes variados, y este estribillo que engancha.

Y cruzamos los límites con otro tema de enlace “Crossing the threshold of darkness” y sigue “Deathly Relief” que empieza como un vendaval Black Metal. Representa la lucha final que se libra para escapar de la oscuridad que reina en todo el disco. En muchos momentos parece que esa oscuridad va ganando, pero después de un último intercambio entre las voces, se intuye que el demonio vuelve a sus profundidades.

“Invictus” sigue con una introducción Black metal, para ceder paso a un tema mas power. En este tema se alternan los protagonismos con grandes momentos de teclado, guitarra o voces. Acaba con una última galopada de doble bombo. Las letras están adaptadas de un poema de William Ernest Henley del mismo nombre. Y deja paso a “In The End Shall Be The Begining” una intro de teclado que esconde cierta melancolía pero también cierta alegría, representa muy bien el momento de dejar atrás todos y empezar algo nuevo.

En resumen un disco de impresionante madurez, los múltiples cambio de ambiente, y de estilo hacen que los 10 temas que componen el disco (los otros cuatros son introducción enlaces y salida) superan los 5 minutos sin en ningún momento hacerse largo o pesado. Esos chicos despliegan todos los recursos que se le presenta, y el hecho de no encerrarse en un solo estilo le permite aprovecharse de cada uno sin perder su identidad.

Todos los músicos de la banda despliegan técnica, calidad originalidad y talento, pero el que se merece ser destacado es Jandro, capaz de enlazar ritmos de varias influencias, y gracias a ellos cambiar los ambientes del disco.

Quiero destacar tres temas “Escape From Hell” por ser la más representativa del estilo de la banda, “Fallen Gods” por ser tan épica, y “Doomankind” por ser la más asequible del disco.

Si al principio dije que me vendieron gato por liebre lo retiro, es más bien que tenemos ante nosotros un lobo con piel de cordero, o al contrario, ya que esos chicos no son lo que parece y cambian su sonido a la velocidad de la luz (o del doble bombo).

1 – Into the Deepest Bane of Hope [intro] 01:52
2 – No Return 05:12
3 – Escape From Hell 05:35
4 – Nothing Remains [midtro] 01:38
5 – Search of Truth (Exegesis) 06:07
6 – As Darkness Falls 05:31
7 – Dark Temptation 05:14
8 – Hear the Silence [midtro] 01:40
9 – Fallen Gods 04:42
10 – Dying Alone 05:19
11 – Doomankind 04:23
12 – Crossing the Threshold of Darkness [midtro] 01:26
13 – Deathly Relief 05:50
14 – Invictus 05:19
15 – In the End, Shall Be the Beginning [outro] 01:49

ORION CHILD son:
Daedin – Guitara y Bajo
Jones – Guitara y Voces Guturales
Victor – Voz
Jonkol – Teclados
Jandro – Bateria

 
Enlaces de interés: