Por Eva Cucarella
Llega a mis manos el tercer disco de ópera rock que el compositor/productor/cantante Joaquín Padilla ha creado: LEGADO DE UNA TRAGEDIA.
Después de aprenderme de memoria los dos anteriores siendo sin duda indispensables en mi repertorio, «Legado de una tragedia III» llega con alguna incorporación a las voces e instrumentos. Morfeo es interpretado por Joaquín Padilla, Edgar Allan Poe por Leo Jiménez, Pluto por Tete Novoa, la Conciencia de Poe por Ronnie Romero, Corintio por Jose Broseta, Lucién por Miguel A. Franco, Destino por Israel Ramos, Virginia por Chus Herranz, Destrucción por José Cano, Tánatos por Alfred Romero, Frederick Metzengestein por Ignacio Prieto, Sr. Valdemar por Manuel Escudero, Viejo marinero sueco por Jorge Berceo, William Wilson por Roberto Castiglioni, Anciano del Maelmstrom por Fran Vazquez, Roderick Usher por Carlos Sanz, La muerte de la máscara roja por Zyrus, Demonio del campanario por Rubén Kelsen, Anciano entre la multitud por Charlie López, Desespero por Gabrielle De Val, Morella por Chus Herranz y Azrael por Javier Lúcia. Así que vamos a diseccionar tema por tema y a relatar la historia…
Acto 1: El umbral de las pesadillas donde encontramos…
El encargado de abrir semejante trabajo es «El mundo de los sueños» el cual empieza con violines, violonchelo y coros en latín, teclados y pianos… Pronto irrumpen la guitarra, el bajo, la batería. Poe es rescatado del abismo del infierno por Morfeo y es llevado al mundo de los sueños donde se encontrará con algunos de sus personajes, así como con otros seres que habitan allí como Destino que marcará su destino final. Las voces desprenden intensidad, sin duda han sido llevadas al límite, con una cadencia acelerada, la textura dulce de la voz de Morella no pasa inadvertida.
Destino manda a Poe a visitar a los Siete Eternos, donde los personajes de sus historias ya lo espera. En«La bestia de los ojos dentados», Lucién le muestra la Biblioteca de los Sueños a Poe, donde se almacenan los libros jamás escritos. Allí se encontrará con Corintio en una pesadilla creada por Morfeo, que le inspiró para escribir «Bernice»… Las voces de Joaquín, Leo, José y Miguel A. deleitan nuestros oídos junto al gutural casi al final de éste, un compás perfilado y variado, solos de guitarra excepcionales y un bajo logrado, sin duda una apuesta segura para ser el primer tema en ver la luz y hacer boca tanto a los fans de Poe como los que ya seguimos este trabajo desde el primer volumen en el 2008.
Después de que Morfeo escupa el nombre de Corintio y le llame aberración, «La maldición del manuscrito» se abre paso. Recorriendo El mundo de los Sueños, Poe es llevado a las tempestuosas aguas del abismo por Destino. Como en sus obras Manuscrito hallado en una botella o Maelstöm, son un reflejo de su tormenta existencial, donde narraba su propia maldición… El contraste de voces del Viejo Marinero sueco y el Anciano del Maelmström no nos dejan indiferentes, siendo éstas las nuevas incorporaciones. El tema abre con la orquesta, seguida por la batería de Carlos Expósito, el bajo de José Pineda, un solo excelente de Paco Ventura. Los coros no pasan inadvertidos haciendo que sintamos esa sensación de ansiedad.
Seguimos con «Corazones marcados por la traición» donde Morfeo señala que la obra Eleonora fue el centro de su vida, anteponiéndola a todo lo demás incluyendo a Virginia. A pesar de las advertencias de Lucifer, Poe se decantó por la gloria ante el amor. La conciencia de Poe entabla una intensa y demoledora conversación con Virginia, su difunta esposa. Dramáticamente, Poe cambió la vida de su amada, la cual se consumía con cada frase que escribía, pese la advertencia «Padecerás, los tuyos pagarán con sangre» donde trasmiten ese dolor y melancolía que hay en cada frase. Con una consonancia sosegada acelerando en el estribillo, la voz que encarna a Virginia nos trasmite su suplicio, el trasfondo logra erizarnos la piel.
Abre el corte con la voz exasperada Destrucción en «El resurgir de los Dioses caídos». Es uno de los Siete Eternos que le marca el camino al perdón a Poe, caer para resurgir. Se encontrará con William Wilson, uno de sus personajes espejo, reflejo del escritor, que ya intentó advertirle sobre sus pasos y éste le dio muerte en el relato, un suicido figurado. El escritor odiaba en lo que se había convertido… Sobresale la orquesta, la batería, bajo y guitarras quedan relevados a un segundo plano ocasionalmente, las voces son soberbias.
En el meridiano del trabajo hayamos «El pecado de la eternidad». Pluto recrimina a Poe su actitud al cerrar su corazón al amor, no solo reniega del amor sino que responde con crueldad a todo aquel que pretende entregárselo y sus personajes sufren su actitud. Lo plasmó en El gato negro y es Pluto con quien se encuentra en el mundo de los sueños… La orquesta cobra protagonismo, la voz de Tete es llevada a extremos inimaginables haciendo un dúo junto a Leo extraordinario, préstale atención al solo de guitarra excepcional de Alberto Marín.
Para finalizar el primer acto «Las aventuras de Arthur Gordon Pym» meramente instrumental de violín, viola, contrabajo y piano, para recorrer los parajes que le inspiraron para escribir su novela.
Acto 2 : La consumación
Empieza con «El demonio de la perversidad» otro de los Siete Eternos. Esta vez, Desesperado muestra a Poe cémo fue él mismo quien lo llevó a vivir su vida a la deriva y sin esperanza. Sus personajes padecen en sus entrañas el tormento de Poe, el cual usa sus escritos para expiar su dolor, imponiendo el suplicio a sus protagonistas. Con una consonancia lúgubre y oscura la Conciencia de Poe y Desespero se enzarzan en una conversión, donde nos embelesan en una espiral en descenso a la melancolía. La voz de La muerte de La máscara roja nos saca del letargo con unos growls a grito de «muere, muere, muere» trasmitiendo esa virulencia y furia que se haya en el personaje.
La dinámica en «El epitafio del destino» no pasa inadvertida, donde nos envuelve en sus cambios de ritmo desde el principio y la orquesta es lo primero en sonar junto a unos coros soberbios… Poe solo desea la muerte, pero tras burlarse de ésta en algunos de sus personajes, ella ignora sus súplicas saboreando y recreándose al ver el sufrimiento del escritor. Las voces deleitan nuestros oídos, sin duda un tema que no me canso de escuchar, donde la letra es un logrado dialogo entre Rr. Valdemar, Tánatos, Morfeo y Corintio y donde disfrutamos de los registros vocales capaces de erizarnos la piel. Las voces de Azrael y Virginia también se incluyen casi al final, recreándonos en los solos de guitarras y de teclados.
«Mi corazón sangra traicionado» expresaba Virginia en el tema anterior… «El peso del perdón» es una balada a medio compás con cambios de cadencia acelerada puntualmente. Donde Poe, sigue por El mundo de los Sueños ve a lo lejos a Ligeia, uno de sus personajes femeninos que mostraba la amada muerta y empieza a rememorar su recuerdo. Virginia desaprueba que, ensimismado con su obra, siguiera escribiendo tras su muerte sobre otras mujeres que pudieran estar inspiradas en ella… El piano cobra protagonismo y la batería, bajo y guitarras se quedan puntualmente el segundo plano. La voz de Poe cautiva los sentidos en un agudo endulzado y melancólico, sacando ese registro que trasmite la pérdida de Virginia la cual su timbre de voz desprende aflicción, tormento y añoranza, SUBLIME.
Con una introducción sutil, la flauta dulce, la guitarra acústica y portuguesa acompañadas por el piano nos guían por el tema «Descansa en paz», donde Virginia, a pesar del egocentrismo de Poe, le perdona, siendo incapaz de ver sufrir al hombre que tanto ha amado. Este gesto de bondad hace que Poe descubra el poder del amor y por fin le abra su corazón, rompiendo así la carga que tenía sometido al escritor y encontrando así el descanso eterno. Comienza como una balada, pero pronto apremian la cadencia mientras Poe, Virginia, Pluto, Corintio, Sr. Valdemar, la Conciencia de Poe y Morfeo muestran los matices de sus registros vocales, tanto por separado como juntos mostrando una gran coordinación. El trabajo de batería, bajo, guitarras y piano no pasan inadvertidos en ningún momento ni en ningún tema y los solos de guitarra tampoco.
El punto y final a la obra la pone «El lamento del hombre de arena» donde Morfeo lamenta tanto sufrimiento innecesario por el temor de ser amado. La voz quebrada y aterciopelada de Joaquín Padilla despliega todos esos contrastes que requiere este breve tema acompañado por el piano.
Tracklist
Acto 1 el umbral de las pesadillas
El mundo de los sueños
La bestia de los ojos dentados
La maldición del manuscrito
Corazones marcados por la traición
El resurgir de los Dioses caídos
El pecado de la eternidad
Las aventuras de Arthur Gordon Pym
Acto 2 La consumación
El demonio de la perversidad
Epitafio del destino
El peso del perdón
Descansa en paz
El lamento del hombre de arena
Para los amantes de la ópera rock, seguidores de Poe y seguidores de LEGADO DE UNA TRAGEDIA, puedo asegurar que este tercer trabajo que culmina la saga no os va a decepcionar.
Si todavía no tenéis los dos anteriores ¿A qué estáis esperando? Si ya los tenéis podréis ver la evolución de la trilogía. En este último cuentan con una orquesta que le da ese toque distinto a los anteriores consiguiendo la armonía entre la orquesta, coros y los rasgados de cuerdas, bajo y la cadencia marcada por las baterías, todo ello combinado con voces excepcionales con registros variados y extraordinarios. Las Baterías grabadas por colosos como Carlos Expósito, Adrián Romero y Andy C. Guitarras por Abel Franco, los solos de Javi Nula, Paco Ventura, Adrián Phoenix, Albero Marín, Pablo García y Manuel Seoane. Piano por Txema Cariñena y Joaquín Padilla. Teclado por Manuel Ibáñez. Órgano por Joaquín Padilla, entre muchos instrumentos que abarcan este álbum.
Personalmente puntúo este trabajo con un 9’75/10. No existe el disco perfecto pero este lo roza con creces, convirtiéndose así la puntuación más alta que he otorgado nunca. Si te pides la edición que incluye el DVD sin duda, disfrutarás del making off de la grabación. Un gran trabajo que culmina esta trilogía, en la que Joaquín Padilla se ha volcado junto a todo el equipo que ha logrado hacerlo realidad deleitando nuestros oídos. Si algún día lo llevarán a cabo en un teatro no me lo perdería.