Las desapariciones habían empezado hace ya un año. Los raptos aparentemente no estaban relacionados de ninguna manera. Lo único que había en común es que todos aquellos desgraciados eran de la misma ciudad. Me asignaron el caso hace un mes y, a decir verdad, no tenía ni idea de por dónde empezar la investigación. Aquella mañana el asunto dio un vuelco atroz. Nos llamaron para informarnos de que habían encontrado a uno de los desaparecidos. De inmediato cogí el coche patrulla y me encaminé hacia el lugar de los hechos. Media hora más tarde allí estaba un equipo médico, mis hombres y yo. El estado de aquel tipo era deplorable. Le habían amputado orejas, nariz y la mayoría de los dedos. Entre balbuceos decía una y otra vez «el baño de sangre, el baño de sangre en la cueva del tigre……. todos están allí……». Seguidamente se desmayó. Los paramédicos se lo llevaron de inmediato, mientras nosotros fuimos a aquel lugar. Yo lo conocía desde mi adolescencia.
Cuando llegamos allí, la imagen que todos pudimos ver era dantesca. Miles de cuerpos tanto humanos como de animales formaban un pentáculo gigante. Estaba ensamblado y sujeto a los salientes rocosos con metros y metros de los intestinos de los muertos. Debajo de todo aquello había un inmenso lago de sangre, donde flotaban cuerpos carentes de vida y unos extraños seres grisáceos desprovistos de pelo armados con lanzas y arcos. Sacamos nuestras armas y advertimos que si se acercaban, abriríamos fuego. Nos miraron con aquellos ojos que rezumaban la más pura e intensa maldad. Jamás habíamos visto algo así. Se encaminaron rápidamente hacía nosotros. Volvimos a avisarles, pero aquellos engendros no hicieron caso, así que comenzamos a disparar. ¡No caían!
A partir de ahí todo se volvió confuso. Las detonaciones resonaban en mis oídos mientras que el pulso me martilleaba la cabeza. Eché a correr mientras los gritos de mis camaradas taladraban mi mente. Estaba apunto de salir cuando sentí cómo una flecha atravesaba mi pecho. Caí de rodillas, entonces dos de aquellas abominaciones me agarraron de los brazos y me arrastraron hacia el pentagrama. Estaba apunto de formar parte del enorme símbolo demoníaco. En mis últimos momentos de vida, solo albergaba la esperanza de que pronto encontraran todo esto y detuviesen para siempre a aquellas aberraciones.
Bienvenidos al universo de WINTER DELUGE. ¿Serás parte de aquel rito prohibido?
WINTER DELUGE es un combo de Black Metal proveniente de Nueva Zelanda. Iniciaron su carrera en 2005, ofreciéndonos su primera demo «Vehement Visions of Nihilism» un año más tarde. Seguidamente en 2010 nos llegó el E.P «Vehement Visions of Nihilism» (sí, amigos, no me he equivocado, se llaman igual la maqueta que el Extended Play) que sirvió de antesala para lo que sería su primer larga duración «As the Earth Fades into Obscurity» en 2012.
Finalmente y tras una larga espera de cuatro años, el mundo vio nacer el 5 de noviembre de 2016 vía Frozen Blood Industries su nuevo y flamante plástico. Bautizado con el nombre de «Devolution – Decay» este L.P es el protagonista de estas esquelas.
El line up es el siguiente: Autumus (batería), Arzryth (guitarra), Mort (guitarra. Además forma parte de Nystagmus, Balthazar, ex-Exiled from Light, ex-Nekrofrost, ex-When Mine Eyes Blacken, ex-Winds of Sorrow, ex-Beyond Light, ex-Dimma Sinfónía, ex-Einsamkeit, ex-Funereal, ex-Schizophrenia, ex-Serpenthrone), Seelenfresser (voz. Ex miembro de Daemonolith).
En este segundo asalto, el grupo nos ofrece una obra directa y sin concesiones, donde no hay espacio para la paz ni el aburrimiento. La intensidad no baja ni un solo segundo gracias a unas composiciones tan dinámicas como violentas, que de seguro hará las delicias de todo aquel que sea afín a este tipo de sonoridades.
La producción contiene el punto justo de suciedad sin convertirse en una maraña absurda de sonido. A su vez adjuntan un artwork totalmente espeluznante que le viene como anillo al dedo a lo aquí exhibido.
Los riffs son fríos y oscuros a más no poder. Los hallamos disonantes, fluidos, a una cuerda y con instantes de doble armonía. Todo ello lo aderezan en ocasiones con punzantes solos.
Los registros vocales se basan en inhumanos shrieks que os helarán el alma.
La batería es toda una maravilla. Los constantes cambios de dirección y la predominante velocidad convierte a esta embestida en un desastre natural sin precedentes.
Personalmente destacaría «Yersinia Pestis», «Tentacles of Time» y «…Now you Reap» por las siguientes razones:
«Yersinia Pestis» es sin duda la más dramática y «melódica» de todas. Por cierto, ¿es cosa mía o hay cierto riffs con regustillo a los maestros Dissection?
Después de la calma vuelve la tormenta. Ésta tiene nombre, y no es otro que «Tentacles of Time». Ferocidad en estado puro, señores.
De «…Now you Reap» solo os voy a decir que para este humilde redactor es el mejor track de todos. Si queréis descubrir el por qué echadle un oído, hermanos.
No inventan nada estos chicos, pero desde luego da gusto escuchar bandas y plásticos así. Si os gusta el «metal negro» debéis de escuchar esta acometida.
Nota: 8
Tracklist:
1. Der letzte Atemzug
2. The Negation of Existence (The Cotard Syndrome)
3. Corrupt Prophets
4. Yersinia Pestis
5. Tentacles of Time
6. …Now you Reap
7. Perversion of Common Sense
8. Winter Deluge
9. The Image That Remains