Siguen andando LOS DE MARRAS en este duro camino de la vida y el rock ‘n’ roll. Los valencianos nos presentan su sexto trabajo titulado “Reamanecer”, un disco lleno de canciones con las que quieren seguir aportando su granito de ruido en este mundo sordo, con las que quieren seguir gritando que aun se pueden cambiar las cosas pero, sobre todo, con las que quieren ayudar a los que no tienen voz o la tienen hundida bajo kilos de dureza, desesperanza y desolación, ellos son los héroes de esta historia, ellos son el motor del mundo.
Han pasado casi tres años desde que viera la luz “Surrealismo”, su disco más maduro y aclamado, en este tiempo la involución social no ha parado de crecer, la crisis se ha seguido cebando con los más débiles, el surrealismo persiste, aumenta y LOS DE MARRAS no han sido ajenos a esta situación, la han padecido a nivel personal y como banda, y lo han plasmado en “Reamanecer”, un álbum con canciones que hablan de pequeñas grandes luchas que todos tenemos y que no nos pueden hacer desistir, que no nos pueden derrotar, canciones con las que les gustaría llenar el oído, el alma y el corazón de los más vulnerables, de los que más sufren. Porque ya no nos podemos conformar con amanecer cada día, tenemos que reamanecer y utilizar la fuerza de nuestras heridas para curar a esta sociedad enferma.
Por circunstancias personales que no vienen al caso, este disco ha venido como agua de mayo a mis oídos, hartos de embustes y hambrientos de rock ‘n’ roll. Como a cualquier joven en esta surrealista ciudad, me hacen falta canciones como “Poeta”. Y si no ha tenido suficiente, enseguida surge “Arde”. Por todas aquellas situaciones desesperantes que no habías pedido ni te merecías, pero que cayeron sobre ti de una forma tan inhóspita y brusca como la economía. Hay razones para sentir odio, ahora que el tedio se ha apoderado de tu día a día. “Ahora”, mucho más animada que las demás pero tan cruda como la cena de un león, nos sigue bombardeando las entrañas. Ahora que no queda camino ni alternativa, ahora que el disco ya se ha apoderado de tu corazón (espero) acomódate donde buenamente puedas, y pregúntate si vives.
¿Tu respuesta ha sido negativa? Bienvenido a la soledad de la era de la comunicación. “Vivir es +” es todo un grito a todos los que malviven, a los pacientes de depresión, a los egocéntricos que no ven más allá de su ombligo. Si eso es vida, el sol es de piedra. Hay problemas que ya estaban ahí y no dejan de perpetuarse. Encontrarás muchos de ellos embutidos y lanzados en verdades como puños dentro de los versos de “Superinferiores”. Ahora bien, con un aire mucho más fiestero, llega “Despertar”. La dificultad sin miedo no se hace tan dura. O tal vez nos salven los sueños. Los vivos, porque también existen otros. “Rotos” habla de ese otro tipo de sueños, aquellos que nos rompieron, no tienen arreglo y ni el mejor de los abrazos, ese tan cálido que nos hace tiritar, puede juntar las piezas de ese puzle que nunca se llegó a montar.
Antes de seguir con la segunda mitad del disco he necesitado un descanso para no caer sobre el suelo y convertirme en polvo, cual vampiro al abrir los ojos frente a la luz. Continuamos con “Perdido”, como deseo que no se sienta quien esté escuchando el disco. Una canción donde se deja claro que el narrador ha perdido toda esperanza y no le quedan excusas para seguir adelante. A partir de ahí, solo puede ir…, exacto: a peor. “Cuesta Abajo” nos enseña que incluso, en lo más bajo, hay un destino al que hay que llegar, y que dar un paso atrás para levantar a un ser humano caído es de valientes, así como no tiene nada de malo haber caído, llorado y necesitar un chute de alegría, contacto humano o lo que quieras que sea esa mano amiga que no va acompañada de ninguna mentira.
¿Y qué hay de nuestros compañeros y nuestras compañeras del otro lado del Atlántico? “Charco” es esa canción que les sacará una orgullosa mueca a los que más apoyan nuestra música. Para otros: “Seres Irracionales”. A los que ya nada se les puede enseñar, a los engañados, a los que piden miseria para la masa mientras se bañan en monedas de oro en bañeras hechas de platino mientras beben champán, por ejemplo.
Acabando ya, llega “Cada Día”. Hay un cambio de voz que no desentona en los discos de esta banda ni de muchas otras que aceptan colaboraciones o cuentan con más de una voz. Como estas colaboraciones, a veces las historias pasajeras quedan marcadas a fuego en el alma. Cuando nos damos cuenta puede ser demasiado tarde, pero de algún modo nos hacen crecer. Crecer más que el “Malnacido”. Para ser concretos, habla del padre pederasta e incestuoso, del cura que lastima donde nadie debe entrometerse, y de todo aquel que toque sexualmente a un infante. Otra canción que en una sociedad sana no sería necesaria. Y ya, para finalizar esta catarsis, esta apertura de ojos, este hachazo en el hipotálamo, llega “Piel de Mariposa”. Para todos y todas, por la fuerza que escondemos y desconocemos, hasta que se desata y la contemplamos como una flor que acaba de saludar al sol. Podemos tener una coraza, y sé de lo que hablo, pero una última canción acústica la puede atravesar. Esa fuerza existe, solamente hay que despertarla para que pueda reamanecer.
En resumen, este álbum me ha hecho sentir lo que muy pocos: una sensación catártica, una purificación para el alma, y un apoyo para la vida cotidiana. Han pasado varios minutos después de haberlo escuchado y puedo decir con total convicción que este álbum de LOS DE MARRAS es superior a su anterior trabajo. Es más duro, más pegado a esta sociedad posmoderna de la que no logramos salir. ¿Quieres saber que se siente al volver a sonreír y ver una oportunidad, una luz al final del túnel, un destino que alcanzar o una cadena que romper? No lo dudes más. Es un trago duro, pero vale tanto la pena como abrir los ojos para ver salir el sol.
Tracklist:
1. Poeta
2. Arde
3. Ahora
4. Vivir Es +
5. Superinferiores
6. Despertar
7. Rotos
8. Perdido
9. Cuesta Abajo
10. Charco
11. Seres Irracionales
12. Cada Día
13. Malnacido
14. Piel de Mariposa