Por Coraza
 

Ah, RUSSKAJA. Uno de los grupos más estrambóticos que ha conseguido hacerse un hueco dentro del panorama mundial. Para quien no lo sepa, su música es una mezcla de polka, ska, música tradicional rusa y heavy metal, también conocido como “Russian Turbo Polka Metal”. Etiquetas aparte, con los años han ido mejorando su sonido y han hecho varias giras por Europa, donde aprovechan para dar un directo muy interactivo, divertido e incluso el cantante, Georgij Makazaria, chapurrea varias lenguas como el español y el francés, aparte del ruso, inglés y alemán. No es de extrañar que al hacer el esfuerzo de dirigirse a fans extranjeros en su propio idioma haya provocado que su número de seguidores nunca deje de crecer. La alegría y el buen rollo que transmiten, sumados a su buena música, los está consagrando como uno de los grupos grandes del metal actual, a pesar de que de metal tienen poco. Pero eso no ha evitado que estén afiliados a Napalm Records y acaben de sacar su tercer álbum bajo su sello: “Kosmopoliturbo”.
 
Desde el principio tengo la sensación de que el disco va muy rápido. Ahora entiendo lo del turbo. Todo empieza con “Hey Road”, que conserva el espíritu del disco anterior y no se sale de sus tropos habituales. Sin embargo, esto dura poco tiempo. La segunda canción, “Alive”, nos habla de bailar, es rápida y breve como una canción de ska típica, pero incluye el uso del teclado y se empieza a salir de su ruta sonora habitual.
 
 
 
“Still in love”, la balada romántica y lenta que nos tienta a disfrutar de los violines de la misma, justo antes de que llegue el momento más cañero. Sin vaselina cual tropa en Stalingrado, llega la primera canción que no está en inglés: “Hello Japan”. Entre algunas palabras en japonés, el ruso y el sonido de las trompetas que gira hacia la polka, no sé con qué quedarme. Y, para los que ibais en busca de tralla, aquí tendréis vuestra dosis.
 
No podía faltar una canción de música tradicional rusa, completamente en la lengua de Lutero: “Volle Kraft Voraus”. Llegan de nuevo los bailes tiroleses y la gente sudada y borracha en salas pequeñas disfrutando de siete colgaos con muchísimo carisma. Tanto como para añadir una lengua nueva a sus canciones: el italiano. “Mare Mare” es un tema escrito en la lengua de la música, que resulta simpático de principio a fin. Es RUSSKAJA cien por cien, es relajante y es genial. Ya sabemos lo que vendrá a continuación.
 
En efecto, otra canción que vuelve a girar hacia el heavy metal. “Cheburaschka” vuelve a tocar el tema de la multiculturalidad en la que vivimos y que ellos han sabido aprovechar para componer. Lo mismo habla de Japón, que de Estados Unidos, que de su Rusia natal o de Austria, donde están afincados. Esta banda derrocha genialidad allá donde va, y lo que llevan de disco no tiene nada que envidiar a sus discos anteriores. No podía faltar tampoco una canción en castellano: “La Música”. Escucharla es un placer y, mientras un grupo cualquiera habrá hecho una especie de flamenco para atraer al público español, ellos se mantienen dentro de su género y escriben una letra preciosa.
Si tuviera que describir “Chef De Cuisine” en dos palabras diría: violín furioso. Como siempre, no escatiman en coros, y dejan que todos los miembros se sientan protagonistas por un rato. Hay solos de guitarra, hay momentos donde dejan a los instrumentos de viento solos con la batería y los coros, y a los fans francófonos les encantará. El álbum finaliza con esta última canción: “Send You An Angel”. Un dulce final a un disco que, aunque no deja de ser uno más en la discografía de RUSSKAJA, da para pasar un buen rato, para que alguna emoción se dispare. Vale la pena. Le doy un 8,5/10.
 
 
 
Tracklist:
 
1. Hey Road
2. Alive
3. Still in love
4. Hello Japan
5. Volle Kraft Voraus
6. Mare Mare
7. Cheburaschka
8. La Música
9. Chef De Cuisine
10. Send You An Angel
 
Enlaces de interés: