El pasado 19 de Agosto se celebró la sexta (6ª) edición del festival “Rock La Púa“, organizada por la asociación del mismo nombre, en Villargordo (Jaén). El cartel a priori, era bastante variado. Actuaban 3 bandas dentro del concurso de maquetas, que fueron XPRESIDENTX (rapcore/metal), DIRTY DOGS (rock) y ORION CHILD (heavy/melodeath). Finalmente se llevarían el primer premio éstos últimos, que sinceramente, ofrecieron un muy buen concierto. 

 
Los ganadores del concurso de maquetas, ORION CHILD
 
Por otro lado, y a pocos días de la celebración del evento, muchos de los que nos íbamos a desplazar allí para ver a KTULU, como principal reclamo, nos llevamos un chasco. La banda catalana cancelaba su actuación en Villargordo por “motivos internos en la banda”. Con pena y la ilusión un poco rota, la organización buscó rápidamente una banda a la altura que sustituyese a KTULU. Finalmente fueron los madrileños MURO los que ocuparían su lugar. Una buena confirmación, pero que resultó muy alejada del estilo industrial y groove de los catalanes. La otra banda invitada fueron los granadinos FAUSTO TARANTO (con ex-miembros de HORA ZULÚ).
 
 
Con una afluencia de público rondando las 350 personas y ya metidos en materia, vayamos a lo musical y a las actuaciones de esa noche.
 
Comenzaron XPRESIDENTX, con un poco de retraso respecto a la hora anunciada. La banda, totalmente irreverente, macarra y con unos mensajes irónicos y ambiguos a partes iguales, hicieron un show visual, muy espectacular. Acompañados de un par de colaboradores con máscaras de los ex-presidentes del gobierno español, la banda criticaba una y otra vez a nuestros mandatarios más importantes. 
 
 
Su estilo, que anda muy cercano al rapcore de bandas como DEF CON DOS o NARCO, gustó al público en general, aunque también es cierto que vi muchas caras de extrañeza, ya que no comprendían exactamente lo que estaban presenciando. “Cómete un pobre” sonó frente a las caras de estupefacción y de diversión de los asistentes.
 
Uno de los puntos fuertes de su actuación fue la base rítmica y el dinamismo de su bajista Irene, que no paró ni un segundo de moverse por el escenario y de animar al público. La pareja de vocalistas, también muy acertada, creando rimas y ritmos vocales vertiginosos y agresivos. Eduardo a la guitarra interpretó riffs potentes y con mucho groove, que enganchó a dar unos bailoteos a muchos de los que allí estábamos. Buen concierto.
 
 
Más tarde llegarían los linarenses DIRTY DOGS. La banda, que engloba un estilo que cabalga entre el rock más clásico y el stoner, ofrecieron un show bastante profesional. Me gustó la indumentaria que usaron Faya (el vocalista y guitarrista) y Pablo (el bajista), ya que iban con camisa blanca, muy elegantes. La puesta en escena fue muy correcta, y musicalmente, también excelente.
 
 
Desgranaron los temas que componen su trabajo discográfico “The motion”, que consta de 6 temas y fue grabado en Jaén, por Kike Gutiérrez en los Black Bunker Records. Podéis haceros con él por unos miserables 6€ desde su bandcamp. Si hay algo que me gusta de los concursos de maquetas es que, en muchas ocasiones, las bandas trabajan en el directo más insistentemente. No se si fue el caso de la banda linarense, ya que es la primera vez que los veía en vivo, pero tengo que admitir que disfruté muchísimo de su show, repleto de sonidos desérticos y riffs rockeros muy punzantes y orgánicos.
 
En ocasiones sonaban a los americanos QUEENS OF THE STONE AGE incluso a los sonidos algo más extremos de KYUSS. El trabajo de Faya a la voz es muy completo, incluso haciendo algunos guturales en uno de sus últimos temas. Su voz, pese a no salirse de los cánones del género, es muy correcta. Especial mención a la base rítmica formada por el baterista Paco y el bajista Pablo, que ya conocía de su trabajo en otras bandas locales. Gran pegada a las cuerdas, con un sonido compacto y homogéneo. 
 
 
En definitiva, muy buen concierto, merecieron algo más en el concurso de maquetas.
 
Después llegaría el turno de los vascos ORION CHILD, formados en 2003 y que presentaban en tierras andaluzas su último trabajo discográfico, que lleva por título “Into the deepest bane of hope”, editado en 2016. La banda, liderada por el vocalista Víctor Hernández, hicieron un impresionante show que englobó sonidos extremos de death metal melódico combinados con pasajes con tintes mucho más clásicos, rozando el heavy y power metal. 
 
 
En primera instancia puede chocar esta mezcla, pero nada más lejos de la realidad. La banda ha sabido pulir su estilo hasta llegar a componer temas que enganchan e impresionan a partes iguales. La voz de Víctor es muy completa, gozando de un registro variado y muy potente en todos sus aspectos. Los conocí muy pocos días antes del evento, así que no pude escuchar su trabajo detenidamente, pero puedo admitir que en directo la banda cumple sobradamente, creando una atmósfera excelente.
 
Además se alzaron con el primer premio del concurso de maquetas, un cheque de 600€ que seguro les vendrá genial para sus futuros proyectos musicales. Creo que merecieron sin duda ganar, aunque también hay que decir que tanto DIRTY DOGS como XPRESIDENTX se lo pusieron realmente difícil. No me hubiera gustado estar entre el jurado, una decisión bastante complicada… las otras dos bandas se llevaron también premio, 250€ y 150€ respectivamente. 
 
 
Tras el concurso de maquetas, llegaría el turno de los dos platos fuertes del festival.
 
Primero aparecerían en escena FAUSTO TARANTO, banda de fusión de sonidos folclóricos andaluces, rock y metal. Con miembros de los ya desaparecidos HORA ZULÚ, hicieron un concierto enorme. Es la primera vez que los veía en directo y no defraudaron. La primera vez que los escuché no me convenció esa mezcla tan extraña, pero en directo ganan muchísimos enteros. 
 
 
Acompañados en todo momento de dos chicas que hacían las funciones de coristas, también incluyeron en varios temas el acompañamiento de un músico con guitarra española, dándole ese toque flamenco a sus composiciones. El vocalista, Ismael, se ganó a la gente y se la metió en el bolsillo, con su bonita voz. Era el momento de ir escuchando temas de su nueva obra, titulada “El reflejo del espanto”. El concierto fue tomando ritmo poco a poco, tras un comienzo un poco frío.
 
Uno de los músicos más vitoreados fue Paco Luque, el guitarrista veteranísimo de HORA ZULÚ y también de la mítica banda granadina de thrash metal PERPETUAL, formada a principios de los años 90. Toda una vida dedicada a la música y en muchas variantes distintas, hizo las delicias de los que allí nos congregábamos, mostrando su experiencia sobre las tablas y con su instrumento. 
 
 
El resto de la banda estuvo también a un altísimo nivel, especialmente el otro guitarrista, Quini Valdivia, que dio otro gran recital de cómo hay que tocar una guitarra sin perder un ápice de agresividad y actitud encima de las tablas. Gran concierto de FAUSTO TARANTO, de los que me llevé una gratísima sorpresa. Sin duda y si tengo la oportunidad, volveré a verlos en directo, merece la pena y mucho.
 
Y como guinda del pastel, MURO. La mítica banda de speed metal madrileña, formada a principios de los 80 volvían a Jaén tras algún tiempo, esta vez con Rosa como vocalista y frontwoman. No es por desmerecer su trabajo ni mucho menos, pero bajo mi punto de vista la banda está un nivel un pelín por debajo respecto a su época con Silver Fist en el aspecto vocal.
 
 
Las comparaciones son odiosas, pero hay que admitirlo. 
 
Eso sí, a nivel de potencia y energía sobre el escenario, casi podría decir que la banda está en uno de sus mejores momentos, con un gran nivel de forma. Además Rosa en el escenario es una impresionante frontwoman, animando sin parar al público y dándolo todo en un show repleto de clásicos. 
 
Pero no todo fueron clásicos, ya que también interpretaron temas de su más reciente trabajo discográfico “El cuarto jinete”, que se editó el pasado 2013. Eso sí, pese a que cuando interpretaron estos temas, el público no estaba tan activo, sonaron tremendamente bien. Sin nada que envidiar a los temas clásicos.
 
Pero lo que quería la gente eran temas míticos, y no faltaron. 
 
 
De todas formas todo esto no fue problema para que las 350 personas que allí estábamos disfrutásemos de un show enérgico y cargado de clásicos como “Telón de acero” o “Juicio final”, entre muchísimos otros. La potencia del speed y su velocidad animaba a la gente un poco antes de terminar la noche. Un gran broche para terminar esta excelente edición del festival de Villargordo.
 
El año que viene, más y mejor. Y esperamos que podamos ver a KTULU pronto por tierras jaeneras.