Desde tierras germanas, la banda BLACK MESSIAH nos traen su última obra a la que han llamado “Walls of Vanaheim”, un trabajo compuesto por quince cortes de los cuales, seis corresponden a interludios recitativos que narran la historia que da vida al álbum.
 
“Prologue-A new threat” es el inicio de la obra que como he mencionado anteriormente, corresponde a uno de los recitativos, en este en particular se narra el principio de una historia que nos embarca en un viaje lleno de emoción y misterio.
 
Comienza “Mimir´s head” con una energía llena de brillo. Muchos son los matices que se pueden apreciar en todas las líneas instrumentales, destacando la parte más orquestal con predominio de coros liricos femeninos. Se incluyen en el tema voces melódicas masculinas que dan propiedad y claridad a la obra. La parte rítmica es absolutamente brillante, llena de variedad con inclusión de poliritmos muy poco comunes en este subgénero.
 
Continua la parte recitativa con “Father´s magic” la cual da pie al siguiente tema real del álbum.
 
Este se llama “Mime´s tod”, corte donde el violín cobra protagonismo absoluto, marcando una melodía suave y clara como un riachuelo que pronto se torna en una tormenta de hachas ante la parte ejecutada por las guitarras. Gran contramelodía que forma el estribillo a las guitarras, que siguen una línea combinativa con el violín deliciosa. Que se puede decir de la rítmica, que hacía años que no escuchaba unas baterías y un bajo tan contundentes y empleando bases propias del power metal más enérgico y del black metal más pesado.
 
“Call of battle” es otro interludio recitativo, donde extrañamente se escuchan pasos femeninos que dan paso a un murmullo oscuro e intrigante…
 
Pesado y contundente aparece “Die bürde des njörd”, donde los blast beats marcan los primeros segundos de la obra que tras un breve muestreo rítmico, deja entrever una carga de guitarras de corte oscuro y black metalero. A posteriori, más y más melodías que encandilan al oyente acompañadas de los ritmos más comunes en el black metal. La obra contiene una parte acústica a guitarra y orquesta que precede a una emocionante y épica melodía que nos introduce en una marcha de corte militar para concluir en una amalgama de riffs que finalizan la obra dejando el pabellón muy alto.
 
“Satisfaction and revenge” llegando al ecuador de este fantástico álbum, que de nuevo con marcados violines, hacen del tema atractivo para los fans más entusiastas de las melodías pegadizas y fáciles de escuchar. La obra no está exenta de contundencia a las cuerdas, donde la propia ecualización del disco deja más que clara la presencia de las mismas. Voces corales rasgadas en el estribillo que una vez más, apasiona. Ligerísimos toques a FINNTROLL en este corte que hacen aún si cabe más atractiva la composición.
 
“The march” es otro recitativo donde se pueden apreciar el circular de carruajes y relinchar de caballos, en lo que se supone que es una incursión a través de un camino rural…
 
Por fin el tema que da nombre al álbum, esto se llama “The walls of Vanaheim”, donde como es común en las composiciones de la banda, los violines y las orquestaciones cobran un protagonismo abrumador. Una vez más y para mi gozo musical, la inclusión de blast beats a la batería combinados con una cruel melodía impresa por las guitarras, hacen a esta obra merecedora de abanderar el álbum.
 
Estructura compleja la de este corte, donde la banda no ha desperdiciado ni un solo hueco musical, dejando a un servidor absolutamente abrumado por la capacidad compositiva de esta fabulosa banda.
 
Multitud de poliritmos a las baterías para hacer de la obra un caos maravilloso y de una complejidad exquisita.
 
“Decisions” aparece como recitativo, donde se sigue narrando el siguiente capitulo de esta historia con una encarnizada lucha a espadas en mitad de una tormenta…
 
Riffs contundentes acompasados con baterías y bajo cortantes para dar lugar a “Mit blitz und donner”. A cada paso que la banda da, internándose más en la narrativa del álbum, las melodías se tornan más y más épicas, con repeticiones interminablemente maravillosas de los estribillos. Este es otra obra ausente de sencillez, estructuralmente compleja a estacadas de intro-estrofa-estribillo (bis)-estrofa-estrofa-estribillo. Mucho tiene que cambiar el álbum para no convertirse en uno de mis favoritos de cuantos he escuchado en mis años de vida.
 
“The ritual” conforma otro pasaje que ahonda en la historia que narra este álbum.
 
Viendo llegar el final de este fantástico trabajo, “Kvasir” aparece para cambiar en cierto modo el tercio compositivo del álbum, una obra con un tempo andante aunque pesado en las cuerdas como ya es habitual en BLACK MESSIAH. No todos los temas que componen un trabajo van a ser rápidos, directos y fáciles para cualquier oido, este es un claro ejemplo de que para componer una buen obra no es necesario incluir ninguna de las características anteriormente nombradas.
 
En penúltima posición “A feast o unity” del que diré, que es una de las obras que más me han llegado de todas las que componen este álbum. Sin ser una maravilla compositiva en ninguna línea instrumental, contiene en su interior brillantes cambios rítmicos y repeticiones en el estribillo con cierto aire épico que coronan a esta obra, por lo que poco más se puede añadir en una descripción o critica de este tema.
 
El punto y final a este trabajo llega de la mano de “Epiloque: farewell” que comienza con una parte recitativa, la cual, precede a una composición más orquestal y melódica que cualquiera de las anteriores. No está exenta de contundencia, pues pronto hay incursión de los tan admirados blast beats “slow and true” pero elevando considerablemente los bpm establecidos para esta técnica. Admirable la elección de la banda para poner el broche final a este gran álbum.
 
Grandísimo álbum a todos los niveles y líneas de composición. Sin duda alguna puede que estemos ante el mejor álbum de los subgéneros viking y black metal sinfónico de los últimos años.
 
 
NOTA PERSONAL: 9/10