Analizamos a fondo “Fatal command”, el nuevo disco de los alemanes PÄNZER

 

Pese a su corta trayectoria musical de tan solo tres años, cuando hablamos de PÄNZER no estamos hablando de una joven banda de gran calidad con ganas de comerse el mundo y poca experiencia, si no todo lo contrario. Perfectamente podrían sumar un siglo de actividad musical en bandas de altísimo nivel entre todos sus integrantes.

 

Empezando por su líder Schmier, encargado del bajo y de poner voz al grupo, que ya hacía las delicias de todos los amantes de thrash metal en una banda como Destruction. Pasando por el dúo de guitarras formado por Pontus Norgren, conocido por sus riffs de guitarra en la famosa banda de power metal sueca Hammerfall, y V.O. Pulver que ha pasado por bandas como Poltergeist o Gurd. Y terminando por Stefan Schwarzmann, encargado de las baterías en grupos de metal alemán de relevancia como son Accept, Running Wild o Krokus.

 

Esta unión ha servido para conseguir un estilo propio, duro y contundente, que fluye dentro del heavy metal clásico alemán, enriquecido por el power metal y el thrash metal, cuyas influencias han conseguido una gran carga melódica por parte de uno, y una rabia y potencia por parte de la otra.

 

Todo esto queda plasmado en un trabajo serio, bien madurado, con un sonido y una producción impecable que es la evolución perfecta de su anterior trabajo “Send them all to Hell”. Un disco compuesto por once temas, compacto y potente donde las baladas brillan por su ausencia.

 

 

El thrash metal tiene una presencia importante, impregnando gran parte del disco, destacando en canciones como “Bleeding allies” o “Satan´s hollow”, para mi gusto una de las más potentes del disco, con un dueto de guitarras y un ritmo de batería digno del mismísimo “Painkiller” de Judas Priest.

 

Compositivamente hablando, nos encontramos con un disco muy interesante, muy heterogéneo y con muchas reminiscencias a grupos clásicos, donde Schmier hace un buen trabajo adaptando su voz perfectamente a cada canción. Como en “Skullbreaker”, con un ritmo lento y pesado que nos trasporta a los mejores tiempos de Accept, o en “We can not be silenced”, otro de los platos fuertes del disco, donde su forma de cantar nos recuerda un poco a Blackie Lawless de WASP, con una base rítmica rápida e impecable donde la batería coge el protagonismo para marcar un ritmo persecutorio a toda la canción, cediéndolo únicamente a la guitarra durante el solo.

 

No podemos olvidar el buen trabajo en la sombra de las cuatro cuerdas, que se hace omnipresente en algunas canciones, como en la rápida “Afflicted” o en “I’ll bring you the night”, dotándolas de una gran profundidad. Cabe destacar en esta última también el gran trabajo a las seis cuerdas, donde la buena coordinación entre las guitarras y el acertado uso de la distorsión son rematados con uno de los mejores solos del disco.

 

La buena conexión y coordinación entre Pontus y Pulver está presente en todo el disco, acoplándose perfectamente a la linea de bajo, como en “Scorn and hate”, donde gracias a la batería de Schwarzmann, consiguen interludios dentro de esta que nos traerán a la memoria a la gran doncella de hierro.

 

No podemos olvidarnos de “The decline (and the downfall)”, con un marcado ritmo clásico muy metalgodniano donde la guitarra explota en un solo muy thrasher. O de “Mistaken”, donde Schwarzmann asume el protagonismo desde el principio, apoyándose en el bajo, para imponer un ritmo marcial. A diferencia de esta tenemos “Promised land”, donde esta vez comparte el protagonismo con las guitarras consiguiendo un corte potente y clásico rematado por unos coros muy acertados.

 

Sin duda un disco sobresaliente a tener muy en cuenta este año y que augura un gran futuro para esta super banda. “Fatal command” está lleno de grandes melodías, buenos riffs, solos espectaculares de guitarra y estribillos muy pegadizos que harán las delicias de todo amante del heavy metal.

 

Os dejamos una muestra de el:

 

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