Texto y fotografías por Miguel Alegre

El pasado sábado 25 de noviembre la cita era en la Sala Caracol de Madrid con NASHVILLE PUSSY, un grupo bastante asiduo a tocar por nuestra tierra y que no suelen decepcionar. En esta ocasión la gira tenía paradas en Bilbao, Gijón, Santiago y Madrid, para terminar en Barcelona.
 
 
Los encargados de abrir la velada era el trío catalán THE LIZARDS que con su buen sonido “hardrockero” sirvió para calentar la abarrotada sala Caracol y dejarla lista para los de Atlanta. THE LIZARDS están formados por Judith Kordan al bajo, la cual no paró de moverse por todo el escenario, Edgar Beltri a la batería y Carla Santacreu a la voz y guitarra. Sonaron temas como “Burning City”, “Dirty Secrets”, “Sing out Loud” o “I Told You So” que hicieron moverse a la gente e incluso un sector importante del público pareció quedarse con ganas de más.
 
 
Era el turno de los de Atlanta tras el protocolario parón para cambiar el set de instrumentos y hacer las pruebas pertinentes. Tras el telón con el que la sala acostumbra a esconder a algunos grupos (no lo hizo con los teloneros) empezó a sonar la melodía a modo de introducción con el que el cuarteto se presentó ante la audiencia. Le siguieron los acordes de “Everybody’s Fault But Mine”, rock directo, “sucio” y divertido, marca de la casa. 
 
 

Sobre el escenario la guitarrista Ruyter Suys, atrae la mayoría de las miradas. Es un auténtico látigo en directo y una estupenda guitarrista sin complejos que no paró de moverse por el escenario y contagiar su entusiasmo a toda la sala. En la voz, su marido Blaine Cartwright, más estático, aportaba no solo voces y guitarra si no también la pose y actitud gamberra dando de beber a morro de una botella de Jack Daniels’ a Ruyter o bebiendo él mismo cerveza directamente de su propio sombrero. NASHVILLE PUSSY son ellos, tanto la bajista Bonnie Buitrago como el batería Ben Thomas saben cuál es su papel y lo desempeñan con brillantez sonando la banda muy acoplada. 

 
 
Sonaron temas muy señalados de la banda como “I’m So High”, “Hate And Whiskey” o “Going Down Swinging” para a continuación desvelarnos un tema nuevo que están presentando en esta gira “We Want A War” y que sigue la misma línea contundente y energética de sus predecesoras. El concierto discurre con algún que otro fallo de sonido (el micrófono de Blaine tuvo que ser sustituido porque dejó de funcionar por completo), tragos de whiskey, riffs y solos de guitarra increíbles. Hasta hay tiempo para un solo de batería que de algo más de atención al efectivo batería. 
 
 
Para la descarga final a modo de bises no podían faltar “Why, Why, Why” y sobre todo “Go Motherfucker Go” donde Ruyter acabó aporreando las cuerdas de su guitarra con un tercio de cerveza (previo vertido de su contenido en el público) y acabo rompiendo las cuerdas de la guitarra y regalándoselas al público.
 
 
En definitiva, una gran noche de rock and roll directo, enérgico y sin tapujos que divirtió a los presentes en la sala. No se puede pedir mucho más. 
 
 

 Setlist:
 
Intro
Everybody’s fault but mine
Piece of ass
Pillbilly
I’m so high
Rub it to death
Hate and Whiskey
Going down Swinging
We want a war
Till the meat falls off the bone
Up the dosage
Can’t you see
Go to hell
Good Night for a Heart Attack
Drum Solo
Pussy’s not a dirty Word
Struttin’ cock
Why why why
Go Motherfucker go