Ya lo venían anunciando, y es que el esperado cuarto larga duración de una banda con la trayectoria de CELTIBEERIAN, con la expectación que han generado en vivo, en directo, y a través de los medios, no es para tomarlo a la ligera.

Estamos ante un larguísimo trabajo lleno de matices, historias y detalles donde la banda ha descargado todo su arsenal y nos es difícil desgranar entre tanto material, eliminando, en la búsqueda por el resumen, temas indispensables. Podríamos decir que este es el disco más maduro de la banda, que promete un salto a lo que ya considerábamos difícil de superar. Como datos técnicos, Deiwos ha sido grabado, mezclado y masterizado por Alex Cappa de The Metal Factory Studios (Madrid) y el diseño de portada y libreto han sido obra del artista Jan Yrlund (Darkgrove studio).

La historia que se esconde detrás de Deiwos no es otra que la oposición de los contrarios. El álbum trata de la dualidad del alma humana a través de la oposición de los dioses celestes y los dioses del infamundo. Igual que no existe la oscuridad sin la luz y que no conoceríamos la existencia del silencio, si no es por la presencia del ruido, el enfrentamiento de opuestos es una realidad que vive el ser humano desde los confines de su creación y del que no se han podido librar en el mundo de los dioses, hechos a nuestra imagen y semejanza, o viceversa.

Nuestro disco empieza con una deliciosa From the Deep Waters, que promete más ser un canto y una súplica a los dioses que la introducción que dará paso a los siguientes 14 cortes, donde rompe con un Deiwos aspirante a ser la apertura de concierto más potente. Deseando ya verlo en directo.

Y hablando de delicias no mencionados anteriormente, la voz cada vez más presente de la violinista Patricia da un toque de exquisita melodía y desgarro en los temas The Wolf I am (dedicado a Marcos Rodríguez Pantoja, uno de los pocos casos documentados de niño criado por lobos en España) y The Reborn, un juramento a Ataecina, la diosa del mundo subterráneo, desde donde nace la vida y todo retorna a ella al final de ésta.

No faltan en el redondo himnos de aullar con el puño en alto. Las simpáticas Fear my Beard y Looking for Beer, con sus estribillos tremendamente pegadizos imaginamos hordas gritando “Look at me!” o “all my life I’m looking for beer” bailando ante los solos de guitarra o violín, sobre todo de la segunda mencionada.

Sin desmerecer temas como Puellae Gaditanae, el tema que promete poner al público bailar hasta extasiar cuerpos será The Harvest Song, la canción dedicada a la celebración de la cosecha y, para mí, la celebración de la vida de los que estamos arriba, aun, aguantando antes de volver con Ataecina. Instrumentales aparte, por supuesto, pues Gallaecia II no dejará un pie quieto más de 10 segundos.

Hacía tiempo que numerosos discos que prometían tener un hilo conductor te dejaban con un amargo sabor de boca al ver ante ti sólo un conjunto de canciones compuestas sin nexo común, o peor, todas iguales entre sí. Pero no es el caso de Deiwos, que ha cumplido no sólo con las expectativas que crearon, sino que tiene cuidado cada detalle para tener 15 canciones con alma propia, pero conviviendo en un universo común. Sin duda un trabajo de diez que ya estamos deseando ver sobre las tablas.

 
Tracklist
 
1. From Deep Waters (Intro)
2. Deiwos
3. Devotio
4. The Wolf I Am
5. The Shadow of the Lynx
6. Fear My Beard
7. The Reborn
8. The Harvest Song
9. Navigium Isidis
10. Puellae Gaditanae
11. Life Goes On
12. Txoria Txori
13. Looking for Beer
14. Gallaecia II
15. The Spirit of Our Inner Nature (Outro)
 
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