Tras el parón de las fiestas y el comienzo de un año nuevo la maquinaria heavy de Granada volvió a ponerse en marcha, moviéndose pieza a pieza, engranaje a engranaje, con el objetivo de mover la escena metálica en la capital. Y uno de esos primeros engranajes en entrar en acción fue el pasado DEFENDER OF THE SOUTH FEST,al que tuvimos la oportunidad de asistir.
De espaldas al público, mientras que las luces permanecían apagadas y una breve intro con disparos sonaba, iniciaron su descarga con una autentica Rebelión musical en contra de los que nos oprimen. Subieron la intensidad con la potente Un lugar, para luego bajar un poco con la progresiva Fe, donde como siempre pudimos disfrutar el gran momento vocal de Mireia.
Tras el breve repaso a su primer EP Revolución, presentaron material nuevo como Defiende el metal, Falsa Realidad o Pobres bajo la piel, con Javier a la guitarra muy activo durante todo el concierto, contrastando con la sobriedad de Alejandro Sola a las cuatro cuerdas. Aprovecharon para compartir entre ellos varias coreografías. Mientras, Kyle aporreaba sin piedad los bombos, jugando con las baquetas entre pegada y pegada. José Ramón, como siempre muy concentrado, se lucía en los solos de guitarra.
Para finalizar nos prepararon una sorpresa especial, contando con la ayuda de un zombie para teatralizar la canción que lleva el mismo nombre (Zombies), donde de nuevo Mireia muy comunicativa con el público durante todo el concierto (consiguió incluso sacarle los coros a este), volvió a salirse mostrándonos el torrente de voz que posee.
Los siguientes en saltar a la arena fueron SPIEKERMANN. El grupo liderado por el guitarrista y compositor germanovenezolano Paul Jr. Spiekermann, coge su nombre de su apellido, y eran otra incógnita de la noche, pues no había presenciado ninguna actuación suya con anterioridad y la verdad que no defraudaron al igual que el resto de las bandas.
Se subieron con ganas al escenario, comenzando con canciones como Disappear y Forget, donde fusionaron una peculiar mezcla con toques de hard rock y heavy metal donde destacaba bastante la particular forma de cantar de su vocalista Erick Rayne, que nos recordaba un poco a cantantes como Glenn Danzig.
No solo nos sorprendió un poco por su forma de cantar que se escapa de la típica voz a la que estamos acostumbrados en muchos grupos de este estilo, si no que también demostró que con las seis cuerdas sabía defenderse cuando se enfundó la guitarra para dar apoyo a Paul con ésta en Realize.
Tras Fire Thru’ My Veins contaron con la colaboración de Angel Pina que se enfundó la guitarra para tocar Stomping On The Road, aportando a la canción un toque más duro con el sonido de las dos guitarras, que contrastaba con las partes más lentas donde los protagonistas eran el profundo bajo de David Romera y la omnipresente batería de Abel Hurtado.
Les seguiría la emotiva Stalker y la balada Fallen Angel, donde Erick volvió a enfundarse la guitarra, esta vez acústica, para cantar y tocarla en solitario. Better Pill y Free From You servirían para terminar otra gran actuación, acercándonos cada vez más al ocaso del festival.
Esta vez los encargados de cerrar la noche fueron el talentoso y joven cuarteto de hard rock con toques heavys SUNSET BOULEVARD. Como pudimos comprobar a lo largo de su actuación sus influencias, eran muy variadas, desde GUNS’N’ROSES pasando por MEGADETH u OZZY…
Tras una breve intro, con un comienzo de batería y bajo como si de los mejores GUNS’N’ROSES se tratase, comenzaron con My Revolution, seguida de Man Outta Time, donde Víctor, el carismático vocalista, guitarrista y líder de la banda Víctor nos recordaba un poco a Dave Mustaine en su forma de cantar.
Con un dúo de guitarras muy bien compenetrado formado por Víctor y Moya, apoyados por el sonido pesado de las cuatro cuerdas de Ventu y por la contundencia de la batería de Migue, nos dieron una buena ración de heavy metal y hard rock. Claro ejemplo de ello sería lo que parecía una balada como I Don’t Believe In God, que rápidamente a golpe de batería explotó en una canción más dura con un toque muy clásico, al más puro estilo Bark At The Moon, donde los platillos y el grave bajo de Ventu siempre estaban presentes.
Nos presentaron canciones nuevas que no estaban recogidas en su EP Burn It All, como fueron Sister of God, Creature of Evil, Crash N Burn o Born to Rise, ambas con sus pegadizos estribillos, que sonaron brutales e hicieron disfrutar y meterse de lleno en el concierto a todo el público.
Tras un breve “peloteo máximo” como bien dijo Víctor, donde dio las gracias tanto al público asistente, al resto de las bandas, como a la sala entre otros, continuaron una declaración de intenciones como es Hit’ N Run, tras la cual Víctor sacó una botella de Jack Daniel’s y se bajó entre el público para compartirla con todo el mundo, celebrando así el lanzamiento de su último EP, para subirse de nuevo y acabar con un bombazo como es So Far Away, convirtiendo en una auténtica fiesta la sala.