17-03-2018
 
La banda SNAKEYES acaba de iniciar su gira MONSTERTOUR para promocionar su inmenso Metal Monster, su último álbum de estudio. Después de asistir al estreno en público del disco en Sevilla, nos desplazamos mi compañero José Emilio y yo para cubrir su fecha en Málaga en la sala Onda Pasadena. A continuación os contamos todos los detalles de la misma.
 
 
Por segunda vez nos acompañó la lluvia, y lo que más me preocupaba: un gran número de eventos repartidos en varias salas de la capital de la Costa Del Sol (cuatro esa noche, entre ellos un festival). Antes del concierto pudimos realizar una entrevista a José Pineda, bajista y líder de la banda, acompañado del vocalista de la misma Cosmin Aionita, aunque este último, por sus limitaciones con el idioma, se reservó para después, donde tuvimos el privilegio de compartir una cerveza con ellos y descubrir la afición de Cosmin por el queso y el jamón. 
 
En una charla muy amena pudimos interactuar mejor con Cosmin en inglés, pues aunque se ha puesto las pilas con el español y suele entenderlo bien, todavía le cuesta un poco expresarse con este. Hablamos sobre JUDAS PRIEST, una de las pasiones de Cosmin, de su último álbum Firepower, que quedó en bastante buen lugar, todo queda dicho, eso sí, sin superar al Painkiller, el favorito del vocalista. También José participó y hablamos de música en general, de grupos como METALLICA (una de sus favoritas), donde, como suele ser habitual, nadie defendió el álbum St. Anger… más bien todo lo contrario. Nos contó batallas pasadas de su época en SPHINX, cuando el heavy metal estaba en pleno auge… Pero vamos a lo importante: el concierto.
 
 
Si el estreno la semana anterior me dejó perplejo por los problemas con el sonido, y el inicio titubeante de Cosmin, en esta ocasión fue todo lo contrario. Salvo en la primera canción, donde al pecar de precavidos ajustaron el volumen de la guitarra de Justi demasiado baja por miedo a tapar el resto de instrumentos, el sonido durante todo el concierto fue muy bueno, mejor incluso de lo que se podría esperar de una sala de espacio reducido. 
 
El inicio tardío (pasado las 0:30) benefició al público, permitiendo a más de uno empalmar con alguno de los otros conciertos que había en la ciudad, cosa que benefició a llenar el Onda Pasadena. Para amenizar la noche y hacer la espera más llevadera, desde las doce se pudo disfrutar de una fiesta Jägermeister, que aumentó las ganas de pasarlo bien de toda la gente que iba llegando a la sala. 
 
 
Desde el comienzo con Into The Unknow, tanto músicos como público se volcaron unos con otros de forma recíproca, creando una simbiosis especial que no siempre se puede disfrutar en cualquier concierto. Cosmin demostró que lo de la semana anterior fue solo falta de rodaje y en esta ocasión no tuvo que modificar fraseo o notas. ¡Simplemente perfecto! 
 
El setlist estaba formado mayoritariamente por temas de su último álbum Metal Monster, sin olvidar grandes temas de su trabajo anterior Ultimate Sin. Qué bien sonó Down for the Devil, sólo superado por los atronadores Edge Of the World o Cyberkiller, con ese comienzo a dúo de batería y guitarra brutal. Contar ya con dos discos les sirvió para elaborar un repertorio mejor elaborado, donde los temas se complementaron a la perfección y donde se alternaron distintos ritmos. 
 
 
Uno de los primeros puntos culminantes fue con Facing The Darkness, la cual se me quedó clavada en lo más hondo, con un solo de guitarra posterior de Justi que además de ser ejecutado con gran maestría, tiene el buen gusto de no ser muy extenso. Con Shadow Warrior, otro tema de su primer trabajo, le llegó el turno de lucirse a Carlos Delgado, que debido al tamaño del escenario, quedó relegado y escondido a un segundo plano durante todo el concierto. Pero se desquitó bien con su solo de batería, demostrando su calidad y deslumbrando al público. La verdad es que había echado de menos poder disfrutar de alguno en los últimos conciertos.
 

Una canción que no me dijo mucho cuando la escuché en el disco fue My Own Shadow, pero en directo me encantó y se volvió atronadora. Le siguió otro gran tema como es Mask of reality, que puso la sala al rojo vivo y marcó la recta final del concierto. Posteriormente Cosmin preguntó al finalizar si teníamos corazón de metal, la sala se vino abajo (o arriba según como lo queramos ver). 

 
Con el clásico Metal Heart de ACCEPT nos hicieron cantar su pegadizo estribillo con todas nuestras fuerzas. Aprovecharon un pequeño parón para colocar el Painkiller en medio a modo de medley, con Justi dando la talla con la guitarra y donde Cosmin demostró todo su rango de voz, aguantando la comparación sin ningún tipo de problema. Reengancharon de nuevo el tema de ACCEPT, para acabar de dejarnos sin voz.

 
Metal Monster fue otro punto culminante de la noche, un tema labrado para el directo, perfecto para que el público interactúe y haga los coros. Nos dieron otra grata sorpresa cuando comenzaron a sonar las primeras notas de la mítica The Trooper de IRON MAIDEN, que hizo que la gente se volviese loca, peligrando incluso la mesa de mezclas. 
 
A pesar de encontrarse muy a gusto sobre el escenario, llegó la hora de la despedida, y lo hicieron a lo grande con Ultimate Sin. La velada llegó a su fin, o por lo menos sobre el escenario, ya que José, Carlos, Cosmin y Justi se quedaron un largo rato con la gente que abarrotó el local, charlando y repartiendo apretones de manos, abrazos o besos. Tampoco faltaron las fotos y firmas, siempre con una sonrisa en la boca, a todos aquellos fans que lo solicitaban. ¡Unos verdaderos cracks! 
 
 
También fue grande el apoyo, no solo moral, sino económico a la banda por parte del público, pues una gran parte aprovechó para adquirir alguno de sus discos o camisetas, algo muy importante para la progresión de cualquier banda. 
 
Una noche para recordar donde la banda, pese al espacio reducido sobre el escenario con el que contó, lo dio todo como si de un gran festival se tratase, pero disfrutándolo muchísimo más, pues poder sentir la satisfacción del público cuando lo tienes tan cerca no tiene precio. Sin duda un buen golpe de moral para la banda, que se verá muy reforzada para el concierto del próximo viernes en la semifinal sur del W.O.A., que tendrá lugar en Sevilla. Nuestros mejores deseos para ellos.
 
 
 
Me quedo con una imagen de la noche que lo refleja todo a la perfección: la cara de José Pineda con una sonrisa imborrable cada vez que se acercaba al micrófono para hacer sus coros, una sonrisa reflejo de su alma y de sus sentimientos: alegría y amor por el metal y la música que hace. ¡Gracias José!