Por Pif
Fotografías Bruno CR
 
 

El pasado domingo 1 de abril volvió a ser día de concierto en Santiago de Compostela. De la mano de ACE TOURS y BLACK MOON CREEP, era el turno para toda una leyenda como el gran vocalista JOE LYNN TURNER, conocido por su papel en bandas legendarias como DEEP PURPLE, RAINBOW o YNGWIE MALMSTEEN venía acompañado por un personal de categoría, tanto dentro como fuera de la banda, y como viene siendo habitual cuando hay música de por medio, los bares de los alrededores de la mítica sala Capitol, aprovecharon la ocasión para regar los gaznates de los más madrugadores de esa tarde.
 

 
 

La apertura de puertas estaba anunciada para las ocho de la tarde y el evento comenzó con la puntualidad que una estrella se merece, siendo los catalanes REGRESIÓN los encargados de abrir la lata, así como venían haciendo en todos los shows que el artista de Jersey interpretó en nuestro país. Con la sala todavía en proceso de abastecimiento de público, comenzaron a sonar los primeros acordes y Gritos en la oscuridad de su último trabajo Terra Ignis, fue el elegido para arrancar la sesión. La energía y el buen rollo que desprende esta banda tras varias fechas de gira es impresionante. A mucha distancia de parecer cansados por los viajes o el ajetreo que acompaña a estos eventos, la banda de la ciudad condal se marcó un fantástico directo para el público que poco a poco iba aumentando su número según se acercaba la hora de la actuación principal de la noche.

 

Temas de hard rock y heavy metal como 5 de Noviembre, Cautivo, Quién soy yo (sin el puto R&R) o Puño de Hierro fueron algunos de los temas elegidos, de sus dos últimos trabajos, para sonar esa noche entre la confusión de un público que meditaba si le molaba más la camiseta de baloncesto de los Chicago Bulls que llevaba Toni o la fantástica camiseta de Deadpool, imitando a la etiqueta de Jack Daniels, que vestía Pablo a cargo de la otra guitarra en el extremo contrario del escenario. Outfits aparte, fue un concierto muy ameno y divertido con Pedro, voz de la banda, intentando integrar al público y hacerlo partícipe también de el buen rollo que se desprendía mediante anécdotas, bromas y estribillos fáciles de corear para las primeras filas.

 

Me hizo particular gracia la anécdota, del día anterior, cuando encontraron un sex shop en Gijón donde José el batería, encontró la solución a sus problemas de falta de sexo durante los tours adquiriendo un culo de plástico, el cual voy a dejar su uso a la imaginación de los inteligentes lectores de este artículo. Con Estrellas del Rock, de su disco anterior Prisioneros, se ponía la guinda a ese buen rato que nos hicieron pasar los chavales de REGRESIÓN. Esperamos volver a verlos pronto por tierras gallegas.

 

Tras un parón para organizar el escenario y que los pipas hicieran su trabajo mientras el público se repartía entre los servicios, el gallinero de fumadores y las barras, aparecía sobre las tablas el segundo invitado de la noche, una cara conocida ya por bastantes de los que estábamos presentes pues no era otro que el guitarrista ex MAGO DE OZ, AVALANCH o JEFF SCOTT SOTO, JORGE SALÁN. El madrileño salió acompañado por dos de los miembros de la banda de Turner, el bajista Ken Sandin (ALIEN) y el batería Darby Todd (ROBERT PLANT, GARY MOORE), para ofrecernos unos cuantos temas de blues e intentar calentar un ambiente ya caldeado por la actuación de REGRESION. 

 

Los temas elegidos fueron Leave my Girl Alone de BUDDY GUY, Key to Love de JOHN MAYALL, Going Down de FREDDIE KING y The Thrill is Gone del gran B. B. KING, para alrededor de media hora de actuación donde el público se dispersó un poco y, no sé si por la monótona y falta de carisma, actitud de SALÁN o porque tras la actuación anterior esperaban algo más que unos temas tranquilos de blues. Se podía escuchar a más gente charlando que prestando atención al escenario donde la banda, a pesar de la impecable factura de su actuación no conseguía atraer la atención de todo el mundo, cosa que se iba a solucionar fácilmente con la actuación posterior.

No sin un buen rato de pausa entre bandas saltaba la última formación de la noche ante el entregado público que, aunque sí tapaba la gran mayoría de huecos de la sala, estaba muy lejos de llenarla. A la banda ya mencionada antes compuesta por Salán, Sandin y Todd se les uniría también el teclista P-O Nilsson (BOBBY KIMBALL BAND). Y ya con los músicos listos y todo preparado se apagaban las luces para que empezaran a sonar los primeros acordes de Death Alley River y el protagonista de la noche, JOE LYNN TURNER, saliese a escena y comenzara el recital.

 

Con el segundo tema de la noche, el ya mítico I Surrender, se dejaron claras dos cosas: primero que el público estaba ansioso por pasárselo bien, y segundo, que los amantes de RAINBOW iban a disfrutar de la noche. Fueron muchos los temas que el artista de Jersey ofreció de la mítica banda británica. A los himnos, por todos conocidos, como Stone Cold, Street of Dreams, Drinking whith the Devil o Stranded se le unían canciones también recordadas por muchos sonando así Spotlight Kid, Can’t Let You Go o Can’t Happen Here. Así como quien no quiere la cosa se pudieron oír algunas canciones también de su proyecto en solitario como Dark days o Blood Red Sky para ir cerrando la velada con algo de sus años con otro superhéroe del rock, Rising Force de su paso por YNGWIE MALMSTEEN.

 

Tras presentar, otra vez, al elenco de músicos señalados para este tour se avecinaba el final del concierto, no sin antes dedicar unas emotivas y hermosas palabras a un gran amigo y compañero de profesión que ya no está entre nosotros como era RONNIE JAMES DIO cerrando el concierto, como cada noche de esta gira, con Long Live RockNRoll.

 

 
Las luces de la sala se encendían para dar paso al desalojo del recinto, no sin antes compartir unas cervezas con los amigos de REGRESIÓN, JORGE SALÁN, o el mismo JOE LYNN TURNER quienes salieron para agradecer al público, hacerse unas fotos y echarse unas risas con el personal que poco a poco iba dejando vacía la sala. Desde luego noches así no hay lluvia, frío o madrugar al día siguiente que valga para estropearlas.