Por lo general últimamente cuando he asistido a algún concierto en la sala Boogaclub de Granada, me he vuelto con muy buen sabor de boca. He tenido la suerte no solo descubrir, si no de disfrutar de grupos como PERPETUAL NIGHT, NETER o EL ALTAR DEL HOLOCAUSTO, entre otros, donde tanto el sonido como la iluminación han sido muy buenos y en esta ocasión no iba a ser distinto.
Abrió la noche la joven banda DE LA GRÄM, que poco a poco va haciéndose un hueco en la escena musical granadina. Como ya pudimos comprobar hace varios meses, han sabido adaptarse a la perfección en un tiempo récord y es que aunque hablamos de una banda que cuenta con menos de un año de vida, son músicos con una cierta experiencia que vienen y siguen activos en otras bandas, como HELEVEN o SUCCUBUS, entre otras tantas.
Gran estabilidad
Desde el comienzo de la actuación hasta el final de esta, pudimos disfrutar de un grupo muy compacto y bien plantado sobre el escenario, donde el trío de mástiles formado por Álvaro, Gabri y Ricardo, se asociaron en una perfecta armonía rematada a la perfección por la voz de Mohy, que aun no siendo un cantante de muchas florituras, sabe aportar esa dosis de fuerza y garra que tanto bien hace al conjunto.
Aunque un poco parapetado detrás por las reducidas dimensiones del escenario (el hecho de ser dos guitarras limitaba un poco más el espacio de este), tras ese muro humano que formaban el resto del grupo, Manu supo elevarse sobre este con su buena labor a la batería, acompasándose a la perfección con el sonido de las guitarras y abriéndose un hueco en los oídos de los presentes.
Nuevos temas
A las ya conocidas canciones Agonía, Caos en libertad y El principio del final, llenas de ese sonido moderno y americano que tanto caracteriza a la banda, se le sumaron el homenaje en forma de canción del conocido tema de SKIZOO Renuncia al sol, el cual han sabido dar ese toque personal a la perfección, adoptándolo a su repertorio como si fuera propio.
“Llegó la hora de volverse locos”, como bien anunció su cantante Mohy, con otra versión del gran tema de SÔBER Loco, que junto con Solo tú, otro nuevo corte que estrenaron en directo y que estuvo en consonancia con el resto del repertorio, fueron las sorpresa de la noche. Poco a poco va cogiendo forma y aumentado en número de temas propios, algo sin duda vital para poder poder tener donde elegir a la hora de configurar los setlist de cada concierto. Para finalizar sonó Otros como yo, dando por cerrada una gran actuación gracias en parte al buen sonido del que disfrutaron.
Hay una última incógnita que seguro que alguno de los asistentes se seguirá preguntando después del concierto, presente en la camiseta que llevaba uno de los guitarristas de DE LA GRÄM: ¿quién demonios es Álvaro Castilla? Pues bien, seguid a la banda y acudid a sus conciertos y podréis seguir disfrutando de la magia de su guitarra.
4. El principio del final
6. Renuncia al sol (SKIZOO cover)
Tras una actuación tan intensa que se hizo corta y que sirvió para calentar el ambiente, les llegó el turno de demostrar de que madera estaban hechos el grupo principal de la noche. ELEPHANT RIDERS venían con la intención de no tomar prisioneros, como bien anunciaban, y no lo hicieron, quizás cogieron algún seguidor más para la colección.
Fuerza y rabia sobre el escenario
No vinieron con remilgos. Desde primera hora salieron con la fuerza y la rudeza a la que nos tienen acostumbrados. Canciones como Dressed in Black y Ubërmensch, con las que también abren sus dos discos, sirvieron de toma de contacto de un setlist que dio un repaso a su primer LP Supernova y a su último EP I: Slave Of The New Age.
Para el que los estuviese viendo por primera vez, se encontró con toda la esencia de la banda en estado puro. Guitarras sucias y graves, riffs que se te meten en la cabeza y se repiten hasta la saciedad, pesadas líneas de bajo y una batería que se hace la dueña del ritmo desde el primer momento. A eso podemos sumarle la rabia que desprende José Carlos González al cantar y actuar sobre el escenario, el cual nos dio unas clases de como tocar la guitarra y no derramar ni una sola gota de cerveza de su botella.
Desde el toque doom de canciones más pesadas como Vultures o el stoner de la primigenía Challenger, nos mostraron todas las caras del crisol de estilos que conforma el sonido de ELEPHANT RIDERS. Pura fuerza y potencia de la mano del genio de Aggelidis Dimitris a la batería, que afortunadamente pudo tocar en Granada tras una reciente operación. Doble mérito para él.
El ritmo más lento y alternativo de End Of The Road sirvió para calmar un poco los ánimos en el ecuador de la actuación, afrontando sin tregua alguna el segundo tiempo con un gran hit como Slave Of The New Age, casi obligatorio para cualquiera de sus directos. El grupo se sentía muy a gusto sobre el escenario y esto era palpable en gestos de complicidad como los que había entre Dimitris y Juan Gonzalez, mientras que este apoyaba su pie sobre la batería.
Nuevo single y material nuevo
Unas de las perlas que nos regalaron durante la noche fueron su recién estrenado nuevo single Fade y Empress Of The Cult, anticipos de la continuación de su Slave Of The New Age que verá la luz después del verano. Si bien mantienen la esencia de la banda, como Fade con ese ritmo lento y pesado, explora también otras influencias que a mi parecer se acercan un poco al sonido industrial. Sin duda una apuesta interesante que nos deja con ganas de degustar su próximo trabajo.
Contrastando con la algo más sobria actuación de Ignacio Córdoba a las seis cuerdas, Jose Carlos y Juan se mantuvieron muy activos durante todo el concierto, alternando sus puestos bien acomodados sobre los monitores para enfrentarse entre ellos o bajar a tocar entre el público. Ejemplo de ellos fue durante la indispensable Escape From the Planet Earth. elegida para finalizar de forma apoteósica su brillante actuación.
1. Intro + Dressed in Black
10. Escape From Planet Earth