En Granada siempre ha habido más ambiente de música indie y pop que de cualquier otro estilo. Sin embargo, aunque quizás menos reconocida, contamos con una escena metalera formada por muy buenos grupos que luchan por ganarse el lugar que se merecen. Pero lo de PERPETUAL NIGHT, es ya de otro nivel. No son un grupo de metal más de Granada, y lo que nos presentan con Anâtman es una obra maestra del death metal melódico. Un trabajo impecable con un alto nivel compositivo, cargado de arreglos y detalles que lo perfeccionan aún más.
Hace un par de meses pude verlos en la Boogaclub de Granada presentando el disco del cual voy a hablar hoy. Sobre el concierto, me gustaría decir dos cosas que me llamaron la atención: la primera, que el bajo tenía más presencia (por lo general) en directo que en el disco, en el cual pasa un poco más desapercibido. Lo segundo, que un grupo como este, y con el directo que saben hacer, se merecían más público del que había, pero ya sabemos de sobra cómo está el panorama actual en cuanto a conciertos… parece que a la gente le cuesta más ir a escuchar nuevos grupos en su propia ciudad.
Pero centrándome en el disco: grabado en los estudios Sadman de Madrid por Carlos Santos, la postproducción sin embargo corrió a cargo de Jens Bogren (Fascination Street Studios de Suecia). Contaron con la ayuda del batería Oscar Bravo (de otras bandas como AVULSED) para la grabación del disco. Fue lanzado el pasado 27 de abril a través del sello internacional Wormholedeath, y el diseño de la portada ha corrido a cargo de Aniartorks. Con todo esto, podemos notar que se da el caldo de cultivo para que la banda pueda llegar muy lejos.
Comenzamos con el tema que da nombre al álbum, y el cual considero que es la más destacable: Anâtman. Dos guitarras tocando lentamente unos sutiles acordes a modo de arpegio dan un comienzo calmado, junto con una voz sigilosa y que susurra nos van introduciendo en ambiente. El estallido es predecible: la voz rasgada de César impacta de frente con una base distorsionada, potente y veloz, hasta llegar a un estribillo donde se incorporan unas melodías de guitarra. Tremendo trabajo el del baterista, con un doble bombo muy presente y por lo general, una base rítmica potente y currada. Con el final vuelve la calma, con los mismos arpegios del comienzo.
Es una canción muy elaborada que va variando de intensidad, con una contundente base de guitarra, bajo y batería, con sutiles sonidos electrónicos que crean un ambiente oscuro y melancólico. Pero no sólo son esos sonidos añadidos en la postproducción los que ayudan a crear esa atmósfera, sino las propias letras de los temas que forman el disco (ya no sólo el propio tema de
Anátman). Os recomiendo muy fuerte que veáis el videoclip de esta canción en
YouTube (a día de hoy supera las 8.000 visitas). Nunca había visto una calidad así en un grupo de Granada. Espectacular. Un gran trabajo que hay que reconocerle ya no solo al grupo sino a un gran director de fotografía como es Eric Benajes (responsable de su elaboración).
Seguimos con Wild. Más corta que la anterior, va a saco comenzando rápido, con un doble bombo muy veloz en la segunda estrofa cantada, donde va subiendo la intensidad aún más. Lo más destacable y llamativo para mí es la melodía de guitarra antes (con una batería muy marcada), y durante el estribillo, donde cambian la velocidad. Curioso el momento del sólo, el cual queda dividido en dos partes por una repetición de las melodías de guitarra antes mencionadas (con diferencias), actuando como elemento divisorio y haciendo el solo de guitarra más interesante. Tema algo más corto, pero rápido y salvaje, sin necesitar nada más. Hace honor a su nombre.
Y llegamos a The Howling, tema en el que colabora Raquel Eugenio a las voces y que sin duda es uno de los más interesantes del disco (y uno de mis favoritos). Una calmada primera estrofa con Raquel cantando y con una interesante línea de bajo (tomando más notoriedad), continúa hasta desembocar con fuerza en la voz de César y distorsión de guitarras. El estribillo es increíble… los coros melódicos de Raquel que contrastan con la rasgada voz de César y que, en combinación junto con unas melodías de guitarra, resultan sencillamente sublimes. Nos topamos casi de la nada con un parón en seco justo antes de que golpee el último estribillo, momento para coger aire y volver a impulsarnos. Totalmente impredecible ese detalle (cuando escuchéis el tema sabréis a qué momento me refiero). También de importante mención es el sólo de guitarra, el cual da punto final a la canción. Un gran acierto por parte de la banda agregar la voz de Raquel en este tema, dotándolo (y al disco en general) de más originalidad y variedad de sonidos.
Le sigue Nothing Remains, empezándolo una guitarra distorsionada y siguiendo con unos brutales y machacones golpes de batería. Volvemos a tener un melódico estribillo, seguido de un increíble solo de guitarra. Llama la atención el puente del tema, donde añaden unos sutiles sonidos de piano. Vuelve la calma al inicio de His Darkness, con una estructura de la canción acorde a la letra, la cual me resulta sublime… Resurgir de las cenizas, levantarse tras la derrota y no volver a caer. O al menos así lo he interpretado yo. Una transición de emociones contada tanto instrumentalmente como a través de palabras.
Con Raindrops tenemos quizás el comienzo más distinto del disco. Volvemos a tener un relajado comienzo con una guitarra limpia, pero acompañada de unos leves sonidos electrónicos de fondo. Añaden de nuevo piano en la primera estrofa cantada. Increíble y demoledor el contraste que genera esta canción en varias ocasiones: partes lentas con ausencia de batería y bajo donde el protagonista es una guitarra limpia ejecutando unos sutiles acordes, y que de pronto golpea una fuerte instrumental y voz, acompañando una muy buena melodía (elemento central del tema).
No tan larga, le sigue Unpronounced Words. Apreciamos una base con un doble bombo y unas guitarras marcando los ritmos, acompañadas de unos sonidos de postproducción sublimes. Un tempo descendente que ejecutan las guitarras antes de llegar al estribillo (melódico una vez más), y un solo de guitarra perfectamente ejecutado y que suena como un tiro. Para acabar, tenemos Absence of Reality: Llama la atención el momento del solo, ejecutado velozmente sobre una base a medio tiempo de arpegios de guitarra en limpio y bajo, creando una sensación de profundidad que se hace difícil de explicar, pero que resulta muy bonita e impactante.
Y cuando estamos en este último tema nos damos cuenta (yo, por lo menos) de que este disco no tiene bajadas en cuanto a calidad se refiere. Puede gustarte más unos temas que otros, pero no me ha hecho perder la emoción y el interés a medida que lo iba escuchando. Preciosos los coros del final, con una base rítmica que va bajando y tomando lentitud, hasta que se va desvaneciendo en el silencio.
Resumiendo, un disco con un sonido muy profesional, y un alto nivel compositivo. Un trabajo maduro con el que dejan el listón a un alto nivel… muy alto. Aunque si bien es cierto, con su anterior trabajo también lo hicieron. Y s, igual me paso alabándolos en toda la review, pero es que no es para menos. El grupo merece su reconocimiento (además de que resulta imposible sacar algo malo del disco).
Anâtman es un camino oscuro a través de unas letras profundamente sentimentales. Son preciosas melodías junto con una potente y virtuosa instrumental. Anâtman es un rugido salvaje de melancolía, encarnado en los guturales de César, que va sumergiéndose en la calma y la tempestad. Anâtman es, ante todo, una atmósfera de melancolía creada por preciosas melodías y potentes bases instrumentales. La tormenta, y la calma tras ella.
Todo está detalladamente cuidado y se nota. Tanto la producción como la postproducción, los solos, las letras, arreglos de guitarra, detalles instrumentales de postproducción… todo. Todas las canciones tienen algo que decir. Si tengo que elegir un tema (que resulta complicado), personalmente me quedo con
Raindrops. Para mí es un ejemplo que resume en un solo tema la personalidad y carácter del disco: contundencia y melodías, sentadas sobre un virtuosismo instrumental de calidad. El metal made in Granada está vivo y se hace notar con grupos como este. Nada más que añadir.
PERPETUAL NIGHT, una vez más, no defraudan.
TRACKLIST:
1. Anâtman.
2. Wild.
3. The Howling.
4. Nothing Remains.
5. His Darkness.
6. Raindrops.
7. Unpronounced Words.
8. Absence of Reality.
PERPETUAL NIGHT son:
César Ramírez (voces y guitarras).
Raúl Ríos (guitarras).
Carlos A. Garrido (bajo).