Por Chus
Puso las manos en su cara mientras lloraba desconsoladamente. ¿En qué momento se había convertido en un monstruo? Su mente giraba sin cesar, mezclando y haciendo chocar sus pensamientos, hasta terminar por enloquecerlo por completo. A pesar de que aún había algo de humanidad en su corazón, sabía que los remordimientos ya eran innecesarios. Por mucho que se lamentase, no podría cambiar lo que había hecho. Secó las lágrimas con el dorso de su mano derecha. Suspiró y se levantó del sofá. En la mesa, aún quedaba algo de cocaína. De su cartera sacó una tarjeta y se preparó una generosa dosis. Después de aspirar la blanquecina droga volvió a incorporarse. Agarró su beretta, se la introdujo en la boca y apretó el gatillo. Sus sesos salpicaron la pared uniéndose con los de su víctima…
Bienvenidos al universo de CORONER.
El 18 de septiembre de 1989, el sello Noise Records publicó el tercer LP del power trio suizo de thrash metal técnico CORONER. El redondo fue bautizado con el nombre de No More Color, siendo el sucesor de Punishment for Decadence. Pues bien, después de un buen puñado de años, Century Media decide reeditarlo el 18 de mayo de 2018, dando la oportunidad de que las nuevas generaciones de thrashers conozcan el impecable legado musical del grupo.
El line up que grabó esta maravilla fue: Tommy T. Baron (guitarra), Marquis Marky (batería, voces y lirica), Ron Royce (bajo y voz).
Si sois de esos que no os suena ni el nombre del conjunto, pero bien que alucináis con Havok, es muy probable que si tenéis buen gusto vuestro criterio cambie radicalmente al escuchar este larga duración. Los de Suiza, en un total y completo estado de gracia, se marcaron una obra simple y llanamente perfecta. Las tonadas no solo sorprendían por sus intrincadas “hachas”, sino también por sus espectaculares cambios de dirección.
Lejos de lo que hoy por hoy se ha convertido el “metal apaleador”, la formación era consciente de que no había que ir de forma perpetua a mil por hora para ser intensos (siendo sinceros, nunca han sido muy dados a la celeridad). Cierto es que hay buenos instantes de velocidad, pero no es la tónica dominante en lo que a tempos se refiere. Por otro lado, llamadme loco, pero la producción para este humilde redactor es genial. Tosca y nítida a la vez, pero sobre todo devastadora y personal. ¿Por qué ya no salen grupos así? Es como si todo el mundo deseara oír el clon del clon.
Como he dejado de caer un poco más arriba, los riffs son ni más ni menos la biblia para todo aquel que desee ejecutar su instrumento de tal manera que salga este tipo de música. Los hallamos fluidos, intrincados, trepidantes y pesados. La labor en la lead guitar no es de este mundo. Habría que canonizar las manos de Tommy. Si el mundo fuese justo, este individuo debería ser tan respetado como Alex Skolnick, ya que desde luego están al mismo nivel.
Respecto a los registros vocales, cada vez que Ron abre la boca surge un tono agresivo y maléfico que tristemente no se escucha ni por asomo en la actualidad. Los parches, haciendo referencia nuevamente a anteriores párrafos, están “aporreados” usualmente a medio gas. Pero ¿quién necesita que suban las revoluciones ante tan alto nivel?
Como podréis imaginar, me es imposible recalcar ninguna tonada. Los redondos de antaño no se basaban en ofrendar un par de hits buenos, sino todo lo contrario. En este caso, tropezamos con unos aproximados 34 minutos de puro éxtasis sónico. Mi recomendación es que no perdáis el tiempo con Gama Bomb o sucedáneos y os pongáis en vuestro reproductor de música habitual cosas tan soberbias e impolutas como esta acometida.
Puntuación: 10
Tracklist:
Die by My Hand
No Need to Be Human
Read My Scars
D.O.A.
Mistress of Deception
Tunnel of Pain
Why It Hurts
Last Entertainment