Aquí está el repaso a lo ocurrido durante la tercera y última jornada del RESURRECTION FEST 2018:
TERCERA JORNADA (sábado 14 de Julio 2018)
Como viene siendo habitual en estos eventos, el último día es el más duro debido al cansancio, tanto físico como mental, y en muchos casos a la resaca por no controlarnos con la bebida los días anteriores. Pero es que cuando se va de festival, no está uno para andar controlándose y los excesos, tanto de comida y bebida, como de ejercicio físico en el recinto, donde entre los cambios de escenarios, pogos, bailes, crowd surfing y demás métodos para entretenerse, acaban por agotarnos y dejarnos cada día un poco más estropeados que el anterior, aunque el mirar otra vez el cartel y ver las bandas de las que podremos disfrutar, haga que se nos olvide todo lo malo y tras tomarnos nuestro tiempo para quitarnos las legañas y almorzar, nos dirigimos de nuevo al recinto para comenzar una jornada musical que incluiría nombres de grandes bandas como TREMONTI, PROPHETS OF RAGE, KISS, EXODUS o THY ART IS MURDER en su cartel.
La primera banda a la que íbamos a asistir ese día era OCEANS ATE ALASKA en el Main Stage quienes, con abrumador volumen más que buen sonido, comenzaron su concierto delante de una buena cantidad de público. La hora de comer ya había pasado hacía rato y eso se notaba en la gente. Pogos, circle pits, bailes… no había cabeza que no se moviera o pierna sin seguir el ritmo del metalcore que salía del escenario principal por parte de los británicos. Hikari es el nombre de su último trabajo lanzado el pasado año, y su puesta en escena, junto al buen feeling que se traen con sus fans se contagia a todos los presentes, no sólo a los más cercanos al estilo de la banda. Buena actuación por parte de los de Birmingham.
Manteniendo las posiciones, pero sin dejar pasar la oportunidad para saludar a conocidos que pasaban por la zona, aguantamos estoicos en el Main Stage para asistir al concierto de FRANK CARTER & THE RATTLESNAKES. Los británicos daban el salto a las tablas principales del festival tras su paso anterior cuando sorprendieron a todos con su divertido show bajo el escenario de la carpa. Pues con la promesa de montar un buen sarao y el sonido de varias sirenas en el escenario, se dejaban ver los integrantes de la banda al tiempo que su frontman hacía lo propio para comenzar el espectáculo con Juggernaut. Es relativamente poco tiempo el que llevan como banda estos muchachos, pero parece que llevaran toda su vida juntos. La comunión que se realiza entre todos los miembros de la banda con su vocalista y con el público es fantástica. La variedad de recursos de los que dispone Carter para entretener y meterse al público en el bolsillo es asombrosa. Desde organizar un circle pit alrededor del control de sonido a las primeras de cambio, hasta dedicar la canción Wild Flowers a todas las mujeres presentes, quienes respondieron haciendo crowd surfing hacia las primeras filas. También hubo pogos, olas y todo tipo de bailes que el respetable se pudo inventar para intentar seguir el eléctrico ritmo del cantante pelirrojo que no paraba quieto un solo segundo sobre el escenario. Los británicos tocaron temas de sus, hasta ahora, dos discos en el mercado Blossom (2015) y Modern Ruin (2017), cerrando el concierto al grito de I Hate You con un público desbocado y sintiendo todo lo contrario por la banda que ya se despedía.

Con la gente aun dispersándose y con algo de tiempo hasta el próximo grupo, nos dirigimos rápido a por algo de comer y beber anticipando que poco sería el tiempo libre en lo que quedaba de jornada. Como cualquier persona nosotros también nos tenemos que alimentar, no vaya a ser que la sed nos impida hacer nuestro trabajo, y esa fue la causa de que no nos diéramos cuenta de que el siguiente concierto al que queríamos asistir estaba empezando antes de lo programado.
THY ART IS MURDER es uno de esos nombres que el asistente promedio del RESURRECTION FEST siempre resalta en el programa. Una de las bandas que más gustan y que representan el estilo más remarcable del festival. Aunque mucha gente prefirió no moverse de su sitio en el escenario principal para conservarlo en la actuación de KISS, otros muchos fueron los que se desplazaron al Ritual Stage para disfrutar del concierto de la banda australiana de deathcore. Desde el inicio el público comenzó a animarse y a bailar, y era difícil levantar la vista y mirar hacia algún lado donde no hubiera un circle, un mosh o gente saltando y bailando al ritmo de un sonido atronador que nada tenía que envidiar a su hermano mayor, el Main Stage. El repaso a la discografía de la banda se iba sucediendo mientras en el público más alejado ya se notaba una inquietud extraña ya que alguna gente, se iba desplazando poco a poco hacia el escenario principal, al tiempo que mucha más iba llegando desde los otros puntos del festival, para conseguir un buen sitio en el siguiente concierto, el más esperado por muchos en todo el fin de semana, KISS.
Tras una ligera espera para tensar aún más al público que se agolpaba impaciente comenzaba, con algo de retraso, a escucharse la presentación que acompaña a la caída del telón que, junto a la pirotecnia presente desde el primer minuto, daba el pistoletazo de salida a que la plataforma, con los miembros de la banda a bordo, comenzase su descenso al ritmo de Deuce uno de los muchos clásicos que los reyes del glam metal tocarían esa noche. A pesar del público maduro, aún se podía apreciar en el ambiente a bastantes jóvenes, sobre todo cuando en el escenario se interpretaban temas menos conocidos para los que no son grandes fans de la banda, y en los que partes del público dejaban de corear mientras otras continuaban dándolo todo. Como ya mencioné antes, el fuego, la iluminación, los efectos especiales y todas las cosas que se pueden esperar de un concierto de KISS tuvieron cabida sobre el Main Stage del festival gallego. Hasta la ya famosa tirolina que utiliza Paul Stanley para “volar” hacia una plataforma encima del control, en medio del público, para el tema Love Gun, o la performance de Gene Simmons escupiendo sangre mientras hace el solo de bajo y asciende hasta otra plataforma para interpretar God of Thunder. Aunque, para dejar un poco de lado la puesta en escena y toda la parafernalia que hace de un concierto de la banda de New York todo un espectáculo, decir que el setlist escogido para la gira es de primera, con auténticos himnos de varias generaciones como Calling Dr. Love, Lick it Up, I Was Made For Lovin’ You o Detroit Rock City. Pero el momento más bonito de la noche fue la despedida con Rock and Roll All Night y toda la gente, sin importar la edad de cada uno, bailando y cantando a la par mientras una lluvia de confeti caía literalmente en todas las esquinas del recinto. Así se despedían los KISS de tierras gallegas, quizá no había sido su mejor directo, pero el público presente se lo pasó en grande que al final es lo que cuenta.
El final de la jornada y del festival estaba a la vuelta de la esquina así que nos dirigimos para ver el último concierto del día hacia el Ritual Stage, donde había terminado hacía unos minutos ALESTORM y a donde la demora en el desmontaje de todo lo que lleva en la maleta KISS, había llevado a tocar a otro gran nombre los referentes mundiales del thrash metal, EXODUS.