Texto por Pif
Fotos por BrunoCR
 

Aquí está el repaso a lo ocurrido durante la tercera y última jornada del RESURRECTION FEST 2018:

TERCERA JORNADA (sábado 14 de Julio 2018)

 

Como viene siendo habitual en estos eventos, el último día es el más duro debido al cansancio, tanto físico como mental, y en muchos casos a la resaca por no controlarnos con la bebida los días anteriores. Pero es que cuando se va de festival, no está uno para andar controlándose y los excesos, tanto de comida y bebida, como de ejercicio físico en el recinto, donde entre los cambios de escenarios, pogos, bailes, crowd surfing y demás métodos para entretenerse, acaban por agotarnos y dejarnos cada día un poco más estropeados que el anterior, aunque el mirar otra vez el cartel y ver las bandas de las que podremos disfrutar, haga que se nos olvide todo lo malo y tras tomarnos nuestro tiempo para quitarnos las legañas y almorzar, nos dirigimos de nuevo al recinto para comenzar una jornada musical que incluiría nombres de grandes bandas como TREMONTI, PROPHETS OF RAGE, KISS, EXODUS o THY ART IS MURDER en su cartel.

 

La primera banda a la que íbamos a asistir ese día era OCEANS ATE ALASKA en el Main Stage quienes, con abrumador volumen más que buen sonido, comenzaron su concierto delante de una buena cantidad de público. La hora de comer ya había pasado hacía rato y eso se notaba en la gente. Pogos, circle pits, bailes… no había cabeza que no se moviera o pierna sin seguir el ritmo del metalcore que salía del escenario principal por parte de los británicos. Hikari es el nombre de su último trabajo lanzado el pasado año, y su puesta en escena, junto al buen feeling que se traen con sus fans se contagia a todos los presentes, no sólo a los más cercanos al estilo de la banda. Buena actuación por parte de los de Birmingham.

 
 
La jornada de despedida del RESURRECTION FEST estaba cargada de conciertos buenos y lo mejor, como casi siempre, se lo reservaba el Main Stage, así que nos quedamos durante el cambio de bandas a la espera de ver a Mark Tremonti y compañía asomar la cabeza por allí. La espera se hizo corta y casi sin darnos cuenta saltaban a escena los miembros de TREMONTI comenzando el show con mucha energía, aunque con algún problema en el escenario que hacía que la banda no estuviera del todo cómoda. El setlist incluía tanto temas de toda su discografía, como alguno de su nuevo trabajo A Dying Machine, publicado este mismo año. Así sonaron canciones como Radical Change, Flying Monkeys, A Dying Machine o You Waste Your Time, para cerrar por todo lo alto con Wish You Well con un público completamente desatado. Esta formación, se puede decir que aún no está al nivel cuantitativo de fans que su proyecto paralelo ALTER BRIDGE, pero a día de hoy ya se ve mayor afluencia a sus conciertos en nuestro país, y en mi opinión, a falta de la grandísima voz de Kennedy, no tienen nada que envidiar la una a la otra a nivel compositivo.
 
 
 

Manteniendo las posiciones, pero sin dejar pasar la oportunidad para saludar a conocidos que pasaban por la zona, aguantamos estoicos en el Main Stage para asistir al concierto de FRANK CARTER & THE RATTLESNAKES. Los británicos daban el salto a las tablas principales del festival tras su paso anterior cuando sorprendieron a todos con su divertido show bajo el escenario de la carpa. Pues con la promesa de montar un buen sarao y el sonido de varias sirenas en el escenario, se dejaban ver los integrantes de la banda al tiempo que su frontman hacía lo propio para comenzar el espectáculo con Juggernaut. Es relativamente poco tiempo el que llevan como banda estos muchachos, pero parece que llevaran toda su vida juntos. La comunión que se realiza entre todos los miembros de la banda con su vocalista y con el público es fantástica. La variedad de recursos de los que dispone Carter para entretener y meterse al público en el bolsillo es asombrosa. Desde organizar un circle pit alrededor del control de sonido a las primeras de cambio, hasta dedicar la canción Wild Flowers a todas las mujeres presentes, quienes respondieron haciendo crowd surfing hacia las primeras filas. También hubo pogos, olas y todo tipo de bailes que el respetable se pudo inventar para intentar seguir el eléctrico ritmo del cantante pelirrojo que no paraba quieto un solo segundo sobre el escenario. Los británicos tocaron temas de sus, hasta ahora, dos discos en el mercado Blossom (2015) y Modern Ruin (2017), cerrando el concierto al grito de I Hate You con un público desbocado y sintiendo todo lo contrario por la banda que ya se despedía. 

 
 
 
Tras el fiestón de FRANK CARTER & RATTLESNAKES nos desplazamos mínimamente hacia el Ritual Stage para asistir, con bastante desconocimiento y curiosidad, al show del músico francés Gautier Serre a.k.a. IGORRR. A decir verdad, no teníamos mucho conocimiento de esta banda y debo admitir que en el tercer tema continuaba sin saber qué estaba viendo y me pasé más tiempo intentando averiguar cómo describirlo que disfrutando el concierto. Este proyecto del artista francés no puede ser más heterogéneo, incorporando a sus composiciones desde elementos de música electrónica, metal extremo, flamenco, jazz, voces o melodías propios de la música clásica barroca… un sinfín de matices que dividía a los presentes entre quienes, con cara rara, se tragaban el espectáculo sin prestar demasiada atención a los detalles y los que intentábamos desmembrar el sentido de todo aquello sin entender muy bien su finalidad. La puesta en escena, como no podía ser de otra forma, también era como un collage que ponía en contraste la apariencia más seria de la mezzosoprano Laure Le Prunenec, con la indumentaria de su compañero Laurent Lunoir, más acorde con el metal extremo o el black metal. En definitiva, asistimos al show de música más raro al que pude haber ido yo en muchos años, pero salimos satisfechos aun sin saber muy bien lo que habíamos visto, y sobretodo oído. 
 
 
Tiempo ahora de volver al Main Stage para uno de los momentos más esperados por el gran público en esta edición del RESURRECTION FEST, el concierto de PROPHETS OF RAGE. El supergrupo formado por miembros de RAGE AGAINST THE MACHINE, PUBLIC ENEMY Y CYPRESS HILL con Tom Morello, Chuck D y B Real al frente, llegaba a la costa gallega con ganas de arrasar cual maremoto y eso hicieron. El terreno delante del escenario principal estaba abarrotado cuando toda esa clase que desbordan los actores principales de esta banda saltó al escenario al ritmo de su tema homónimo Prophets of Rage de PUBLIC ENEMY. Los cimientos de esta gran banda son tres grupazos y, conocedores de eso, conformar un setlist que funcione en directo tiene que ser complicado, aunque elijas lo que elijas al público le va a encantar. Así se comenzaron a suceder los himnos de las tres bandas, alternados con temas propios y actuales, para el disfrute de los allí presentes. Temas míticos como Fight the Power de PUBLIC ENEMY, Guerrilla Radio o Bulls on Parade de RAGE AGAINST THE MACHINE, o Insane in the Brain y How I Could Just Kill A Man de CYPRESS HILL sonaron durante el tiempo que duró un show con espacio también para homenajes, como el que dedicaron a Vinnie Paul de PANTERA, mensajes llenos de crítica a la política americana y el capitalismo, o colaboraciones como la que hizo aparecer en el escenario a un FRANK CARTER que se había quedado con ganas de fiesta y saltó de nuevo a las tablas de Viveiro para repartir caos acompañando a la banda en su tema más conocido por todos y que cerraba el show, Killing In The Name. De pocos conciertos se puede salir más cansado, y a eso le vamos a achacar esa última despedida de la banda al grito de “¡Gracias Barcelona!”, que al final no es más que una equivocación sin más, una anécdota que no hace daño a nadie y que le puede pasar a cualquiera que se pase medio año girando por el mundo adelante. Gran concierto en todos los sentidos de los americanos.
 

Con la gente aun dispersándose y con algo de tiempo hasta el próximo grupo, nos dirigimos rápido a por algo de comer y beber anticipando que poco sería el tiempo libre en lo que quedaba de jornada. Como cualquier persona nosotros también nos tenemos que alimentar, no vaya a ser que la sed nos impida hacer nuestro trabajo, y esa fue la causa de que no nos diéramos cuenta de que el siguiente concierto al que queríamos asistir estaba empezando antes de lo programado.

THY ART IS MURDER es uno de esos nombres que el asistente promedio del RESURRECTION FEST siempre resalta en el programa. Una de las bandas que más gustan y que representan el estilo más remarcable del festival. Aunque mucha gente prefirió no moverse de su sitio en el escenario principal para conservarlo en la actuación de KISS, otros muchos fueron los que se desplazaron al Ritual Stage para disfrutar del concierto de la banda australiana de deathcore. Desde el inicio el público comenzó a animarse y a bailar, y era difícil levantar la vista y mirar hacia algún lado donde no hubiera un circle, un mosh o gente saltando y bailando al ritmo de un sonido atronador que nada tenía que envidiar a su hermano mayor, el Main Stage. El repaso a la discografía de la banda se iba sucediendo mientras en el público más alejado ya se notaba una inquietud extraña ya que alguna gente, se iba desplazando poco a poco hacia el escenario principal, al tiempo que mucha más iba llegando desde los otros puntos del festival, para conseguir un buen sitio en el siguiente concierto, el más esperado por muchos en todo el fin de semana, KISS.

 
 
Difícil tarea tenía la banda americana en un festival con un público que lo había declarado zona hostil desde que su nombre fuera anunciado en el cartel, pero aun así la estampa antes del comienzo del show era la que se podía esperar después de colgar el cartel de “sold out” en las taquillas. Los más veteranos, que hasta ese momento habían pasado bastante desapercibidos, se dejaban ver otra vez en mayoría tras el concierto de SCORPIONS del día anterior. Caras pintadas con las formas de alguno de los cuatro integrantes de la mítica formación americana, que ya nos acompañaron en menor cantidad durante toda la jornada, ahora brotaban entre la multitud como si de burbujas en agua hirviendo se trataran. La noche había caído, el telón con el nombre de la banda estaba en su sitio y el respetable estaba preparado para el plato fuerte de la noche.

Tras una ligera espera para tensar aún más al público que se agolpaba impaciente comenzaba, con algo de retraso, a escucharse la presentación que acompaña a la caída del telón que, junto a la pirotecnia presente desde el primer minuto, daba el pistoletazo de salida a que la plataforma, con los miembros de la banda a bordo, comenzase su descenso al ritmo de Deuce uno de los muchos clásicos que los reyes del glam metal tocarían esa noche. A pesar del público maduro, aún se podía apreciar en el ambiente a bastantes jóvenes, sobre todo cuando en el escenario se interpretaban temas menos conocidos para los que no son grandes fans de la banda, y en los que partes del público dejaban de corear mientras otras continuaban dándolo todo. Como ya mencioné antes, el fuego, la iluminación, los efectos especiales y todas las cosas que se pueden esperar de un concierto de KISS tuvieron cabida sobre el Main Stage del festival gallego. Hasta la ya famosa tirolina que utiliza Paul Stanley para “volar” hacia una plataforma encima del control, en medio del público, para el tema Love Gun, o la performance de Gene Simmons escupiendo sangre mientras hace el solo de bajo y asciende hasta otra plataforma para interpretar God of Thunder. Aunque, para dejar un poco de lado la puesta en escena y toda la parafernalia que hace de un concierto de la banda de New York todo un espectáculo, decir que el setlist escogido para la gira es de primera, con auténticos himnos de varias generaciones como Calling Dr. Love, Lick it Up, I Was Made For Lovin’ You o Detroit Rock City. Pero el momento más bonito de la noche fue la despedida con Rock and Roll All Night y toda la gente, sin importar la edad de cada uno, bailando y cantando a la par mientras una lluvia de confeti caía literalmente en todas las esquinas del recinto. Así se despedían los KISS de tierras gallegas, quizá no había sido su mejor directo, pero el público presente se lo pasó en grande que al final es lo que cuenta.

 
A continuación, nos quisimos trasladar al Desert Stage para la actuación de los ucranianos STONED JESUS, pero debido a la multitud de gente que se dirigía a abandonar el recinto, sumado al retraso en el final del concierto de KISS, no nos quedó más remedio que llegar para ver cómo cerraban su concierto, en el que no había mucha gente, pero las caras que se veían eran de total felicidad por lo que intuimos fue una gran velada para los que eligieron la opción menos comercial de ese horario.

El final de la jornada y del festival estaba a la vuelta de la esquina así que nos dirigimos para ver el último concierto del día hacia el Ritual Stage, donde había terminado hacía unos minutos ALESTORM y a donde la demora en el desmontaje de todo lo que lleva en la maleta KISS, había llevado a tocar a otro gran nombre los referentes mundiales del thrash metal, EXODUS.

Los de la Bay Área, que finalizaban su gira europea en Viveiro, en ningún momento dieron muestras de cansancio por las fechas acumuladas y dieron un concierto de lo más correcto pese a que muchos de los asistentes al festival habían escogido la opción de una temprana retirada. Los que optamos por quedarnos, casi a esperar a la muerte porque ya no tenemos veinte años, pudimos disfrutar de temas como Bounded by Blood, Parasite, Blacklist o Blood In Blood Out interpretados con la misma intensidad y rabia de la que hacen gala en todas sus fechas los americanos. Una gran banda para despedirse de este gran festival hasta su próxima edición.