Review: TERROR resisten a las modas con “Total Retaliation”

TERROR ya no necesita presentación alguna. Uno de los máximos exponentes del hardcore actual y dignos sucesores de las vacas sagradas de la escena neoyorquina vuelven con nuevo trabajo de la mano de Nuclear Blast, el séptimo larga duración de su carrera. Capitaneados desde su formación en 2002 por el incansable Scott Vogel, los californianos han luchado en este siglo por mantener viva una llama, aquella que prendieron bandas como MADBALL o AGNOSTIC FRONT, y que lleva aparejada una forma particular de entender la música y los shows en vivo. Después de lanzar un EP el pasado año, parece que no consiguieron saciar su apetito compositivo y nos traen ahora Total Retaliation, en el que insisten una vez más con una fórmula de la que han hecho su marca con el tiempo.

 

Este trabajo ha sido grabado en los estudios de Will Putney, guitarrista de la banda de deathcore FIT FOR AN AUTOPSY y quien ha trabajado con otras como BODY COUNT, THY ART IS MURDER o KNOCKED LOOSE. Vamos, un tipo nada ajeno a la distorsión y la violencia sonora y con el que no me extraña que los californianos hagan buenas migas. El hardcore metálico más gamberro y bestia discurre por los 28 minutos que dura este redondo, sensiblemente más largo que su predecesor The 25th Hour pese a contar con un corte más. La portada, explícita pero minimalista, ilustra a la perfección la temática de unas letras que hablan de un mundo de violencia y venganza en el que no te gustaría estar envuelto.

Sin ser nada innovador ni transgresor, algo que por otro lado va aparejado a la idiosincrasia de TERROR, Total Retaliation es un buen disco con momentos brillantes. No está a la altura de su obra cumbre Keepers Of The Faith, donde se encuentran la mayoría de himnos de la banda, pero es un disco que, sin ser especialmente fan, he de decir que he disfrutado mucho. En un género como el hardcore (vale, lo de los angelinos es más cercano al crossover, pero hardcore en su esencia) que ha sido trillado hasta la saciedad, este quinteto tienen un carácter y una fuerza especial que les diferencia y que saben transmitir al oyente. Esa es su virtud y la saben explotar, alejándose de virtuosismos y experimentos. Por otro lado, la corta duración hace que aquellos momentos de valles no se hagan pesados e incluso se agradezcan. 

 

Ya puestos a escuchar el disco tengo que hablar a la fuerza de un corte en concreto, Post Armageddon Interlude, que llama poderosamente la atención por el hecho de que durante minuto y medio dejamos apartado el hardcore y lo que escuchamos es rap. La primera vez pensé que mi reproductor se volvió loco, pero no. Como su propio nombre indica, se trata tan solo de un interludio y está genialmente traído para dar un descanso a los oídos y cambiar un poco de aire antes de atacar una traca final del álbum que no arranca con cualquier tema, sino que lo hace con Spirit Of Sacrifice, en el que alcanzamos el momento álgido del viaje entre riffs de vieja escuela a lo SICK OF IT ALL o SUICIDAL TENDENCIES.

El inicio con la desgarradora This World Never Wanted Me nos introduce de una manera lenta en el disco dando más protagonismo a los fraseos de Scott que otra cosa y con guitarras que apenas irrumpen tímidamente, pero con un resultado contundente que nos convence por completo. Muy diferente es Mental Demolition, que entra como un rayo a través de los auriculares mostrándonos la cara más agresiva con un ritmo infernalmente rápido y guitarras que rugen como bestias para, finalmente, dejar hueco a un breakdown marca de la casa en pro del engorilamiento en el pit. A destacar también One More Enemy, tema canónico hardcoreta cuyo d-beat que imprime la batería hace casi imposible no querer bailarlo, o la homónima Total Retaliation, dura y seca como un palazo en la espalda. Para acabar se reservan el corte más melódico del disco, si es que tiene sentido hablar de melodía aquí; una Resist To The Changes en la que Vogel juega en los estribillos una vez más con ese híbrido de voz gritada y limpia mientras esta vez las guitarras se desprenden de la rudeza predominante.

 

Precisamente resistir a los cambios, pese a todo, frente a todos, es lo que hace a TERROR hoy en día una banda especial. La constancia y el sacrificio desde sus inicios les ha colocado como una referencia absoluta en el género, aun con la pesada losa de no venir de los ochenta. Las modas y las corrientes no pueden con ellos: saben perfectamente que fueron hardcore, son hardcore y serán hardcore hasta que se mueran.