La actuación en Madrid fue en el Teatro Barceló. Llevo muchos conciertos a mis espaldas, pero era la primera vez que visitaba ese lugar y mi impresión fue muy positiva, hay buena visibilidad y buena acústica. Entramos pronto y ya estaba todo colocado tanto para el grupo principal, aunque cubierto con una lona, como para el artista telonero, GOST (no confundir con Ghost, no tienen nada que ver).
GOST es una banda de un solo miembro, el autodenominado Baalberith. GOST salió al escenario uniformado y con la cara tapada con un pañuelo negro que le cubrió el rostro toda la actuación. Llevaba al cuello un bajo que utilizó varias veces durante la actuación.
La actuación consistió en Baalberithponiendo samples, tocando el bajo y haciendo una especie de baile de san vito combinado con headbanging. En algún momento también se puso a ‘cantar’. La verdad es que no me gustan las actuaciones en las que va casi todo grabado. La mayor parte de la actuación fue bastante anodina, de poco interés. La parte final fue un poco mejor, el público se animó con temas como Sigil, Genesee Avenue o su versión de Head Like a Hole. No os sorprenderá si os digo que no está en mi top de conciertos.
Tras 40 minutos de GOST, era el turno del grupo que todos queríamos ver, CARPENTER BRUT. Colocaron el equipo de su ideólogo Franck Hueso bien delante y en 20 minutos, respetando escrupulosamente los horarios anunciados, dio comienzo el show.
Salieron el ya mencionado Franck, que se puso detrás de los teclados y samplers, Adrien Grousset, guitarra al cuello y el batería Florent Marcadet (estos dos de una banda de metal llamada Hacride a la que habrá que pegarle una escucha). Empezaron fuertes con Leather Teeth como primer tema y logrando conectar inmediatamente con el público. Fueron intercalando temas de toda su discografía y con prácticamente todos lograban aumentar el grado de excitación del público que era golpeados por las olas de synthwave.
No hubo cantante sobre el escenario, pero sí que contaron con cientos de cantantes en la pista que corearon las letras de Beware The Beast o Maniac que se mostraban en las pantallas. Es un buen recurso confiar en las ganas de cantar de la gente.
Se montaron varios pogos y circle pits durante la actuación y hubo algún espectador que hizo crowdsurfing contando con la aprobación de Franck que impidió a los ‘seguratas’ que le obligaran a que se bajara. Estábamos viviendo una simbiosis entre público y banda. Se notaba el buen rollo, para muestra, Franck y Adrien le cogieron el móvil a alguien de la primera fila para hacerse fotos o grabarse entre ellos un par de veces.
Las pantallas además de mostrarnos las letras de algunos temas mostraban imágenes montadas por Silver Strain a partir de películas de serie B, documentales de los 80 y otras ‘idas de olla’.
En Maniac hubo una estrella invitada, el pipa del grupo que salió en plan agitatoallas y se acabó tirando al público que le llevó brevemente por encima de sus cabezas. A las 22:39 se apagó la música, se encendieron las luces y tuvimos que volver a la rutina de la que por un rato nos había sacado CARPENTER BRUT. Fue sin duda un gran concierto, habrá que volverles a ver.