Por Samuel T. Martín
El pasado 30 de noviembre asistimos al concierto que NIGHTWISH ofreció a todo su público de Madrid en el WiZink Center, espectáculo que formaba parte del “Decades: World Tour” y que, opinión personal, no dejó a nadie insatisfecho.
Dos años llevaba la banda finesa sin dejarse caer por la capital, desde que viniesen a promocionar su último trabajo, Endless Forms Most Beautiful. Entonces, la mayoría de canciones pertenecían a dicho álbum y algunos de sus fans más tradicionales se quedaron algo fríos con la ausencia de temas muy emblemáticos.
En esta ocasión, sin embargo, la banda liderada por Tuomas Holopainen dio un espectáculo digno de las mejores citas. Con pirotecnia, mucha, y gran cantidad de escenarios proyectados sobre una enorme pantalla de LED.
Una de las proyecciones que utilizó la banda en Sacrament of Wilderness
Tras una emocionante cuenta atrás, la noche dio comienzo con Dark Chest of Wonders y, seguidamente vino I Wish I Had An Angel. Dos canciones con muchísima fuerza que hicieron que el público se metiera de lleno en el concierto. Tras ellas, Floor Jansen presentó el show avisando de que iba a ser una vuelta al pasado más sentimental de Nightwish… y vaya si lo fue. Los que seguimos a la banda desde sus inicios pudimos vivir un déjà vu de los tiempos de From Wishes to Eternity. Y es que los fineses han intentado rescatar canciones de la era Tarja como Sacrament of Wilderness o Dead Boy’s Poem. En la misma línea también sonaron Elvenpath, mucho más metalera y fiera con Floor a los micrófonos, y The Kinslayer, que quizá ha perdido su naturaleza lírica con ella como intérprete. Ya se sabe que en esta banda hubo ciertos precedentes y cánones difíciles de igualar.
Pirotecnia durante la actuación de “10th Mas Down”
Especialmente bien acogidas fueron I Want My Tears Back y Slaying the Dreamer, ambas muy animadas y con una gran puesta en escena, variando mucho las proyecciones sobre el escenario y con un Marco Hietala especialmente animando.
Si alguna pega puede sacársele al concierto, aparte de que reciclaron más de una actuación que ya utilizaron en el Leyendas del Rock 2018, es que su final es de sobra conocido: The Greatest Show on Earth primero, y Ghost Love Score, después. Ambas, a su manera, son las piezas cumbre de Tuomas como compositor. Son metaleras, líricas, hermosas… auténticas obras de arte que no pueden faltar en sus actuaciones frente al público. Pero las dos son canciones muy largas y siempre las tocan una detrás de otra, justo al final. Y llega un momento en el que el espectador mira la hora de reojo y, calculando el tiempo, ya sabe qué dos temas quedan por tocar. Quizá variar su orden dentro de la setlist le daría más dinamismo e intriga a los conciertos de los reyes del sinfónico.
Tuomas, siendo protagonista en el inicio de “The Greatest Show on Earth”
En cualquier caso, el cierre fue especial, mezclando el fuego y una lluvia de confeti que envolvió el escenario y a sus integrantes en un ambiente místico y mágico. Pero, como una imagen vale más que mil palabras, dediqué esos últimos minutos de concierto a poder traeros la que a mí me parece la parte más especial. Os la dejo un poquito más abajo.
Ahora, solo queda esperar a que Nightwish saque a la luz su nuevo álbum en 2019 y que nos traiga toda su magia y lirismo a los escenarios.
Setlist:
1. Dark Chest of Wonders
2. Wish I Had an Angel
3. 10th Man Down
4. Come Cover Me
5. Gethsemane
6. Élan
7. Sacrament of Wilderness
8. Dead Boy’s Poem
9. Elvenjig
10. Elvenpath
11. I Want My Tears Back
12. Last Ride of the Day
13. The Carpenter
14. The Kinslayer
15. Devil & the Deep Dark Ocean
16. Nemo
17. Slaying the Dreamer
18. The Greatest Show on Earth
19. Ghost Love Score
20. The Greatest Show on Earth