El pasado sábado tuvimos, gracias a Panda Artist, la oportunidad de disfrutar en Sevilla de una de las bandas de punk del estado más exitosas en los últimos años. No son otros que LENDAKARIS MUERTOS y sería en una sala Malandar que lucía sus mejores galas, llena casi a rebosar.
 
El cuarteto de Pamplona se encontraba en el marco de la gira de su último disco, titulado Podrán cortar la droga pero no la primavera y editado por la propia banda. Tras tres años girando ininterrumpidamente en los que les dio tiempo a dar más de 120 conciertos a lo largo y ancho de ocho países, anunciaron que los anunciados hasta el momento serían sus últimos shows para pasar a un retiro indefinido. En concreto, esta sería su última fecha en Andalucía tras su actuación en Granada la noche anterior.
 
La respuesta del público, como decimos, fue abrumadora, demostrando el tirón que los navarros tienen por el sur (mención especial para la importante expedición extremeña que se había dado cita). Aunque la apertura de puertas estaba programada para las diez en punto de la noche, no sería hasta cerca de las once cuando pudiésemos al fin entrar en la sala, que se fue llenando a un ritmo lento pero constante mientras SKELETOR SKELETOR (con S Curro a los mandos, conocido por su trabajo en NARCO como Distorsión Morales) amenizaba la espera con una pinchada de punk, surf y garage.
 
El himno de la antigua Unión Soviética marcó el inicio del concierto de esta banda que homenajea con su nombre a los legendarios DEAD KENNEDYS. A partir de ahí, el guión estaba escrito. Y el guión es que no hay guión, salvo por los más de 30 temas que componían el setlist de los pamplonicas. Sería Policía sí, corte que abre su primer álbum homónimo, el que también inauguraría el show. Le seguirían Estamos en esto por las drogas y El último txakurra, y podemos decir que desde los primeros acordes del concierto ya había una liada tremenda en la pista y gente haciendo stagediving. Una locura.
 
 
La ocurrente Detector de gilipolleces marcó un punto de inflexión, ya que un hiperactivo Aitor bajó a la pista por primera vez para cantar con su público y vendrían muchas más y de todas las formas: lanzándose del escenario, en mitad de un wall of death o llegando hasta las últimas filas para que nadie se quedase sin cantar unas frases. Tampoco faltó la labor escénica del guitarrista Joxemi, por ejemplo llevando en Speederman (ese tema que dice genialidades como “Tío Ben, Tío Ben al baño, que vas a resucitar”) una máscara del conocido superhéroe.
 
Los clímax del concierto se alcanzaron, como era de esperar, con clásicos como Fuimos ikastoleros, Besos gaztetxeros (con una demostración de cariño generalizada), Veteranos de la Kale Borroka o Esto no es punki. Mucha tralla seguida que se vio interrumpida en el momento en que Aitor se vistió con la camiseta española para interpretar Gora España, solo que en lugar de pedir al público que gritase “gol”, aprovechando la coyuntura se acordó de cierto partido político que está en boca de todos. La comunión entre banda y público era total, tanto que en Héroes de la clase obrera el batería Potxeta se quedó solo con su instrumento en el escenario mientras los tres músicos restantes andaban tocando entre la marea de gente.
 
 
El 4k se llevó a mi chica puso uno de los toques más cómicos (por decir algo) y de paso diría que fue el tema más pausado del repertorio, antes de poner todo de nuevo patas arriba con Centro comercial, Drogoropulsado y Arnaldo Schwarzenegger. Pero todavía faltaba la traca final. Llegaría con Ni sí, ni no, ni todo lo contrario, Modo Dios (y su réplica Modo Diosa) y su ETA, deja alguna discoteca con luces ochenteras incluidas antes del colofón con Oso panda, un tema que es prácticamente el emblema del grupo y que llevó a los asistentes a la invasión de un escenario donde pudimos ver al susodicho mamífero, para acabar por todo lo alto.
 
A juzgar por los rostros de la gente, sin duda el concierto colmó sus expectativas. Y no fue para menos. Divertido e intenso a partes iguales. Un concierto de punk como mandan las escrituras que quedará para el recuerdo de todos los allí presentes. El trono del hardcore punk patrio quedará vacante mientras esperamos por el regreso de LENDAKARIS MUERTOS.