Por Rubén Montejo
La noche del 26 de diciembre pudimos disfrutar en El Mercado de Jaén una gran noche de rock, blues y bluegrass. El local, centrado sobre todo en la restauración, es también un pub de copas, cafetería y todo lo que se le ponga por delante. Ahora se ha animado a realizar conciertos de música en directo, siendo el de FOUR STRINGS todo un éxito. Esperemos que sigan haciendo estas actividades que tan necesarias son para Jaén, capital de provincia con hambre de cultura y sonidos musicales en vivo. El escenario se montó en la parte trasera del local, en la zona del salón, quedando unas tablas acogedoras y con buen tamaño para la disposición de los músicos. Estábamos citados a las 22:00 para el comienzo del show, aunque se retrasó unos 15 minutos, por cortesía, para los más rezagados. La afluencia de público fue bastante numerosa. También se sortearon un par de CDs de la banda y una cigar box guitar de 3 cuerdas entre los asistentes.
FOUR STRINGS es una banda jiennense formada en 2015 por Adrián Garrido a la voz, Ángel Garrido al bajo, Berna Vidal a la batería y Manolo Cano “LoLuthier” a las guitarras y slide. Como ellos mismos nos comentan, practican Agro-Sureño Blues, una interesante y original mezcla de rock, blues y bluegrass de claras raíces americanas pero utilizando la idiosincrasia andaluza y jiennense. Además, es el nombre de su álbum debut. No faltan en el escenario un espantapájaros al que se le iluminan los ojos, un botijo o una silla de anea, entre otros objetos curiosos y típicos de esta tierra.
Manolo, un músico muy querido en Jaén, es también lutier y artesano, así que todos los instrumentos que toca la banda han sido fabricados por él. Y todos de cuatro cuerdas, como el mismo nombre de la banda indica. Encontramos guitarras hechas con cajas de puros (las llamadas cigar box guitars), con una sartén, con latas de aceite o incluso con un brasero eléctrico. Su imaginación y dedicación artesana a la música es loable. Y no ya sólo por lo resultón a nivel visual, si no porque suenan realmente bien, como demostró en el escenario. Tampoco faltó su slide guitar tocada con un botellín de ya la desaparecida cerveza Alkázar. Un gesto de cariño y complicidad con el público jaenero. El bajo de Ángel está hecho con una rodaja de tronco de olivo, otro guiño a Jaén y su tierra. Y la batería, también está “tuneada”, forrada con una imitación de madera rústica y con una maleta a modo de bombo, acompañada de llaves, “platetes” de botellines de cerveza y demás parafernalia. Incluso el pie de micrófono de Adri está diseñado para crear ese ambiente rústico y sureño. Sin duda, la puesta en escena de la banda está cuidada con mimo y cariño.
Respecto a lo estrictamente musical, la banda tiene ya unos años de historia y de experiencia, por lo que su show está muy bien medido, sonando claro y conciso. Sus músicos son muy experimentados así que la calidad musical que atesoran está más que justificada. Los temas son sencillos, con estribillos pegadizos y coreables. Temas cantados en inglés y donde pudimos disfrutar de un par de versiones, concretamente She Loves My Automobile de los barbudos ZZ Top y Walkin’ Blues de Eric Clapton. Dos de las más claras influencias en su música. No faltaron temas de su repertorio como Gamber Blues o Do She Loves, entre otros. Adrián a la voz está muy correcto, con un tono de voz limpio y meloso, llegando a tonos bastante altos en algunos fraseos. Por otro lado, Berna Vidal, un experimentado técnico de sonido y baterista, es un reloj suizo a los parches, no falla una, con buena pegada y buen hacer. Al bajo, Ángel empaca todo el sonido con una buena base rítmica, rellenando cada hueco que dejan libres sus compañeros.
Resumiendo, un fantástico bolo cargado de actitud, buen sonido y técnica. Ojalá la programación de El Mercado de Jaén vaya para largo, ya que es un entorno acogedor, con gran ambiente y buena acústica. Respecto a la banda, no podíamos esperar un mal concierto de los subcampeones en 2017 de la batalla de bandas del BluesCazorla, que les permitió actuar el viernes de esa misma edición. Uno de los festivales más importantes de blues a nivel europeo. Todo un logro y por cierto, más que merecido. Les deseo las mayores de las suertes y un futuro cargado de éxitos y conciertos.
¡Larga vida a FOUR STRINGS!