Hacía una día de perros en la capital del reino, pero no para disfrutar del suculento plan de vibrar con tres bandas internacionales de primer nivel en sus respectivos géneros que nos traía Live Nation. Y eso lo debieron pensar muchos, pues el pasado sábado la mítica sala Riviera madrileña presentó un lleno hasta la bandera para recibir la gira de los polacos BEHEMOTH y toda su parafernalia de rito satánico. Una banda que ha alcanzado unas cotas de popularidad ni siquiera imaginadas antes en el metal extremo y que se encargaron de acreditar ante más de dos mil fieles. Y es que ni siquiera la lluvia impidió que muchos de ellos hiciesen cola desde horas antes del inicio del show, lo cual nos acerca más a conocer la magnitud del fenómeno. Su último disco, I Loved You At Your Darkest, supone una vuelta de tuerca más a su sonido tras esa obra maestra que es The Satanist y también un peldaño más en la construcción de su prestigio.
 
Pero claro, la banda de metal polaca más grande de la historia no venía sola. Ni muchísimo menos. Como segundo espada estarían las leyendas y precursores del sonido de Gotemburgo; los suecos AT THE GATES, quienes seguramente para muchos eran los verdaderos cabezas de cartel de la noche. Por último, los americanos WOLVES IN THE THRONEROOM pondrían la nota más blacker a la velada. Como para perdérselo.
 
 
Serían los lobos quienes, de forma muy puntual, subirían primero al escenario de una sala que a esa hora ya registraba más de medio aforo. Había mucha expectación y, a pesar de ser la banda de menor entidad de las tres, serían las ganas de música en vivo, que el público respondió muy bien a la propuesta de la banda formada por los hermanos Nathan y Aaron Weaver. No obstante, su black metal atmosférico caló a medias, ya que el bajo sonido de dos de las tres guitarras mermó la profundidad que pretendían darle a su sonido en directo. Aun así, escucharles en directo resultó en cierta manera impactante por el contraste con la producción old school que otorgan a sus discos. Como curiosidad, no llevaban bajista, sino una teclista que hacía de base a la vez que se encargaba de cubrir los pasajes más ambientales.
 
 
El setlist de la banda estuvo totalmente centrado en el que todavía es su último lanzamiento, Thrice Woven. Y cuando digo totalmente, es totalmente. Sonaron tres temas y los tres de este disco. Me imagino que para el fan de la banda pudo ser un poco frustrante, pero cuando tus canciones rondan los diez minutos de duración y disponen de apenas media hora es lo que pasa. Luego estaba yo, que solo he escuchado el susodicho Thrice Woven, por lo que la elección de la banda me vino como anillo al dedo. Me metí en el concierto y las interpretaciones de Angrboda, The Old Ones Are With Us y Born From The Serpent’s Eye se me hicieron extremadamente cortas. Nathan Weaver, vocalista principal y quien portaba una guitarra de mástil luminiscente, resultó ser el más activo sobre el escenario, apoyado en las voces por el guitarrista de reciente incorporación Kody Keyworth. A pesar de su estilo, para quien no les conozca, es una banda que se aleja del tópico blackmetalero del corpsepainting, seudónimos y el imaginario satánico. No faltaron, eso sí, botellas de vino ni recipientes de incienso a lo largo de la actuación. Curiosa combinación.
 
Setlist
1. Angrboda
2. The Old Ones Are With Us
3. Born From the Serpent’s Eye
 
 
La cosa se empezaba a poner seria. AT THE GATES a punto de subirse a las tablas de la Riviera mientras observábamos la prominente decoración del escenario basada en el último disco de la banda, To Drink from the Night Itself. No hicieron esperar y cinco minutos antes de lo esperado comenzó a sonar su intro Der Widerstand. El concierto tuvo un par de puntos negativos de importante calado. El primero, el setlist. No entendí muy bien que si iban a darle al disco que venían presentando un protagonismo prácticamente testimonial, no aprovechasen para meter más clásicos en el repertorio. El lugar de ello, se enredaron demasiado con su penúltimo At War With Reality cuando la ocasión pedía claramente otra cosa. El segundo, el sonido. No tuvieron el día y, al menos desde las primeras filas, se hacía muy difícil escuchar cualquiera de las dos guitarras durante casi medio concierto, hasta que subieron algo el volumen (no lo suficiente, eso sí).
 
 
Dicho lo cual, ¿fue un desastre de concierto? Pues tampoco. Al final estamos hablando de una banda veterana con muchas tablas y una actitud siempre impecable, sobre todo por un Tomas Lindberg que no paró de interactuar su público mientras jugaba con el pie de micro. Si a eso le sumas el hecho de que una Slaughter Of The Soul a medio gas fue capaz de poner literalmente del revés la sala, pues ya se tiene que dar realmente mal la cosa con esa gran ventaja. Hasta cuatro temas sonaron del del homónimo Slaughter Of The Soul, los únicos de su etapa de los noventa y los que a mi juicio salvaron la papeleta. Aun así, nada desdeñable la potencia en directo de un gran tema como To Drink from the Night Itself o el momento sing alone con el solo de At War With Reality, que prácticamente entonó a solas el público.
 
 
El clásico Blinded By Fear puso a rodar el circle pit mientras el público entraba en catarsis con la velocidad y las melodías que imprimían Martin Larsson y Jonas Stålhammar, antes de que llegara el final con una The Night Eternal que calmó bastante los ánimos. Entre gritos de “At The Gates, At The Gates…” dejaron el escenario los suecos. Y es que nada pudo con las ganas que había de verles.
 
 
Setlist
1. To Drink From the Night Itself
2. Slaughter of the Soul
3. At War With Reality
4. A Stare Bound in Stone
5. Cold
6. Daggers of Black Haze
7. Death and the Labyrinth
8. Heroes and Tombs
9. Suicide Nation
10. The Book of Sand
11. Blinded by Fear
12. The Night Eternal
 
¿Había alguien en Madrid que quisiera perderse este momento? No cabía un alfiler para recibir a sus majestades BEHEMOTH. El hype era bestial y, aunque muchos tachan a los polacos de ser el brazo mainstream del black, lo cierto es que estábamos ante un hecho absolutamente histórico por sus cifras. La espera entre banda y banda se hizo larga. Eterna. Una versión extendida de Solve, la intro con la que la banda comienza su I Loved You At Your Darkest, lejos de amenizar el rato, se hacía repetitiva e impacientaba al personal. Pero llegó el momento en el que la lona situada frente al escenario fue iluminada por un mapa de España con una cruz invertida. Topicazo, pero efectista.
 
 
En la última visita del cuarteto a la capital en la misma sala ya registraron una entrada notable. Esta vez, el lleno se hizo efectivo no solo por la compañía, sino porque el ascenso de la banda está siendo meteórico y aún no han tocado techo. Eso sí, si aquella vez interpretaron The Satanist al completo, en esta ocasión decidieron “ningunear” su mejor disco rescatando únicamente dos temas y en su lugar sacaron a relucir algún que otro corte más difícil de escuchar en directo, además del cupo obvio de canciones del reciente I Loved You At Your Darkest.
 
 
Cayó el telón y fue entonces cuando pudimos comprobar la magnitud del espectáculo del grupo liderado por Nergal. A los habituales y rocambolescos pies de micro había que sumar una pantalla al fondo de forma piramidal, la deslumbrante pirotecnia y las máquinas de vapor a presión junto a una espectacular iluminación. Un show muy visual que completaban los propios miembros de la banda con sus atuendos (salieron con unos cráneos negros como máscaras que se quitaron después del primer tema) y su imponente semblante.
 
 
Wolves Ov Siberia resultó un auténtico cañonazo y supuso el pistoletazo de salida a todo un carrusel de hits que hizo que solo despegásemos la vista del escenario para hacer headbanging. Daimonos, de su álbum Evangelion, fue una de las sorpresas que los polacos llevaban en el repertorio, pues no es de las habituales en los directos, y sonó totalmente apocalíptica. La escalada de euforia del público tuvo su clímax con los primeros acordes de Ora Pro Nobis Lucifer, tema que provocó el mosh pit más grande del concierto justo antes de poner un poco de calma con una Bartzabel para la que Nergal tiró de sombrero papal. A todo esto, la selección de temas de su último disco fue la idónea, sin abusar del mismo y escogiendo básicamente los que la gente quería escuchar.
 
 
La banda siguió haciendo las delicias de un público sediento de tralla con temas como Ov Fire and the Void, Conquer All o Blow Your Trumpets Gabriel, de las más celebradas. Si bien Nergal es el líder indiscutible de estos BEHEMOTH, cabe señalar el protagonismo que sigue teniendo en los directos su bajista Orion, tanto interpretando voces de apoyo como situándose al frente del escenario en numerosas ocasiones. Antes del bis, nos dejaron un tándem brutal compuesto por la devastadora Slaves Shall Serve y el clásico Chant for Eschaton 2000, de su ya lejano Satanica, que interpretaron dejando ver su rostro ensangrentado (de mentirijilla todo, que no se asuste nadie).
 
 
Restaban tan solo dos temas para el final y, lamentablemente, lejos de dejar el pabellón bien alto, bajaron un poco la exaltación de los allí presentes. Una teatral Lucifer (pero inofensiva musicalmente), con Orion y su estrambótico sombrero de plumas como protagonista, trajo la típica lluvia de papelitos al estilo de las super bandas americanas antes de que el cuarteto acabase con We Are the Next 1000 Years, el mismo tema que cierra su I Loved You At Your Darkest. Después, eso sí, Seth, Inferno, Orion y Nergal salieron de nuevo al escenario portando tambores que tocaron al ritmo de la outro Coagvla. Un bis un poco extraño, a decir verdad.
 
 
Al final, lo cierto es que, si bien el espectáculo fue casi insuperable, quedó un set demasiado corto para las expectativas que muchos traíamos. Está claro que a un concierto de metal extremo no le puedes pedir repertorios kilométricos, pero un par de temas clásicos más se echaron de menos y hubieran redondeado la faena… Lo que sí es seguro es que, pese a los altibajos, en general fue una gran noche. BEHEMOTH demostraron sobradamente por qué son una de las bandas de metal más en forma del momento y lograron lo que parecía imposible: llenar la sala de conciertos más grande de la capital.
 
 
Setlist
1. Wolves ov Siberia
2. Daimonos
3. Ora Pro Nobis Lucifer
4. Bartzabel
5. Ov Fire and the Void
6. God = Dog
7. Conquer All
8. Ecclesia Diabolica Catholica
9. Decade of Therion
10. Blow Your Trumpets Gabriel
11. Slaves Shall Serve
12. Chant for Eschaton 2000
13. Lucifer
14. We Are the Next 1000 Years
 

*Foto extraída del Facebook de Behemoth