Por Alberto Zambrano
Ni dos años han pasado desde el anterior lanzamiento de VITA IMANA. Es de resaltar porque en este tiempo les ha pasado absolutamente de todo. Una banda en lo más alto a nivel estatal presentaba su cuarto trabajo en algunos de los festivales más importantes del país y petando cada sala. Lo demás es historia. La repentina marcha de Javi Cardoso y Puppy, caras bastante visibles de la banda, les obligó a renovarse o morir. Hace unas semanas anunciaban su esperado regreso y desvelaban su secreto mejor guardado: Mero Mero, conocido por su trabajo en CUERNOS DE CHIVO o junto a LEO JIMÉNEZ, sería el nuevo vocalista de la formación en sustitución de Cardoso, mientras que Diego López se hacía cargo del puesto de guitarrista vacante. Un movimiento que, si bien es bastante conservador y poco revolucionario, lo es también de garantías, como hemos podido comprobar tras la escucha de Bosa, su quinto álbum de estudio, que ha sido grabado, mezclado y masterizado en los TMF Studios de la mano de Álex Cappa.
Lo cierto es que, desde su creación en 2005, VITA IMANA siempre han tenido clara su identidad: esa mezcla de groove metal panteriano mezclado con sonidos tribales y tamborradas ha sido su seña de identidad, esa que les ha hecho diferenciarse hasta convertirse en una de las formaciones de metal más exitosas del estado. Apoyado siempre por brutales y enérgicas puestas en escena en las que se metían al público en el bolsillo. No es menos cierto que su último disco, El m4l, dividió la opinión tanto de fans como de oyentes en general. Y es que, buscando la evolución, se adentraron en terrenos más melódicos y experimentales de los que Oceanidae ya daba algunas pistas. No obstante, estaban en un momento en el que se lo podían permitir. ¿Se lo pueden permitir hoy en día? Yo creo que no.
Bosa, cuyo significado es “victoria” en fula, lengua hablada en África Occidental, es el disco que imaginas cuando piensas en VITA IMANA. Y no, no me refiero a que sea un Uluh. Me refiero a que cuando piensas en las virtudes de VITA IMANA, aquello que han demostrado hacer bien durante estos catorce años y cuatro discos, sale algo parecido. Algo muy alejado de experimentos y centrado en la receta mágica de su éxito. El motivo de este conservadurismo no me parece otro que apaciguar las aguas después de un periodo convulso y turbulento y demostrar que, con otro frontman, también son los VITA IMANA de siempre. La decisión me parece correcta y la única de garantías.
Desgranemos corte por corte qué nos ofrece este esperado Bosa. Calima es la intro tenue que nos induce en la rabia sonora que desprende No en mi nombre, un tema canónico de VITA IMANA con la Iglesia Católica como objetivo en la onda de sus trallazos más conocidos, para dejar a las claras que aquí lo único que ha cambiado son un par de caras. Y lo de las caras me viene como anillo al dedo para hablar de Desfiguradas, el primer single del álbum. Es posiblemente el tema con más gancho del disco, sin ser ni el más agresivo ni el más amable. Más protagonismo para los tambores de Miriam Baz y batería machacona perfecta para el headbanging. En Contraataque, que arranca con el bajo de Pepe Blanco a todo trapo antes de ser acompañado por el resto de instrumentación, encontramos a los VITA IMANA más sociales y combativos, pues se trata de un tema que denuncia los abusos que día a día se producen en el ámbito doméstico. Y así llegamos al interludio del disco, Taikos III, un corte ambiental cuyo nombre constituye un guiño a los dos primeros discos de la banda y perfecto para prepararnos antes de Desdoblamiento, mi tema favorito del álbum. Un auténtico cañonazo sin compasión y un gran tema a la altura de lo mejor de su repertorio. Otro aspecto positivo a destacar es que el apartado letrístico, en general, me parece mejor en este disco que en cualquiera de los anteriores.
Vamos llegando a la recta final y lo hacemos con Los ojos de la serpiente. Para mí, el punto flaco del disco. Un tema a medio tiempo que me sobra porque rompe por completo la dinámica: el descanso con el interludio ya estaba bien para respirar. Pero si volvemos a la tralla, volvemos a la tralla. Por otro lado, el disco ya cierra con un corte de estas características, El duelo, que de paso es mucho más inspirado. No solo eso, es un temarral. ¿Y qué hay entre ambos? Pues dos píldoras al más puro estilo del primer disco: El mundo a mis pies y la homónima Bosa, que describe la realidad de la inmigración.
Lo normal cuando hablamos de una banda de esta envergadura es decir que no tienen nada que demostrar, pero lo cierto es que VITA IMANA sí que tenían algo que demostrar con este quinto álbum: que los importantes cambios de formación no les han mermado y que podían crear un trabajo de un gran nivel. La prueba de fuego la han superado con nota con este Bosa, que supone el regreso victorioso de una de las bandas nacionales de metal por excelencia. Apenas una escucha será suficiente para convencer de ello a propios y extraños.
Tracklist
1. Calima
2. No En Mi Nombre
3. Desfiguradas
4. Contraataque
5. Taikos III
6. Desdoblamiento
7. Los Ojos De La Serpiente
8. El Mundo A Mis Pies
9. Bosa
10. El Duelo
Formación
Mero Mero: voz
Román García: guitarra
Diego López: guitarra y coros
Pepe Blanco: bajo y coros
Míriam Baz: percusión
Daniel García: batería
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