Le sigue The Light of Armaggedon. Comienza como una metralleta: super fuerte y entrecortado. La batería sigue con ese ritmo y las guitarras se alternan. Los guturales de nuevo, super agudos, infernales. Los ritmos son todo el rato igual, solo que en el estribillo cambia un poco por los sintetizadores. Hay un momento de paz, un silencio que no es puro, porque se escuchan sonidos raros y susurros, que dejan un final abierto a la canción.
El cuarto tema es Beware the Wolves. Comienza con un cierto sonido mecánico y una batería explosiva, pausada y lenta. Los guturales se combinan entre susurros graves, y luego unos guturales en un tono más intermedio. Los susurros e incluso una voz melódica muy bajita se entrelazan creando un juego bastante bueno. El ritmo de esta canción es bastante más lento, que permite disfrutar golpe a golpe el bombo de esta batería que va acompañando paulatinamente la guitarra. El estribillo es silencioso, mezclando esas voces, guturales y susurros, con acordes simples y repetitivos de guitarra.
Warm What’s Hollow comienza de nuevo con sonidos mecánicos, como en una industria, y es lenta a su vez, pero con guturales muy agudos y procesados. Se le mete un chorus femenino para darle otra atmósfera y epicidad. El ritmo de la batería es muy parecido al de la canción anterior. Básicamente podemos escuchar, sobretodo al principio, muchos sintetizadores, la batería, el chorus y las voces. En algún momento aparece la guitarra pero de forma imperceptible: los sintetizadores lo envuelven todo. De nuevo vuelve a hacer un parón para volver con una batería potente, con guitarras muy black escondidas por los teclados. Acaba en un silencio únicamente roto por un teclado que sigue el ritmo de los sintex más estridentes.
Behold an Icon transmite oscuridad y un rollo gótico bastente fuerte, por los sintetizadores escogidos. Es un intermezzo que divide la canción en dos: melodías oscuras y pausadas, con voces como en tono de alarma y repetidas una y otra vez, modificadas digitalmente.
La siguiente es When the Last Start Die. Tiene un piano con reverb muy siniestro, como de película de terror. Comienza lenta pero las guitarras meten una tralla espectacular rompiendo la canción por todos lados; prácticamente colapsan toda la canción tapando otros instrumentos. De nuevo, se hace el silencio, con sonidos digitales, como de videojuego, y el compás se torna lento con una batería digital aportando un áurea siniestra con los guturales graves del cantante antes de que las guitarras irrumpan de nuevo llenando mis oídos. Puede ser que sea mi favorita del disco: es sorprendente, inesperada y rompedora.
La penúltima se llama And With Fire. Se escucha como el sonido de unas cadenas mientras suena la batería de forma brutal. De fondo suena lo que intuyo que es el bajo pero super procesado. Las melodías de las guitarras en el estribillo son brutales, potentes, que se van como un ciclón de nuevo a ese sonido industrial silencioso, que va in crecendo lentamente hasta romper de nuevo. La canción acaba de manera agónica: una miscelánea de sonidos que son de pronto tapados por el bajo hasta que te revientan las neuronas, jugando incluso con melodías psicológicas, muy fuertes y muy bien estudiadas.
La novena canción es Give Up The Ghost. Es un piano modificado con una atmósfera fantasmagórica y siniestra, que contrasta con la tristeza y la melancolía de su melodía, que se repite en bucle. De pronto suena un contrabajo, con melodía triste mientras el piano suena despedazado y de forma envolvente en 360 grados. Otra melodía de piano se incorpora a este porpurrí de sonidos tristes y siniestros, pero que por primera vez no nos evocan a una factoría como el resto de canciones. La canción cierra capicúa, con el piano del principio.
El broche final lo pone The Last. Es la canción más larga, 14 minutos, y comienza con susurros y un piano secuenciado y cortado. El cantante cambia sus guturales de criatura infernal a una voz melódica grave y suave, mientras la batería, de nuevo hace de las suyas. Puede que sea una de las canciones más black en cuanto a instrumental: ritmos pausados y guitarras tristes. La canción entra en un silencio absoluto de repente durante bastante rato, y de forma prácticamente inaudible hay un sonido muy leve. De nuevo, sonidos que evocan a alguna fábrica (se toman lo del industrial metal muy a pecho), como en una especie de augurio de lo que sucederá a continuación. La verdad es que es una canción que te tiene en tensión porque no sabes qué ocurrirá después, si implosionará alguna guitarra en tu cabeza, o si volverán esos guturales que serían el festín de la peor de las pesadillas. Sobre el minuto 10, ese sonido se corta de repente, y entran otros, efectivamente, como de pesadilla, como si jugara con tu mente. Es una canción bastante experimental y psicodélica, es la representación de una película de terror hecha canción.
En términos generales, es un disco que no deja indiferente a nadie. También es un disco que no cualquiera podría escuchar: da bastante mal rollo porque parece que de verdad están jugando con tu mente. Es un industrial metal con un black muy puro, pero si el industrial metal que escuchas es Rammstein no te va a gustar. Es un estilo que abre la mente y te la intoxica, pero que alterna melodías muy cañeras con sintetizadores que suenan a rayos y sin embargo suena increíblemente bien.