El pasado 22 de febrero nos llegaba el último trabajo de AENIMUS. Para quienes no les conozcan, son una banda de progressive/technical death metal que nace en 2013 y actualmente se encuentra afincada en California. Este último álbum, que tiene como título Dreamcatcher, nos llega de la mano de Nuclear Blast Records, y junto al álbum -que está disponible en todas las plataformas digitales-, los americanos nos traen una gira, cuyas fechas podéis consultar clicando en este enlace, y desde el mismo se pueden adquirir las entradas.
Centrándonos en el álbum, he de decir que ha sido un buen descubrimiento. El estilo de la banda está muy marcado y muy presente en todo el disco, pero no resulta un disco compacto y estático, como puede ser el caso en algunas bandas del género. Los temas tienen contrastes enormes incluso a nivel interno. En más de una ocasión he tenido que comprobar si seguía escuchando una misma canción o había pasado a la siguiente…
He de decir que conviene escuchar el disco entero más de una vez para tener una visión más o menos general del contenido del mismo, ya que, como he dicho es muy dinámico e incluye muchos cambios a nivel externo e interno y aunque los temas son bastante largos (entre 4 y 7 minutos), para nada se hace pesado. Personalmente, destacaría los temas que contienen partes melódicas, como es el caso de Eternal o My Becoming. En el caso del primero, es uno de los más cambiantes de todo el disco, y se hace bastante corto a pesar de su duración (5:15); este tema cuenta con un lyric video que salió al mismo tiempo que el álbum y que podéis ver más abajo, junto al videoclip de Before the Eons, el primer single que presentaron como adelanto de Dreamcatcher.
Siguiendo con el tema de los “altibajos musicales”, resultan más que evidentes cuando hablamos de temas como Caretaker, que en principio es uno más, pero hacia el final de la canción hace una breve pausa y cambia bruscamente; pasa a ser una melodía suave y tranquila. Lo contrario ocurre con el siguiente track, Second Sight, que empieza con una melodía lenta y rompe a los pocos segundos…
Dreamcatcher, tema que da nombre al álbum, es otra de estas partes más “suaves” del disco. Es enteramente instrumental y tiene un ritmo más calmado, sin dejar de lado el toque progresivo, que le añade algo de dinamismo a la canción, pero sin llegar a los altibajos que tienen los temas anteriores; aunque también hay que decir que es el de menor duración (3:12).
Y no hay mucho más que comentar, aparte de que es un pedazo de disco, para los amantes del progressive death metal es un regalo para los oídos. Letras elaboradas, un nivel técnico muy cuidado y, sobre todo, muy dinámico. Os animo a escucharlo, empezando por los dos temas que os dejamos por aquí abajo y que esperamos que disfrutéis.