Por Alberto Zambrano
Fotografías de Bruno.CR y Amandi
Después del tormentoso y lluvioso jueves, nos encaminábamos a vivir la jornada central del RESURRECTION FEST (aunque, en realidad, ya habíamos pasado el ecuador del festival si contamos la fiesta de bienvenida), ya con un sol imperante y radiante. Nada menos que SLIPKNOT, una banda esperadísima por organización y asistentes, nos esperaba ese día en su segunda incursión en nuestro país este verano, coincidiendo además con el final de su gira. Además de los de Corey Taylor, veríamos un montón de bandas más como ARCH ENEMY, TRIVIUM, WHILE SHE SLEEPS… y otras de menos renombre pero de enorme calidad. Estuvimos al pie del cañón desde las dos de la tarde para contarte todo.
Nuestra primera parada volvería a ser en el Chaos Stage. Allí teníamos una cita con INYOURFACE, uno de los tres ganadores del Band Contest de este año, y su hardcore metálico. El primer concierto del día resultaría un chute de adrenalina, pues Lucas a la voz, David a la guitarra y coros, Francisco al bajo y Adrián a la batería crearon todo un torrente de energía del que disfrutamos alrededor de un centenar de personas, a las que se fueron sumando curiosos conforme avanzaba el tiempo. Los granadinos apuraron para presentar el mayor número de temas posibles, entre los que destacaron Savanna o Grassland de su último Wildlife o Animalia de su anterior Arctic // Antarctic. El ambiente fue de menos a más y Lucas terminó lanzándose al público, en consonancia con la euforia y ganas de causar impacto del joven cuarteto. Desert fue su último tema, con el que se despidieron emocionados por la acogida recibida.
Segundo asalto al Chaos para ver a los barceloneses AVIDA DOLLARS, una banda que en los últimos años no se ha prodigado mucho dando conciertos, por lo que era una oportunidad espléndida de cazarles en directo. De su último trabajo de estudio, el EP Catarsis, han pasado ya 4 años, aunque durante el show nos dieron la noticia de que están trabajando en su sucesor y de hecho presentaron hasta tres nuevos temas. AVIDA DOLLARS practican un rock alternativo con influencias del post hardcore y otros géneros (Thrice, Berri Txarrak o Foo Fighters son algunas de sus referencias), dando lugar a una mezcla original que consigue enganchar. Muchos fieles se animaron a cantar las letras de las canciones del cuarteto encabezado por Pablo a la voz y guitarra, que terminó el concierto por todo lo alto regalando merchandising entre los asistentes. Me llevé un grato sabor de boca.
Aunque no sean santos de mi devoción, tenía curiosidad por ver un poco del directo de los madrileños MEGARA, más que nada porque se trata de una de las bandas nacionales más en boga. Su música no me dice nada, pero es que además, si ya tenían poco tiempo, interrumpieron el concierto para llevar a cabo una particular y extensa actuación teatral de una de las escenas más conocidas de Alicia en el país de las maravillas. El hecho me dejó absolutamente descolocado, y no para bien precisamente. En resumen: no es para mí, aunque el Ritual gozaba de una gran afluencia para ver a la banda liderada por Fenzy que, lo cortés no quita lo valiente, es una gran frontwoman.
Fotografía oficial
El Main Stage abría sus puertas para BROTHERS TILL WE DIE. La joven banda de hardcore beatdown es ya veterana en el festival, al que accedieron por primera vez hace cuatro años a través del Band Contest. Eso sí, era su primera vez en el escenario principal, un hecho que no les intimidó en absoluto, aupados por sus legiones de fans. Mucho cachondeo, como es habitual, por parte de su frontman Felipe y también mucho kárate en el pit. Para las idas y venidas que tuvo el sonido del Main durante todo el festival, la verdad es que los madrileños sí sonaron bastante bien. Presentaron algunos temas de su nuevo álbum Touch These Wounds, I Came Back From Death, que salía al mercado justo ese día. Y tampoco faltaron clásicos como Hand To Hand, Back In The Game o Agony Loves Me, con la que cerraron y dieron paso a una outro pastillera en consonancia con su particular sentido del humor. Buen bolo del quinteto, que supo interpretar perfectamente lo que la ocasión requería.
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Momento de pasar por el Desert Stage para ver el concierto de NEILA, uno de mis descubrimientos de este año. Su post-metal con toques doom y sludge no tiene nada que envidiar al de formaciones mucho más consolidadas y conocidas. No les favoreció la hora temprana para crear su clima, pero aún así el sonido y el ambiente del coqueto escenario, que empezaba a poblarse de gente que tranquilamente desde el césped disfrutaba de buena música, rallaron a un alto nivel. Tronos ardiendo o Danza de nieblas para terminar fueron los momentos culmen de la actuación de este veterano cuarteto de Bilbao.
Tocaba vuelta al escenario principal, pues tocaban los ingleses WHILE SHE SLEEPS. Después del percance que les supuso hacía unos días no poder contar con su vocalista Loz en lo que restaba de la gira, la banda se rehízo rápidamente enrolando para estos shows a Scott Kennedy, cantante de Bleed From Within. Al chico se le vio un poco perdido por bastantes momentos, aunque es de entender tratándose de su primer show con los de Sheffield, así que Matt Welsh (guitarra y voz limpia) ejerció de líder. En lo que respecta al sonido, mucho se habla de que en este concierto fue especialmente malo, aunque no sé si fue que me encontraba cerca del escenario que no noté tanto esa circunstancia salvo en el comienzo, cuando los instrumentos no estaban aún bien nivelados. Lo cierto es que disfruté mucho del bolo. No veía a WHILE SHE SLEEPS desde 2014, cuando habían sacado únicamente su primer LP. Mucho ha llovido desde entonces y la calidad de la banda sobre el escenario sigue siendo sobresaliente, y es que por algo han crecido tanto además de por sus composiciones. El set, eso sí, fue bastante escueto, algo que le perdonamos por sus circunstancias. Pudimos comprobar que Anti-Social, de su último So What?, es ya todo un himno, y que la batería de hits de la banda es espectacular: Silence Speaks, Hurricane, Four Walls, Brainwashed… Y eso que, inevitablemente, se quedaron fuera muchas otras, sobre todo de un obviado This Is The Six. Match point salvado por la exitosa formación de metalcore.
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Del Main al Desert y tiro porque me toca, en este caso para disfrutar de los jiennenses SANTO ROSTRO y su stoner/doom. El trío tiró de humor diciendo en algunas redes sociales que habría medias lunas con chocolate en su concierto y hubo gente que se lo creyó. Me pareció bastante cómico el malentendido. Ya estuvieron el año pasado en el festival y la organización les invitó a volver debido a problemas técnicos que experimentaron, mermando notablemente su actuación. Esta vez fue como la seda, a una hora mucho más avanzada que contribuyó a un gran ambiente como alternativa a la rave grindcore de SERRABULHO, protagonistas de la foto de debajo. La banda realizó un amplio repaso a su discografía, que tiene en The Healer su último registro, finalizando con la invitación al vocalista de CABEZA DE CABALLO, quienes tocaron el día anterior, a cantar con ellos sobre el escenario. Sin duda, se desquitaron del mal sabor de boca del año anterior.
Todo estaba preparado para uno de los conciertos más señalados del día. TRIVIUM volvieron a lo grande con su último The Sin And The Sentence bajo el brazo, que recuerda a épocas mejores tras el mediocre Silence In The Snow. Son unos fijos en nuestro país, aunque no visitaban el Resu desde una edición de 2014 en la que la euforia hizo que cediera la valla del foso. Ha pasado el tiempo, pero el tirón de la banda sigue siendo espectacular.
Los de Florida, capitaneados por Matt Heafy, dieron un gran concierto con un repertorio bien elegido y apoyado sobre todo en su último álbum, cuyos temas son ya tan indispensables como viejos hits de la banda. Así quedó demostrado en el celebrado comienzo con The Sin And The Sentence y Beyond Oblivion, que puso a buena parte del público a saltar y a corear sus letras. Like Light To The Flies, de su aclamado Ascendancy, puso inmediatamente la nota nostálgica antes de arremeter con Sever The Hand y la melódica Until The World Goes Cold. Sin duda estaba siendo uno de los conciertos fuera de los cabezas de cartel que más expectación y locura estaban desatando, similar a lo visto otros años con Gojira o Mastodon (o ellos mismos hace cinco años).
Down From The Sky fue la elegida de otro gran disco como Shogun, antes de una inamovible Strife. Heafy parecía disfrutar al ver los continuos mosh pits en la zona frontal al escenario y pidió un circle pit antes de ejecutar la celestial Pull Harder On The Strings Of Your Martyr. Una lástima que (con todo el derecho, eso sí) la banda invitara a subir al escenario a un puñado de youtubers que se pusieron a cantar y saltar en primer plano ante la mirada incrédula de la mayoría. El final, como no podía ser de otro modo, llegó con In Waves, que puso a todo el público a saltar como si no hubiera un mañana. Para mí, fue uno de los grandes conciertos del festival.
Tras una pausa para cenar, y es que había que hacerlo pronto teniendo en cuenta lo que se venía, y ver algo de los deathmetaleros técnicos WORMED, volví por el Chaos a ver a una de las bandas del momento como los británicos VENOM PRISON. Aunque buena parte de su concierto se solapaba con el de ARCH ENEMY, decidí ver el show del quinteto liderado por Larissa Stupar al completo (llama la atención que sean dos bandas lideradas por mujeres las que coincidían). Su mezcla de death metal y hardcore satisface a seguidores de ambos géneros, por lo que su target es bastante diverso dentro de los sonidos extremos. De hecho, fue mucha la gente que se concentró en la carpa para verles. El poderío de su vocalista es digno de mención, al igual que sus letras gore en clave crítica con el machismo y la desigualdad. Este año lanzaron su segundo larga duración, titulado Samsara, del que dieron buena cuenta ante un público entregado.
Aún pude llegar a ver casi la mitad del show de ARCH ENEMY. La verdad, sin sorpresas. La banda encabezada por Alissa White-Gluz apenas varía su repertorio en directo y me empiezan a resultar algo planos (sé que el problema puede ser que los he visto muchas veces), a lo que se le sumó el bajo volumen del sonido desde la zona cercana a la torre de sonido, que hizo que tampoco lograse conectar con el concierto. Ya estuvieron hace un par de años en el festival, aunque regresaban con un nuevo lanzamiento: Will To Power. Cada vez son más aclamados y su giro al mainstream en sus últimos trabajos les ha venido como anillo al dedo para escalar posiciones en festivales y llegar a mucho público joven. Sería ya en el tramo final, con grandes hits como No Gods, No Masters o la siempre efectiva Nemesis, cuando de una vez entré en calor. Ambientazo en el Main Stage previo a la llegada de los cabezas de cartel absolutos de esta edición del festival.
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Precisamente, por ver mejor el concierto de SLIPKNOT decidí sacrificar el de los suecos MILLENCOLIN, con lo que me gustan. Al parecer, sonaron fatal, así que no duele tanto. Me encontraba frente a una gran lona con el logo de los de Iowa, aguardando a que comenzara el show más esperado del viernes y también del festival. Cuando finalizó el concierto de AVATAR ante un nutrido público, comenzó a sonar For Those About To Rock de AC/DC a modo de introducción en el Main.
Al clásico de los australianos le siguió otra intro pero esta ya propia como (515) y, luego ya sí, la lona cayó y pudimos ver a los músicos caracterizados con sus particulares atuendos a la vez que comenzaban a tocar People = Shit y la gente se volvía loca. El ambiente era de éxtasis absoluto; era el concierto que todo el mundo quería ver. Diez años son muchos para ver a una de las bandas de metal más exitosas de este siglo. De hecho, a juzgar por la media de edad, creo que muy pocos de los allí presentes estuvieron presentes en la última visita de SLIPKNOT a la península.
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El comienzo fue absolutamente arrollador, tirando la banda de temas de su primera etapa como (sic), Get This, Disasterpiece o The Herectic Anthem, esta última con la colaboración de miles de personas que hicieron escalofriante el sonido de ese “666” que Corey dejaba en el aire. También tuvieron cabida en este primer tramo del concierto la recientemente estrenada Unsainted o Before I Forget, una de las más celebradas de todo el show. La banda formaba con su clásica alineación de nueve, con unos Alessandro Venturella al bajo y Jay Weinberg a la batería perfectamente acoplados después de su entrada hace cinco años. Como percusionistas, el miembro fundador Shawn Crahan y un individuo que sustituye a Chris Fehn del que poco conocemos, pues su identidad aún no ha trascendido.
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La segunda parte del concierto bajaría las revoluciones. Y es que ni las canciones elegidas estaban a la altura de ese primer tramo, ni era posible mantener esa intensidad apabullante durante hora y media. Así, a su coreado hit Psychosocial la sucedieron otras como la digna The Devil In I o Custer, de su anterior 5: The Gray Chapter, Vermillion o Sulfur. El final volvería a levantar el pabellón y, con fuego everywhere, All Out Life sonó a gloria para después arremeter con Duality, que terminó de encender una mecha que detonaría el Main Stage a ritmo de Spit It Out y Surfacing. La puesta en escena de los de Des Moines es alcanzable por pocas bandas en la actualidad, una verdadera apisonadora de la que fuimos testigos para nuestro gozo.
Para muchos el día de festival finalizó justo ahí, aunque personalmente todavía tenía una cita con dos bandas estratosféricas a las que les tenía muchas ganas: CONVERGE y THE OCEAN. Marchamos al Chaos a ver a los primeros ante una afluencia considerable y con la mítica portada de Jane Doe de fondo. Da gusto ver a bandas de esas que lo dan todo sobre el escenario, y eso es precisamente sello de identidad de los de Boston. Con Jacobb Bannon desgañitándose en cada tema, esta formación de culto y que tanto ha influido en el metalcore venidero hizo las delicias de un gran número de seguidores que se dejaron el alma en un poblado pit. Tras repasar todas las épocas de su carrera, el final llegaría con Concubine después de unos instantes de suspense, y con la gente echando el resto ante una banda a la que le gusta el Resu casi tanto como ella al festival gallego.
Y para finalizar, la perfección de THE OCEAN en el Desert nos dejaría el mejor sabor de boca posible, en otro de los conciertos que serán recordados por mucho. No son muchas las apariciones de la banda por España, la última fue precisamente en el Resu hace cinco años. Era una oportunidad, pues, imperdible para disfrutar de las maravillas de esta banda de post-metal progresivo. Desde la zona central, aquello sonaba como si estuviera pinchado el tema de estudio y obviamente no era playback. Con un Loic Rossetti bastante cercano al público, los alemanes presentaron durante una hora Phanerozoic I: Palaeozoic, su octavo álbum de estudio. Cayeron varios cortes del mismo como Cambrian II: Eternal Recurrence, Ordovicium: The Glaciation Of Gondwana o Silurian: Age Of Sea Scorpions sin fallar ni una nota, entre los que también recuperaron algunos temas de otros trabajos sobresalientes como son Heliocentric y Pelagial. Toda una experiencia que finalizaba ya a las tres de la madrugada.
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Así finalizaba para un servidor el día central del RESURRECTION FEST, en la que vivimos grandísimas actuaciones en todos los escenarios. SLIPKNOT arrasaron Viveiro al fin y con ellos tuvo lugar el concierto más multitudinario del fin de semana. Pero faltaba aún un día, el sábado, que daría para muchísimo. Como siempre, os contaré todo lo que pueda de esa última jornada.
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