Habiendo pasado ya un par de semanas desde que cerrara sus puertas el recinto de Valdebebas que acogió el MAD COOL FESTIVAL podemos echar una vista atrás más sosegada (y descansada) sobre este gran evento. En general, el sabor que se nos queda en la boca es bueno, muy bueno, ya que en esta edición se han solventado algunos de los problemas de años anteriores. Hubo más y mejor organización, menos colas para acceder y para pedir en las barras. Pasar de siete a seis escenarios mejora el tránsito dentro del recinto influido también por el hecho de que la media diaria de espectadores no sobrepasó las 50.000 personas, que algunos achacan a un cartel menos atractivo que otros años, pero que redundó en una mayor comodidad de los que allí estábamos, lejos de las aglomeraciones y agobios de año pasado.
 
 
Otro detalle positivo ha sido la sustitución de la desproporcionada zona VIP frente a los escenarios por dos enormes gradas laterales (con piscina incluida) y dos torres junto a los escenarios principales, dejando así libre toda la zona frontal de los escenarios para el disfrute de los fans de a pie. En el capítulo de cosas a mejorar, debería haber más presencia de bandas nacionales.

En cuanto a lo musical, la variedad de estilos y propuestas es desbordante e inabarcable en su totalidad por lo que aquí daremos cuenta de la selección que pudimos hacer de ese gran buffet libre. Además, este año contábamos con un día más a modo de “Fiesta de bienvenida”. 

 
El miércoles empezamos con los británicos THE AMAZONS que se presentaban en España con su segundo álbum de estudio Future Dust recién estrenado un par de meses antes y del cual tocaron varios temas entre ellos el single 25 o Mother. Rock guitarrero que sonó impecable para calentar motores en una jornada en la que ya se empezaban a alcanzar los 40 grados de temperatura.

 

Los siguientes a los que vimos fueron DON BROCO, a los que tuvimos la oportunidad de ver este mismo año en febrero y que hicieron gala de su propuesta difícil de encasillar. Se mueven entre el metalcore y el pop hortera al igual que los looks de sus miembros. El caso es que tienen su legión de seguidores que se congregaban para corear, botar y disfrutar en definitiva con sus canciones. 

 
 
Los siguientes en aparecer en el escenario principal eran METRONOMY con su electro pop pero decidimos dar una vuelta en busca de algo más fuerte que llevarnos al oído y nos dirigimos al escenario “Consequence of Sound” donde tocaban WHISPERING SONS. Los belgas han logrado una considerable reputación con su sonido post-punk perfectamente ejecutado y cuya cantante parecía estar en un controlado estado de trance al servicio de la música entre humos, contraluces, sintetizadores y sonidos vocales graves. Hay que añadir que los dos escenarios pequeños (Consecuence of Sound y Mondo Sonoro), uno enfrente del otro y cubiertos con una especie de carpa en forma de bóveda semicircular daba la sensación de estar viendo a los grupos en una sala pequeña y oscura (aunque fuera arreciara el sol) donde los artistas se pueden ver un poco más de cerca incluso a pesar de la altura de los escenarios.

 
Así pudimos ver brevemente a los madrileños THE PARROTS concluyendo un concierto con el público totalmente entregado mientras su cantante hacía “crowdsurfing”. 

 
El plato fuerte de la noche para nosotros no era la omnipresente Rosalía sino BRING ME THE HORIZON, aunque solo fuera para constatar la conversión de un grupo que empezó su andadura con sonidos metalcore y que ha terminado derivándose hacia el pop-rock de grandes escenarios donde se mezclan bailarinas y chorros de fuego. 

 
Sobra decir que la propuesta funciona, la puesta en escena es visualmente atractiva y ellos salen a dar espectáculo aunque durante la primera canción parecieron tener problemas con la voz y el público les respondió enfervorecidamente. Sonaron temas como Mantra o Medicine que nos demuestran que son una banda solvente con un líder-cantante cuanto menos carismático. Hacia la parte final del concierto bajo al foso y lo recorrió entero haciéndose selfies con el público hasta encaramarse a una de las torres de invitados para cantar desde allí, con una copa en la mano, Nihilist Blues. El repertorio del concierto se dividió básicamente entre los temas de That’s the spirit y el reciente Amo. Con Drown y Throne pusieron el cierre a un concierto entretenido, donde la gente coreó todas las canciones de principio a fin.