Por Miguel Alegre

DÍA 2

 
Comenzamos el viernes a eso de las seis de la tarde, acusando ya cierto cansancio lógico después de dos días de festival y sin embargo las ganas de seguir disfrutando permanecían intactas. 
 
 
El británico MILES KANE fue nuestro primer artista del día. Apareció con un aspecto de turista recién llegado de vacaciones pero que ofreció un concierto de rock indie entretenido, con buenos guitarrazos y una actitud enérgica. Como curiosidad, tocó una versión de Hot Stuff de Donna Summer junto alguno de sus temas como Rearrange, Coup de Grace (título homónimo de su último álbum) o Come Closer con la que dieron por finalizado el concierto.
 
 
Los siguientes en aparecer en el escenario principal fueron los esperadísimos THE NATIONAL que presentaban en exclusiva en nuestro país su último álbum I Am Easy To Find. Su cantante, Matt Berninger rodeado de una extensísima banda que incluía tres coristas, piano y un impresionante escenario de pantallas consiguió reunir a un gran número de personas que disfrutaron con sus temas. Matt se mostró enérgico y simpático dirigiéndose en varias ocasiones al público, incluso bajando al foso en alguna ocasión. THE NATIONAL es un grupo de los más respetados en el panorama indie, de gran éxito sin tener ninguna canción que pueda llamarse “hit” pero que curiosamente mantiene su público a lo largo del tiempo con una discografía que crece en cantidad y calidad musical.
 
 
Y por fin llegó el grupo más esperado de todo el día y probablemente de todo el festival, THE SMASHING PUMPKINS. Había muchas ganas de ver de nuevo juntos a Billy Corgan, James Iha y Jimmy Chamberlin, tres de los cuatro miembros fundadores del grupo (se echa mucho en falta la personalidad de D’arcy Wretzky al bajo). 
 
 
Mientras sonaba la famosa Zarabanda de Handel (que pertenece también a la banda sonora de Barry Lyndon) aparecieron en escena los músicos. Billy Corgan ataviado con una especie de sotana con un parche en el brazo con la inscripción “SP”. Empezaron a sonar los acordes de Siva y el público enfervoreció. Le siguió Zero y todo hacía presagiar que iba a ser un concierto de los buenos y que habían vuelto con fuerza.

 
El fondo de escenario era espectacular con tres enormes muñecos hinchables que a lo largo del show iban cambiando su aspecto. Hubo tiempo también para algunos temas más recientes como Solara o Knights Of Malta para volver a cargar con el arsenal de temas que en sus treinta y un años de carrera (sin contar los siete de separación) han atesorado.
 
 
Sonó entre otras la apoteósica Bullet With Butterfly Wings, y en la segunda parte del concierto Corgan se dirigió en varias ocasiones al público. A modo de traca final tocaron Disarm, Ava Adore, 1979, Tonight, Tonight, muy coreada, Cherub Rock, The Aeroplane Flies High (Turns Left, Looks Right), para terminar Today y a modo de “uutro” de nuevo Zarabanda de Handel. Sin duda los de Chicago dieron un concierto espectacular, demostrando que la larga espera por su vuelta a los escenarios ha merecido la pena. Como curiosidad resulta raro ver a THE SMASHING PUMPKINS en el segundo escenario y a continuación a VETUSTA MORLA en el enorme escenario principal. 
 
 
Rondaban ya las dos de la mañana y nuestra última cita en la agenda era para WOLFMOTHER, o lo que viene a ser lo mismo Andrew Stockdale y su banda que en esta ocasión era nueva. Rock ochentero potente en el que mezcló temas antiguos como Collosal, Woman o Mind’s Eye con otros más recientes como Victorious con el que abrió el show. 
 
 
Superamos el ecuador del festival con un buen sabor de boca por todo lo vivido en esta jornada imposible de resumir en estas líneas pero que nos va dando idea de que este año puede ser el de despegue de este festival.  
 
 
DÍA 3
 
Afrontamos la última jornada del festival y la que se prevé más concurrida al ser sábado y con un cabeza de cartel suculento que todavía mueve a muchos fieles. Pero los buenos festivales no se distinguen solo por cabezas de cartel impactantes a golpe de talonario sino por tener una oferta musical y de ocio rica y en esta edición del Mad Cool Festival parece que lo han conseguido. Eso se traduce en que a casi cualquier hora del festival haya una o varias cosas interesantes que ver.
 
Por ejemplo quien abría el sábado a las seis de la tarde en el escenario principal era JOHNNY MARR, ex guitarrista de THE SMITHS y se podría decir que leyenda viva del pop rock británico. Se mostró en buena forma y con su capacidad de crear melodías evocadoras intacta. Logró congregar a un buen número de fans para la temprana hora que era, los cuales bailaron al son de canciones como The Tracers, Armatopia o Getting Away With It. Sin embargo, el subidón vino de la mano de Big Mouth Strikes Again, que sonó en segundo lugar, How soon is now? o There Is A Light That Never Goes Out con la que cerró el espectáculo. Todo un lujo.

 
Acto seguido nos dirigimos al escenario Consecuence of Sound donde teníamos curiosidad por ver a LE BUTCHERETTES. Teri Gender-Bender al frente de la formación mexicana es un auténtico animal sobre el escenario: guerrera, poeta, chamánica y sensual. Su punk de garaje influenciado por Talking Heads tiene mucho de catártico: sus letras hablan de machismo, violencia familiar, y problemas mentales. Y a todo ello se ha enfrentado en su vida superándolo para convertirse en la líder de una de las bandas de referencia en el rock mexicano actual. 
 
 
Era el turno ahora en el segundo escenario de PROPHETS OF RAGE la superbanda formada por los ex-RAGE AGAINST THE MACHINE Tom Morello a la guitarra, el bajista Tim Commenford y el batería Brad Wilk junto a Chuck D y DJ Lord de PUBLIC ENEMY y B-Real de CYPRESS HILL. Como grupo solo tienen un disco Prophets of Rage (2017) del que fueron intercalando algunos temas junto a los temas propios de RATM. Fueron estos temas sin duda los que más hicieron saltar y corear al público. B-Real lideraba la banda con su aspecto de jeque árabe, probablemente el idioma se lo facilitaba más mientras Chuck-D permanecía en un segundo plano en cuanto a la relación con el público. Hubo tiempo también para unos cuantos temas tanto de PUBLIC ENEMY como de CYPRESS HILL, así como para el Jump Around de HOUSE OF PAIN (producido en colaboración con miembros de CYPRESS HILL). El final apoteósico vendría con el famosísimo Killing In The Name Of que desató la locura entre el público, mientras una gran pantalla decía “MAKE ESPAÑA RAGE AGAIN”.
 
 
Prácticamente a la misma hora tocaban en el escenario “Comunidad de Madrid” los escoceses MOGWAI. Gran valor en su momento del post-punk dieron un concierto en el que demostraron que no han perdido ni un ápice de saber hacer. Con su sonido pesado y oscuro pero rotundo con sus temas largos pero ejecutados a la perfección.
 
 
Por fin llegaba el grupo más esperado del día, la banda mítica del post-punk y rock gótico THE CURE volvían a la capital después de tres años. Había muchas ganas de verlos y se hacía notar en la enorme cantidad de personas congregadas en torno al escenario principal. Plainsong abrió el show y no fue la única canción procedente del álbum Disintegration del que muchos piensan es la obra maestra del grupo y que reivindicaron con hasta siete canciones del mismo. 
 
Robert Smith con una voz impecable se encargó de hacer un buen repaso a su carrera musical de 40 años demostrando que siguen funcionando en directo. Dos horas y media de concierto dan para mucho y sonaron temas tan clásicos como Lovesong, In Between Days, Just Like Heaven y curiosidad como Burn que grabaron para la banda sonora de El Cuervo. Hubo tiempo incluso para un bis en el que sonaron entre otras Lullaby, Friday I’m In Love o Boys Don’t Cry que sirvió de cierre a un concierto épico.
 
 
El festival estaba llegando a su fin pero aún nos quedaba ver a GRETA VAN FLEET, el grupo que resucita el rock setentero para darle una forma propia. El propio Robert Plant dijo de ellos que se parecía a ellos (Led Zeppelin) y que le daba rabia, todo un halago. 
 
 
Los hermanos Kiszka con veintipocos años lucían peinados y trajes totalmente setenteros en el que sería su primer concierto en España así como ademanes y gestos sobre el escenario que efectivamente recordaban a Led Zeppelin. Mantienen a la audiencia con gran vigor sobre el escenario solos de hasta diez minutos y grandes temas pertenecientes a su álbum de debut, Anthem Of The Peaceful Army (2018) que recordemos fue premio Grammy al mejor disco de rock este año. Sonaron temazos como Highway Tune o Black Smoke Rising junto a baladas como Watching Over. Desde luego si alguien tiene que ser el encargado de pasar el rock “clásico” a las nuevas generaciones, ellos podrían ser los elegidos.
 
La jornada siguiría hasta pasadas las cuatro de la mañana bailando con los ritmos de ROBYN y YEARS & YEARS pero la mayoría del público abandonaba ya ordenadamente el recinto. Este año todo ha sido ordenado en el MAD COOL FESTIVAL, no ha habido grandes colas para entrar ni para pedir en los stands de comida o bebida, se podía transitar tranquilamente por el recinto ni ningún grupo ha dado la espantada como el año pasado. Esta cuarta edición puede ser la de la consagración del gran festival de la Comunidad de Madrid que ya tiene presencia como marca. Ya solo queda esperar a la edición de 2020 que ya tiene fecha.