Fotos DÜNEDAIN por Juan De La Cruz
Fotos NIGHTFEAR por Laura Ruiz (HELLPRESS)

Son pocas las oportunidades que he tenido de subir a Madrid para ver conciertos y siempre ha sido para alguna banda internacionales. Pero por primera vez encuentro un motivo para recorrer los más de 500 km que separan Málaga con la capital, se han juntado los astros, o más bien un cartel nacional de la máxima calidad con dos bandas, aunque para mí el talento no entiende de proveniencia. NIGHTFEAR, una banda de máxima proyección, que por múltiples razones han sufrido un parón en su crecimiento y DÜNEDAIN, la que a día de hoy es a mi gusto la banda más puntera de la escena nacional en metal tradicional.
 
Llegué a la sala Cool Stage 25 minutos antes de la apertura de puertas y para mi sorpresa había una larga cola para entrar. Una vez dentro, el público que en general era reacio a colocarse en primera fila, se pegó poco a poco al escenario. Encontré caras conocida, como aquel chico con camiseta del Rayo Vallecano que me tropiezo en festivales y conciertos de toda la geografía española, o Daniel, técnico de luces durante la actuación de DÜNEDAIN.

 
Se apagaron las luces de la sala y se pusieron en marcha las pantallas de los laterales reflejando el logo de NIGHTFEAR. Llevaba mucho tiempo desando ver esta banda en directo, desde que en 2015 reseñé Drums Of War, mi primera reseña. Como siempre existen las dudas de si la banda sería capaz de recrear en directo su propuesta musical y apenas unos compases se ve claramente que les sobra calidad.
 
Con apenas 35 minutos por delante, la banda desplegó una muestra de sus dos discos y aunque el setlist era escueto, sobró calidad y entrega. Una larga introducción dejó paso a The Profecy, un tema de la vieja escuela con claros toques a HELLOWEEN en la estructura y melodías. Buena manera de abrir boca. Le siguió Breakout, aún más rápida e intensa, Lorenzo deja notar toda la gama de su voz, con una progresión de graves a agudos impresionante. Con Sand Of Fire la banda alcanza un nivel de pesadez poco imaginable, lento, con Óskar marcando ritmo a la batería cual herrero trabajando el hierro sobre un yunque, apoyado en todo momento por Manuel conformando una sección rítmica compacta e impactante. Un descanso en este arsenal de velocidad. Hicieron su primer regreso al disco Inception con Steel Warrior, con voz desgarrada. Víctor e Ismael rivalizan con destrezas en todo momento con guitarras dobladas y solos aguerridos, una pareja de guitarras destacable.

 
Ya llegamos casi al final, con ganas de más, y con Drums Of War y su ritmo endiablado sacian parte de esta hambre. Por buscar un algo negativo, dentro del repertorio de la noche, es quizás la única canción que no me convenció y hubiera optado por algún otro tema. Pero es solo por poner alguna pega a una actuación de 10. Cerraron con su tema estrella Pride. Con un público entregado, correando el tema con la banda.

 
En resumen, una gran actuación, demasiado corta, pero consiguieron convencer a propios y extraños. Solo con ver a NIGHTFEAR merecía el desplazamiento a la sala, quedando lo grueso por venir. Pero ellos ya triunfaron.
 
Setlist
1. The Prophecy
2. Breakout
3. Sands Of Fire
4. Steel Warrior
5. Drums Of War
6. Pride
 
Como decía en mis previas, las dos veces que vi a DÜNEDAIN fue en festivales, con un tiempo más reducido, nada que ver con lo que iba a presenciar esta noche, 1:30 de lo mejor de la banda.
 
Suena la introducción de A un paso del cielo, con Tony ya tomando las riendas de la noche con su voz de calidad, un claro contraste con la vibrante y trepidante de Carlos. El público ya está conquistado. ¡Más de 300 personas en un concierto de una banda nacional! Pocas veces lo he visto. Unos asistentes que no han venido por descuido, ya que desde el primer segundo están correando las melodías de guitarras y las letras, con un gran ambiente desde el inicio. Lo encadenan con otro tema de Memento Mori: Viento de batalla. La noche está lanzada.

 
Entraron en lo que para mí fue el primer momento de trance con un trío de canciones de Pandemonium. El legado dejó patente que Carlos está en forma, al igual que su voz, con agudos sobresalientes e interactuando con el público que tiene a su mano. Palmadas, puño en alto, o intercambios de voces, todo el arsenal de un frontman de primera. El tema que me enamoró de DÜNEDAIN aquella noche de 2016 fue Vuela, y me sigue produciendo un mar de sensaciones, a mi gusto demasiado pronto en el show, pero al parecer lo utilizan de mechero para encender lo poco que queda por prender en la sala. Con Bola de cristal vuelve a escucharse la asistencia tararear la melodía de las guitarras y ese abrupto parón en la entrada de Carlos, casi a capella, apoyado por toda la sala es memorable.
 
Le siguió otra triada dedicada a Memento Mori, con el tema homónimo y el potente Eterno, con su melodía de guitarra tan reconocible marca de la casa. Y terminar con Unidos, el himno del disco. Se podría definir como un himno general del mundo del metal, con una sala saltando puño en alto y cantando al unísono “Hasta el fin estaremos unidos”, no hay mejores palabras para definir el ambiente de la noche.

 
Dieron un salto en el tiempo con La rosa negra, tema perfectamente adaptado para juegos de voces entre Carlos y Tony. Personalmente llegó el momento que más me emocionó de la noche con Hechizo, canción que tengo asociada a momentos muy importantes de mi vida reciente, con un flujo de emociones que casi me provocaron lágrimas, cuando Tony empezó a entonar la introducción. Un momento mágico. Y volvieron con su faceta más agresiva con 1000 golpes, “Cabalgando sigo en pie” coreado por cada alma presente. Momento que se podría calificar de casi épico con ese ritmo de caballito tan típico del power metal alemán. Pero sobre todo con el encadenamiento con Una razón, tal como si fuera un rugido en la noche.
 
La banda hizo un amago de despedirse y volvieron agradeciendo al público por estar allí, y que todo el esfuerzo merece la pena cuando la audiencia responde de semejante manera. Con un medley Buscando el norte/Fiel a mi libertad la sala se vino abajo, una línea recta final emocionante.

 
En todo momento la banda estuvo como un bloque, tanto Mariano, con muchas ganas acompañando a Tony con su guitarra rítmica, o Alberto, con su bajo que no se queda en ningún momento parado. Sin olvidar a Miguel con una precisión suiza a la hora de repartir los ritmos durante todo el concierto.
 
Tu sueño con un toque folk, es otro tema destacado de la banda, con sus arreglos, y esas coletillas al final del fraseo de las guitarras. Y como siempre, la explosión cuando entra la voz de Carlos. Siguen lo agradecimientos y es el momento para volver a los orígenes de la banda con Por los siglos de los siglos, otro himno coreado por toda la sala. Pero ya llegó el fin con Corazón de invierno, otro clásico de la banda que se ha convertido hace ya tiempo en el tema final de sus actuaciones. Esa melodía de guitarra con el bajo por debajo añadiendo matices es una obra maestra. El parón con Tony cantando solo, junto a una última gran intervención de Carlos consiguió dejar a los asistentes hechizados.

 
Una vez acabado quedan con el público para sacarse foto con todos los que desearan. Y fueron muchos, pero la banda se prestó con buen humor, sonrisas y buenas palabras a esta sesión de firmas de autógrafos.
 
En resumen, un setlist completo, haciendo una perfecta mezcla de las distintas épocas de la banda desde sus orígenes, hasta la explosión de los últimos años. DÜNEDAIN tal como está configurado a día de hoy no tiene más limites que los que se marcan ellos mismo, y espero que sean las misma que el estribillo de su tema Fiel a mi libertad en los que se proponen “llegar hasta la cima”, y poco les falta.

 
Setlist
 
1. A un paso del cielo
2. El Viento de la batalla
3. Legado
4. Vuela
5. Bola de cristal
6. Memento Mori
7. Eterno
8. Unidos
9. La rosa negra
10. Hechizo
11. 1000 golpes
12. Una razón
13. Buscando el norte/Fiel a mi libertad
14. Tu sueño
15. Por los siglos de los siglos
16. Corazón de invierno

Gracias a Laura y a HELLPRESS por cedernos las fotografías de NIGHTRAGE.