Fotofrafías cedidas por Palacio Metal Fest
 
Hay algunos eventos metaleros que terminan por convertirse en clásicos de aquellos lugares donde se celebran. El pasado sábado se celebró en Sevilla el PALACIO WAR THRASH que, siguiendo los pasos de su hermano mayor, el festival Palacio Metal Fest de Los Palacios y Villafranca, se ha hecho con un hueco de honor en la escena sevillana con tan solo dos ediciones realizadas. Este evento, sin embargo, no se celebra en la localidad que le da nombre, sino en Sevilla capital. Aunque para este año ha cambiado la sala donde se celebra, pasando a tener lugar en la sala Fanatic. Si el año pasado ya quedó claro que este evento iba muy en serio, presentando un cartel con la vanguardia del género a nivel nacional encabezado por Angelus Apatrida, en esta segunda acometida no iba a ser menos, logrando reunir ni más ni menos que a CRISIX, DUST BOLT y STRIKEBACK, con los algecireños BRUTAL THIN como banda invitada. Una apuesta fuerte que por supuesto no nos íbamos a perder. La organización incluso fletó un bus desde Lebrija, Las Cabezas y Los Palacios, en su intento de ofrecer facilidades para que la asistencia fuese masiva.
 
En los alrededores de la sala Fanatic ya se vivía el ambiente de las grandes citas metaleras cuando llegamos al lugar. Una vez entramos en la sala, de forma puntual arrancó el primer concierto de la noche. BRUTAL THIN es una veterana banda de Algeciras cuyo estilo en la actualidad mezcla sobre todo el groove metal, el thrash metal y el hardcore. Más de 20 años de actividad y ocho discos de estudio contemplan a estos clásicos de la escena andaluza que ya estuvieron en el cartel del pasado Palacio Metal Fest. En esta ocasión no dispusieron de tanto tiempo como aquella vez, por lo que tuvieron que comprimir su repertorio. Pero, aun así, más que presentar su último A muerte, publicado hace unos meses, se decantaron por un setlist variado con muchos temas clásicos, sobre todo de No mereces un castigo para aprender, del que rescataron hasta cinco cortes.
 
 
Quien haya visto alguna vez a BRUTAL THIN en directo, sabrá que estamos hablando de unos primera división nacional, pese a que increíblemente son muy desconocidos para el legado que tienen. Los andaluces, unos habituales de las salas de Sevilla, rápidamente se metieron al público en el bolsillo gracias a esa energía que les caracteriza y que tan bien personifica su frontman Víctor. Aunque al principio escuchábamos su voz algo baja, rápidamente el sonido fue puesto a tono y pudimos disfrutar del show del quinteto en todo su esplendor. Y es que, si algo les caracteriza, es un directo que no hace prisioneros.
 
 
Su concierto fue como un torbellino que arrasó la sala Fanatic. Ruina y A muerte, de su último disco, dieron el pistoletazo de salida a ritmo de hardcore. Los primeros pogos llegarían ya con temas que nos son más familiares y que son auténticos cañonazos, como Vas a infligir el orden, Bien jodido, Dispuesto a luchar o Manifestar el horror, corte en el que colabora Vikingo MD en su versión de estudio. Y, para terminar, una ráfaga de temas más antiguos, mientras el guitarrista Guachi se entretenía lanzando sus sandalias y dejando ver sus vistosos calcetines. Los elegidos para acabar fueron Lacra y Luna, de aquel primigenio y exitoso Tercera comunión, Diabolika (previa intro de Los Chunguitos) y 30 en la patera, que puso a saltar y correr en círculo a buena parte de los asistentes. Y con Víctor lanzándose al público pusieron el broche a un concierto breve, pero tan intenso como nos tienen acostumbrados.
 
 
Y de unos conocidos para el público sevillano, pasamos a una banda que actuaba por primera vez en la capital hispalense. Hablamos de STRIKEBACK, unos thrashers gallegos con dos discos publicados cuyo meteórico ascenso a la fama justificaba con creces su presencia en este Palacio War Thrash. De hecho, había ganas de ver al quinteto de A Coruña entre el público pese a la circunstancia del estreno en suelo andaluz.
 
 
Personalmente, los había visto hace no mucho en el Resurrection Fest y el sabor de boca que me dejaron en su tierra fue muy bueno. Esperaba, pues, bastante de ellos en un concierto en sala. Además, en este tiempo me ha dado tiempo a dar buena cuenta de The Plague, su último trabajo, que es una verdadera patada en la boca. Sobre este se basó un setlist con el que apuraron hasta el último segundo de los 45 minutos de los que disponían.
 
 
La banda se sacó la presión de encima con los tres primeros trallazos de The Plague, que por orden son Wall Of Silence, New Order y B.H.S. No les costó demasiado activar al público, que comenzaba a realizar los primeros circle pits al ritmo de los riffs ejecutados por Flo y Rafa. Y soberbio a las voces estuvo Liber, que no titubeó ni un momento, clavando cada registro y liderando a los suyos con carisma. Primer receso a su debut con Kill Or Be Killed y vuelta a “la plaga” con Until Dawn y el tema homónimo del disco. Sin duda, dos de los cortes que más gancho desprenden, lo cual se notó en la respuesta de los asistentes.
 
 
Anxiety Within continuaba el recital de su último disco, para finalizar el show con una socorrida versión del tema Fucking Hostile de Pantera y su himno This Is Thrash, en la que el guitarrista Rafa decidió bajarse del escenario y compartir con el público los últimos ramalazos del concierto. Sin duda, los gallegos hicieron honor a su buena fama ante un público sevillano que les bailó el agua en todo momento, quedando la banda encantada de este primer bolo en el sur.
 
No es habitual ver a una banda puntera del nuevo thrash europeo como DUST BOLT en Sevilla. Por tanto, este Palacio War Thrash ofrecía una oportunidad de oro de ver a esta formación alemana, quienes serían los segundos en estrenarse en Andalucía aquella noche. Un caramelito que aumentaba más si cabe el interés en este cartelazo. El caso es que los de Baviera no vinieron a Sevilla para no dejar el listón altísimo y dieron un conciertazo con el mejor sonido de toda la noche.
 
 
Trapped In Chaos es el cuarto disco de este grupo, lanzado a través de Napalm Records y que le ha llevado a tocar este año en festivales de la talla del Bloodstock Open Air o el Summer Breeze. La incipiente banda alemana comienza a ser una realidad, y en Sevilla sentaron cátedra de cómo se hace esto. Thrash metal sin paliativos y cristalino para deleite de una sala que pese a no estar llena presentaba un buen ambiente. Y es que, para más de uno, este era el plato fuerte del menú.
 
Comenzaron a toda velocidad con The Fourth Strike, primer corte de su último álbum, mientras movían sus larguísimas melenas de modo que no podíamos distinguir sus rostros. Siguieron con Mind The Gap, un corte de su anterior Mass Confusion, que terminó de avivar el fuego del mosh para regocijo de un Lenny Bruce, vocalista a la par que guitarrista, que corría de un lado al otro del escenario y que tuvo muy buenas palabras para el público y para el resto de bandas del evento.
 
 
El repertorio de los alemanes nos dejó sobre todo interpretaciones de su última referencia. Así, cayeron temas más densos y a medio tiempo como Dead Inside y Bloody Rain y las más frenéticas Killing Time y Rhythm To Madness, que avivaban el movimiento en el pit. La traca final vino con la efímera Sick X Brain, para la que Lenny se bajó de escenario con su guitarra y su micro haciendo que el público girase a su alrededor, dejando una de las estampas más memorables de esta edición del Palacio War Thrash. Con Agent Thrash, de aquel Awake The Riot, se despidieron volviendo a dar las gracias y ovacionados por el público. Aunque el concierto comenzó con un poco de retraso, resultó llamativo el hecho de que tan solo tocasen unos cuarenta minutos. Eso sí, les bastó para no dejar indiferente a nadie.
 
 
Así, llegamos al momento que muchos esperaban con gran expectación. CRISIX no es que se prodiguen mucho por Sevilla. De hecho, como recordaron sobre el escenario, su último concierto en sala en la capital andaluza fue ya hace siete años en la sala Sevilla Rock. Y mucho ha llovido, pues por aquel entonces los de Iguadala eran una banda semidesconocida que presentaba su debut The Menace. El quinteto no podría estar al completo sobre el escenario, pues su guitarrista Albert Requena sufrió una lesión en el brazo que le impedía tocar. No obstante, fue sustituido por Pal, de Bellako, que hizo un favor a sus paisanos.
 
 
Los catalanes seguían presentando Against The Odds, su cuarto disco, que obtuvo unas críticas excelentes y les está haciendo alcanzar nuevas cotas. Su éxito es indiscutible en el país, donde hace poquito, abarrotaban el escenario principal del Resurrection Fest. Pero también lo es cada vez más fuera, tocando incluso por derecho propio en el pasado Wacken Open Air, siendo una de nuestras bandas más internacionales. La progresión de estos chicos es imparable y quién sabe cuál será su límite. Así que esta vuelta a Sevilla se antojaba muy esperada.
 
 
Con dos cortes de este Against The Odds como Leach Breeder y Xenomorph Blood, la banda daba el pistoletazo de salida a un show de una hora de duración. Como la gente arrancó algo fría, Juli Bazooka tuvo que pedir movimiento y sería ya con su clásico Rise… Then Rest cuando este deseo le sería correspondido. El escenario se les quedaba notablemente pequeño, pues era evidente que no podían moverse sobre él todo lo que les gustaría. Algo que también dice mucho de la electricidad de la banda en sus directos.
 
 
Prosiguieron con Conspiranoia, el corte que abre su magnífico From Blue To Black, y en esta ocasión el guitarrista Busi quiso imitar al de Dust Bolt bajándose del escenario y tocando entre un público jaleoso que disfrutaba de la cercana y familiar actitud de la banda. Prince Of Saiyans, en donde el grupo saca a relucir su lado más friki, fue muy celebrada entre los asistentes antes de que Brutal Gadget y su “azúcar” nos sacara una sonrisa mientras Juli tocaba las maracas. Algún tema mas raro de escuchar en directo como Spawn, también de The Menace, nos preparaba para escuchar ese “hit del verano” que es Get Out Of My Head, en la que todo el público se sentó para saltar a la vez al final del tema.
 
 
La banda realizó entonces una especie de medley en donde interpretó trozos de temas de Iron Maiden, Pantera y Black Sabbath a la vez que preguntaban por los gustos del público. Y tras este pequeño parón nos regalaron uno de los clásicos de propia factura como es Bring ‘Em To The Pit, del incombustible Rise… Then Rest. La gente intuía que esto se estaba acabando, así que intensificó su respuesta hasta el final del concierto con violentos mosh pits que hicieron acabar por los suelos a más de una persona. Como no podía ser de otro modo, el colofón vino con el himno Ultra Thrash, casi un apellido de la banda. Cinco minutos de torbellino intenso para echar el resto, mientras veíamos al escayolado Requena sobre el escenario haciendo los coros.

 
Finalizaba así esta segunda edición del Palacio War Thrash, registrando una menor asistencia que en el primero (donde se llegó al sold out), pero cumpliendo con creces las expectativas de todo el que se acercó a esta fiesta del thrash metal. ¿Habrá una tercera edición? Eso solo el tiempo lo dirá. Gracias, como siempre, a la organización por las facilidades dadas.