Crónica y fotografías por Pilaria Shephard
Aportes técnicos por Vael Luthier
Sábado, dos de noviembre. Aparqué el coche frente al bazar que hay cerca de la Garaje Beat Club para ir al concierto de LÁNDEVIR y SALDUIE, quiénes visitaban por primera vez Murcia. Había viajado desde San Javier a Murcia y llegaba excesivamente puntual para ver a los folkies alicantinos. Todo marchaba bien o eso creía. Cuando me dispuse a coger mi mochila donde llevo la cámara y la documentación me encontré que me la había dejado en casa en un soberano y peligroso despiste. ¿Podría solicitar mi pase sin DNI? ¿Podría pedir ambos pases sin la cámara? ¿Y cómo iba a escribir las notas para esta crónica sin mi libreta? Después prácticamente 45 kilómetros me tocó dar la vuelta, recorrerlos de nuevo, recoger la cámara y llegar a mitad de concierto de LÁNDEVIR. Desgraciada podía ser mi segundo nombre esa noche.
LÁNDEVIR
Para cuando llegamos a la condenada Murcia, LÁNDEVIR ya había tocado la mitad de su setlist. Buscando el paraíso fue el tema que eligieron para abrir su concierto, el mismo que inicia su cuarto álbum Desde el silencio. A esa canción le siguieron El espíritu del viento, Miedo, Bodas de sangre, Libre y Magia de su último trabajo; y Noches Celtas, tema instrumental de Sueños Celtas de 2008.
The Glass Of Beer era la pieza que sonaba cuando después de 90 frenéticos kilómetros nos recibió la Garaje Beat Club en un cálido, festivo y alegre ambiente. LÁNDEVIR ya había tocado esa canción en otros conciertos de su gira, uno propio de la música folclórica irlandesa y que hizo las delicias de los fans más folkies de la banda alicantina.
“¿Qué decís por allí? ¿Queréis más? ¡Pues allí tenéis más! Podéis comprar el disco, sí, así es el comercio“, exclamaba José Mancheño, vocalista de la formación desde su regreso en 2016. En este punto es necesario recordar que LÁNDEVIR se formó en 1998 y dejaron el mundo de la música en 2009. Sin embargo en 2013 se reunieron para dar un concierto puntual en el Leyendas del Rock y en 2016 anunciaron su vuelta a los escenarios.
La noche continuaba y perpetuaba el legado de LÁNDEVIR a través de canciones como Versos Perdidos cuyo mensaje esperanzador y positivo es necesario en la complicada sociedad actual. Un tema donde las guitarras de Francisco González y José María Jerez se apoderaron del ritmo y peso del mismo.
“‘¡Vaya público! Sois la hostia. ¿Esto qué es? Sois la avalancha murciana pero…tenemos que irnos…tenemos que irnos más allá del mar“, con tales palabras Mancheño agradecía el entusiasmo de un público que no flaqueó en ningún momento de la actuación de LÁNDEVIR y entregó su voz, su sudor y su pasión. De paso, Mancheño anunciaba la siguiente canción de su setlist, Más allá del mar, con unos ritmos mucho más heavy metaleros de parte la batería de José Fernando Amat.
“Como ya hemos anunciado en las redes socales…no es sorpresa pero…Nuestro compañero de gira, de batallas y amigo Diego Royo de SALDUIE va a subir a cantar un tema con nosotros“, con tal presentación una de las dos voces melódicas del grupo zaragozano se subía al escenario para colaborar en Alba. Ambas voces sonaron coordinadas y armonizadas mientras la dulce flauta de Pablo Guerra las acompañaba a la hora de interpretar este tema de Inmortal de 2008.
Terminada la pertinente colaboración, Royo le agradeció la oportunidad a LÁNDEVIR y le dedicó algunas palabras de halago al grupo con el que había compartido gira conjunta a través de seis ciudades. “Un fuertísimo aplauso para estos putos grandes. Son LÁNDEVIR y tienen que petarlo en toda España“.
“Esta versión tiene ya un tiempo y seguro que ya la habéis cantado. ¡La vida te espera“, adelantaba Mancheño a los asistentes de la Garaje y a los fans más veteranos de LÁNDEVIR. La vida te espera es la particular versión de los alicantinos a ritmo de folk de Eye Of The Tiger de Survivor que publicaron en Sueños Celtas de 2006 y que fue coreada por sus fans con alegría y melancolía.
Sin embargo antes del final de su actuación tocaba regresar a la actualidad mediante Volver de 2018 y que cuenta con videoclip. Volver es una canción de amor donde el bajo de Iván Martínez tiene algunos puntos interesantes y donde los coros de Gonzálvez y Jerez tienen especial relevancia.
Llegó el momento de la segunda colaboración de la noche con Pedro Oliva, vocalista de la banda murciana Hard Love, quién subiría al escenario para cantar Mi nombre es rock and roll. Dicho tema comenzaba con las notas bien marcadas de la flauta de Guerra y vaticinaba el final de un show extenso y completo. ¿Quién no querría tocar una hora y media para hacerlo con tranquilidad y mayor libertad? “Quiero agradecer a todos por hacer posible este concierto. A la sala, a los amigos de SALDUIE y a vosotros que estáis apoyando esta escena”, agregaba Mancheño.
¿Qué mejor broche para una noche folkie que Las Mil y Una Noches? ¿Y qué mejor de forma de interpretarla que acompañados de Inma Ceres y Dave Simarro de Hadadanza, grupo de folk rock alicantino. Folk festivo, alegre, festivo, sin preocupaciones y de la vieja escuela, todo eso era y es Las Mil y Una Noches.
LÁNDEVIR se despidieron de Murcia por la puerta grande ya que pocos grupos pueden decir que la mayoría de los asistentes a uno de sus conciertos se sepan todas sus canciones. LÁNDEVIR es una formación que ha sabido reiventarse, sobrevivir y regresar con energía para hacer frente a los nuevos métodos de consumo de la música. Porque al final no importa el vehículo sino que tu música llegue y la gente reaccione a ella, y a quién no le guste bailar uno de estos temas folkies que se retire. Porque el folk nunca pasará de moda.
Seis largos años han transcurrido desde que escuchase SALDUIE por primera vez y me enamorase de su música y filosofía. Seis años de conversaciones, entrevistas e incluso un TFM de por medio. Seis años que desembocaron en la visita de SALDUIE a Murcia tras tanto tiempo esperándolos. Por fin, los zaragozanos estaban en casa, en mí casa.
El escenario se presentaba oscuro con las dos banderas de SALDUIE protegiendo cada uno de sus flancos mientras uno a uno sus integrantes iban apoderándose del mismo al ritmo de Viros Veramos, la introducción de su último y homónimo disco. La paz se fue diluyendo en la Garaje y de repente, la potencia de SALDUIE hizo acto de presencia en su mayor magnitud. Tocaba cantar por Sedeisken, una de las ciudades protagonistas de la Guerra Sertoriana.
Fuerza, potencia y armonía son los tres elementos que caracterizaron a SALDUIE durante la hora y media que estuvieron tocando en Murcia. Viros Veramos era una propuesta arriesgada al ser el álbum más conceptual de los zaragozanos. Un trabajo que explora y descubre la Guerra Sertoriana a aquellos que se atreven a escucharlo.
“Buenas noches, Murcia. Llega la Tvrma Sallvitana”, anunciaba Diego Royo, una de las voces melódicas de SALDUIE y es que la formación folkie cuenta con tres vocalistas. ¿A qué se debe este hecho? A que Nem Sebastián abandonó durante unos meses el grupo y por ende, Royo entró a ocupar su lugar. Sin embargo Nem regresó y SALDUIE decidió mantenerlos a ambos, un acierto si se me permite la opinión; junto a Diego Bernia que se encarga de los guturales.
Tvrma Sallvitana fue la segunda canción de un setlist que presentó su tercer disco, Viros Veramos, y al mismo tiempo llevó a la palestra a Belos e Imbolc. Increíble y fascinante era la amalgama de epicidad que destilaban no solo los miembros de SALDUIE sino un público que cantaba a pleno pulmón todas sus canciones y se entregaba sin contemplaciones al headbanging y todo lo que hiciese falta.
“Esta canción va sobre un hombre que alcanzó un alto rango…“, con esas palabras Royo introducía Olíndico cuya introducción estaba protagonizada por los vientos de David Serrano y Nem Sebastián; y la batería bien marcada de Sergio. Otro tema donde la fuerza coral de SALDUIE no tiene que envidiar a ninguna otra. Perfectamente sincronizados y cantando cada uno una octava por debajo de su compañero con el registro más alto, las voces de SALDUIE sonaban compactas, mágicas, intensas. Increíble lo que transmitían.
Los Fuegos de Belenus nos traslaban de nuevo al segundo álbum de su trayectoria, Belos y Kalakorikos nos empujaba inmediatamente después a la actualidad. Todo el que sigue a SALDUIE sabe que todos sus pasos son siempre acompañados y bendecidos por uno de los dioses más importantes de los íberos, Netón. Más que canción u oda a este dios, este tema se ha convertido en un himno para los seguidores de los zaragozanos tal y como evidenció la increíble acogida que tuvo por parte de los mismos. Un tema directo, claro, mágico y atmosférico que te conectaba con Netón y la naturaleza.
“Os dejamos con los aullidos del Lobo…los aullidos de Vaélico“, indicaba Royo ante el pequeño descanso instrumental ofrecido por SALDUIE que solo logró aumentar la expectación de los allí presentes, quiénes entusiasmados, sudorosos y pletóricos contemplaban el telón de la sala Garaje cernirse sobre el escenario.
Era el momento de las deidades y de las conexiones ancestrales. Con máscaras que emulaban a las cortezas de los árboles daban rienda suelta a la brutalidad extrema de Bosnerau donde Bernia se encargó completamente de las voces de la banda y rememoró la figura de este ser de las mitologías aragonesa y vasco-navarra que protege los bosques, los rebaños y los pastores; y avisa de los peligros a los hombres a cambio de sus pertinentes ofrendas.
“De puta madre, Murcia…vamos a habalr de un oso que se come las almas…“, con esas palabras Royo introducía Imbolc, tema que da nombre al primer disco de SALDUIE. Agresividad en forma de riffs de las guitarras de Víctor Felipe y Sergio Couto y el contundente bajo de Daniel Galbán es lo que encontramos en el directo de esta canción. Eso sí, sin olvidar las dulces armonías de las voces de Royo y Sebastián. El conjunto era magia ancestral para los oídos.
Después de semejante…batalla, paliza…Llamádlo como queráis, SALDUIE había conquistado la Garaje a través de su armonía, su fuerza vocal y sus líneas musicales bien estructuradas. Y como siempre ha sucedido en cada batalla tocaba descansar o como dijo Royo “bajar un poquito la intensidad” con una bebida llamada Caelia.
Si creíamos que SALDUIE no iba a sorprendernos más nos equivocamos en cuanto Felipe sacó el bouzouki para rasgar las cuerdas del mismo y traernos una de las melodías más folkies y acústicas de SALDUIE. Sin abandonar el bouzoki y la tonalidad acústica Sertorio se presentó ante nosotros aunado por la gaita incansable y determinante de Serrano.
Como dijimos al principio la noche que vivimos el sábado dos de noviembre era única para SALDUIE y LÁNDEVIR, era la última fecha de su gira en conjunto y por ello se permitieron hacer el setlist más largo de todos y con mayores colaboraciones. “Para seguir avanzando con Viros Veramos necesitamos a una bella epona…Ann Messeger de Norwald“, la vocalista de la formación de power metal se integró a la perfección en la sinfonía vocal de SALDUIE ofreciendo su tono poderoso y bello.
La segunda colaboración de la noche sería protagonizada por José Mancheño de LÁNDEVIR en Bestias Númidas. Una vez más el buen rollo, la camaradería y el profesionalismo de ambas formaciones quedaron patentes sobre el escenario. Resultaba evidente y gratificante comprobar cómo ambos grupos habían forjado una amistad importante a lo largo de la gira.
Igual que toda guerra, el concierto de SALDUIE empezaba a llegar a su fin aunque no podía hacerlo sin el pertinente wall of death que se marcaron los más valientes al ritmo de Carus de Sekaiza. Tampoco podían hacerlo sin “una de las locuciones que definía a Roma y es que Roma no pagaba a traidores” y su correspondiente representación musical llamada R.T.N.P.
SALDUIE ya había tocado prácticamente todos sus himnos, todas esas canciones basadas en interesantes epopeyas que recogen la historia de la Península antes y durante la romanización. Historias que en su mayoría han caído en el olvido y SALDUIE va rescatando en todos sus discos. El público no necesitó que Royo le dijese más cuando les pidió que le acompañaran en la historia de otra ciudad que resistió hasta el final.
Numancia siempre ha sido una canción directa que no ha perdido con los años sino que ha ido ganando como el buen vino. Saltos, gritos, melenas al viento, cuernos, puños y espíritus, sobre todo una amplia amalgaba de espíritus que se sincronizaron con bélica belleza para recordar a la inmortal Numancia y a todos los numantinos que plantaron cara hasta el final a los romanos. O lo que es lo mismo: “Numancia por siempre será indómito castro inmortal“.
La guerra está bien pero quedaba un invitado por subirse a las tablas con SALDUIE y no había mejor canción para su teclado que Hidromiel. Wulgar, teclista y vocalista de SOVENGAR, se fundió con la velocidad de las guitarras de Felipe y Couto, los ritmos frenéticos y festivos de Sergio, la gravedad del bajo de Galbán, la deliciosa gaita de Serrano y las increíbles voces en conjunción de Bernia, Royo y Sebastián. En definitiva, nueve folkies que dieron paso a un cierre festivo, alegre y adecuado para un concierto intenso en todos sus sentidos.
Por desgracia, SALDUIE se despedían pero con un mensaje claro y es que ellos no olvidan el folclore de su pueblo, no ignoran sus raíces y traspasan fronteras buscando otros cuando están rodeados de tanta riqueza cultural. SALDUIE visitó Murcia y dejó germinada la semilla de que nuestra cultura, nuestra historia y nuestros antepasados también pueden ser épicos, mágicos, interesantes y sobre todo, únicos. Gracias SALDUIE.