El pasado viernes 7 de febrero tuvimos una noche de primicias, musicalmente hablando, en la sala Caracol de Madrid. Era el debut en Madrid de los teloneros OCEAN GROVE y también era el estreno, pero en salas madrileñas de CROSSFAITH (su anterior visita fue en el difunto Download). Los japoneses también tocaron alguna canción por primera vez fuera de su país natal pero no adelantemos acontecimientos…
Llegué a la sala un poco antes de las 20:10 y me sorprendió la gran cantidad de gente que había para ver a los teloneros. No es que estuviera lleno, pero para lo que es habitual en Madrid había bastante gente. A la hora señalada y salieron al escenario el cuarteto procedente de Melbourne, OCEAN GROVE, formado por Dale Tanner (cantante), Sam Bassal (batería), Matt Henley (guitarrista) y Twiggy Hunter (bajista).
Nada más verles me sorprendió las pintas que llevaban todos, sin ninguna coordinación en la forma de vestir. Dale, por ejemplo, llevaba una falda escocesa y quién sabe si ropa interior debajo (en un principio solo las primeras filas descubrieron la verdad, aunque durante el concierto todos los presentes lo acabamos sabiendo). Su música la autodefinen como odd world music pero a mí me pareció una mezcla de estilos a veces rock alternativo, otros un poco más metal, con pinceladas funk, rap y/o punk aquí y allá. El grupo despertó las simpatías del público y lograron arrancar palmas y aplausos de vez en cuando además de conseguir algún moshpit.
Los dos temas que más disfrutó el público fueron sin duda Sunny, adelanto de su próximo disco que según nos contaron verá la luz en un mes aproximadamente y Ask For The Anthem con el que cerraron brillantemente su actuación de poco más de media hora.
Lo visto hasta ahora era el aperitivo. El plato principal iba a ser una fresquísima ración de sushi recién traída de Osaka que iba a ser servida por Kenta Koie (cantante), Kazuki Takemura (guitarra), Hiroki Ikegawa (bajista), Tatsuya Amano (batería) y Terufumi Tamano (programaciones, teclados). Contaron con la ayuda de un segundo guitarrista en directo, llamado Tama. Hubo algún problema de última hora que hizo que se retrasa el inicio del concierto 10 minutos y para entonces la sala estaba abarrotadísima y el calor empezaba a notarse.
Comenzaron a sonar los violines y el resto de sonidos de System X, señal inequívoca de que esto ya comenzaba. Fueron saliendo poco a poco, primero Tamano, luego Amano, Tama, Takemura e Ikegawa y por último Koie portando una bandera que agitaba por encima de su cabeza. Inmediatamente se pusieron manos a la obra con Xeno como primera canción con la que volarnos las cabezas. El público tenía muchas ganas y la gente se puso a saltar y a formar el primero de una gran cantidad de circle pits, cada uno más grande que el anterior.
Siguieron con Monolith, la canción de CROSSFAITH que mejor comienza en mi opinión. En este tema como novedad el público prefirió explorar las posibilidades de un wall of death.
No sé qué fue antes si la canción Jägerbomb o el patrocinio de Jägermeister al grupo, el caso es que los japoneses llevan el logo gigante de la bebida alcohólica en el bombo de Amano y Tamano se echó unos lingotazos de este licor mientras sus compañeros interpretaban el tema. Micro en mano Tamano se lanzó encima del público y estuvo berreando sus partes mientras se movía encima de las cabezas de la gente.
Antes de la siguiente canción se tomaron un respiro y Kenta aprovechó para preguntarnos si les habíamos visto cuando estuvieron en el Download y también recalcó que era su primera actuación de la gira, la primera vez que venían a una sala de Madrid y nos agradeció haber agotado entradas. Tras este breve parón siguieron con un tema en el que las voces de Koie y Tamano suenan más limpias lo que facilitó que el público pudiera corear ese Make a Move que le da título.
En prácticamente todos los temas se montaron circle pits bastante importantes que centrifugaron a la gente que no tenía ganas de jaleo hacia las paredes de la sala y provocando un buen calor entre los apelotonados.
A continuación, nos regalaron un estreno fuera de Japón, el tema Endorphin que habían publicado esa misma semana. A estas alturas la temperatura en la sala había alcanzado un punto crítico, menos mal que por fin encendieron el aire acondicionado y todos pudimos respirar.
Hicieron una versión de Omen, el temazo de The Prodigy, que, aunque no quedó mal, fue un pálido reflejo de la grandeza de la canción original de Liam Howlett, Maxim Reality y el difunto Keith Flint. Antes del clímax final del tema nos hicieron agacharnos para saltar todos a una.
Con Countdown to Hell se formó el hueco más grande posible para un wall of death que seguro dejó algún magullado. El público lo estaba dando todo y la banda también se notaba involucrada con el loco de Tamano subido a su mesa buena parte del tema.
Se fueron un par de minutos para volver con otro tema enlatado, Deus Ex Machina, antes de liquidar el concierto con Catastrophe y Leviathan. Para entonces la gente había empezado a hacer crowdsurfing.
Creo que cuando el concierto estaba en su mejor momento y el público más disfrutaba llegó el final. Me pareció totalmente insuficiente que tocarán algo menos de una hora teniendo en cuenta que pusieron dos intros grabadas y tocaron solo 10 canciones, una de las cuales es una versión. Aunque esta duración sea la típica en este tipo de conciertos, es un poco triste que sea la costumbre y me quedo con sensaciones contrapuestas: hubo buen sonido y hubo implicación del grupo, pero los concierto breves solo me gustan si son de reggaeton (¡puagh!).
Setlist
System X (VIP remix) (intro)
Xeno
Monolith
Jägerbomb
Make a move
Endorphin
Freedom
Omen (versión de The Prodigy)
Countdown to Hell
Bises:
Deus Ex Machina (intro)
Catastrophe
Leviathan
¿Seguís con la intriga de si el cantante de OCEAN GROVE llevaba ropa interior? Pues la respuesta es sí, afortunadamente 🙂 Aquí debajo tenéis un video ultraresumido de este concierto compartido por los propios CROSSFAITH en su Facebook.