El pasado 8 de febrero tuvo lugar uno de los (cada vez más populares) conciertos de metal extremo en la ciudad de Barcelona. Desde hace ya un tiempo se va notando que las bandas de metal extremo, en general en todo el territorio nacional, gozan de buena salud. En este caso el evento fue organizado por Octopuss Prods, promotora orientada a los sonidos más extremos. Una vez más, es de agradecer que haya iniciativas que trabajen para hacer posibles este tipo de shows, apostando por la música en directo.
El show se había emplazado en la sala Bóveda, que también desde hace ya un tiempo venimos notando que presta sus instalaciones para eventos de metal de todas las escuelas, lo que permite que muchas bandas tengan cabida en la ciudad condal.
Las puertas de la sala se abrieron puntualmente para dar paso al primer set de la noche. Los hermanos Zaratozom y Epojè de SURVIVAL IS SUICIDE saltaron al escenario con su particular propuesta, calentando motores con unos temas muy representativos. En esta ocasión tuvimos la oportunidad de disfrutar de su Retrovolution en todo su esplendor. Había tenido la oportunidad de verles junto a Marduk en esa misma sala, pero esta vez sonaron mucho mejor, más nítidos y notablemente más potentes. Quizá fuera por la disposición del equipo o bien por las características técnicas, pero sin duda, tocaron los temas con comodidad y lograron una respuesta más que positiva de los escasos asistentes en aquel momento.
BARBARIAN SWORDS llegaron al escenario como una tormenta, su sonido explotó ante una, cada vez más llena, Bóveda que esperaba expectante el set de los barceloneses. Su vocalista aprovechó la ocasión, al finalizar el primer tema, para hacer algún que otro comentario sobre la “censura”, probablemente haciendo referencia a su polémica más actual, que hace referencia a la cancelación de un show en el que presuntamente, recibieron presiones por parte de un colectivo feminista.
Sin darle más vueltas a ese asunto, el show avanzó a buen ritmo, mostrando también su particular propuesta de black metal con tintes muy audibles de la escuela doom.
Por encima de los demás temas destacaron los propios de Totemic Anal Turbofucker, su último trabajo. Se notaba que la banda tenía ganas de exponer sus últimas creaciones. Su show se centra especialmente en su vocalista Von Päx, que no solamente ejecuta los temas con energía, sino que interpretaba enfocándose totalmente al público.
Los siguientes en esta velada de metal extremo son los bocheros ALTARAGE, quizá los que más curiosidad me despertaban desde un principio. Hice un buen repaso a sus trabajos editados y comprobé que además de la mezcla habían reformulado el concepto de death metal que querían expresar. Sin duda, el sonido que podemos encontrar en sus temas es algo magnético, algo que emite una energía invisible que atrae cualquier tipo de metal extremo hacia sí. En el escenario aparecieron unas sombras enfundadas en unas telas vaporosas que ocultaban sus rostros, algo que ya de por sí refuerza ese aura de misterio que caracteriza a la banda. A mi modo de ver, ALTARAGE se toman en serio ese aspecto místico, no solo tapando sus rostros, sino también sus identidades, me encantan ese tipo de cosas.
El set empezó con algunos problemas en el sonido, la voz de su vocalista y guitarrista no fue audible hasta bien entrado el show, pero eso no hizo que mermara su potencia ni un ápice. La puesta en escena fue además acorde al aura que quieren emanar, con movimientos rápidos y rostros sin ojos que “miran” al público. Solo con eso, ya nos ganaron a muchos. Su set se fue desgranando y incluso aquellos que no sabían lo que se iban a encontrar acabaron sorprendidos, el caos desatado sobre el escenario no dejó indiferente a nadie. Finalmente terminaron su show con un tema lento y atmosférico realmente pegadizo que se fue apagando lentamente mientras sus vaporosos miembros desaparecían del escenario. Muy, muy recomendables.
Tras una pausa para el ajuste técnico, empezaron a preparar el show de los valencianos NOCTEM. Un candelabro con velas negras apareció sobre el escenario, atrezzando así aquello que quieren ambientar, un sutil detalle que muestra algo que ya podemos ver en el artwork de su último trabajo The Black Consecration y poco a poco todo el mundo empezó a corear el nombre de la banda esperando a que salieran a escena. Hubo algún que otro problema técnico, justo antes de la salida a escena, lo que retrasó el show unos minutos. Finalmente NOCTEM salió al escenario, con energía y determinación, como un cuchillo desgarrando una crisálida.
Es cierto que aunque el sonido era 100% NOCTEM, me faltó algo más de guitarras. No estoy seguro si la actual formación solamente incorpora una o por alguna razón esa noche solamente contaron con una. En cualquier caso, este hecho no supuso un problema para ellos, lograron adueñarse del público desde el primer tema, las primeras filas estaban poseídas por su sonido y puesta en escena, en la que predominaban headbangings y movimientos violentos habituales en las bandas de black metal.
Personalmente tenía ganas de presenciar en directo los temas de su último álbum, puesto, que el giro es más que notable. No me equivocaba, los temas de The Black Consecration sonaron perfectos, la banda ha sabido enfocar y adaptar un estilo a la identidad de NOCTEM, siendo testigo de esto, solo puede augurarse un buen y próspero futuro para la carrera de la banda. Finalmente, recortaron su set, quizá por el restraso causado por el problema técnico, pero aún así provocaron que la sala se entregara al máximo ante ellos. Otra buena muestra que el metal nacional está a la altura de lo que el género ofrece en nuestros días.