De la mano de Century Media nos llega el remaster de uno de los álbumes más representativos de la formación alemana DARK FORTRESS. Esta reinterpretación musical no es la única en nuestros días, últimamente se están remezclando muchos álbumes que en el pasado habían logrado un notable éxito, como es el caso del Cruelty and The Beast de los británicos Cradle of Filth.

 

DARK FORTRESS, como la mayor parte de las bandas actuales de black metal, también ha sido víctima de las etiquetas. Se les ha relacionado con el pagan metal, con el atmospheric black metal etc. En el caso de los germanos, aceptar estas etiquetas, es algo ambiguo, puesto que su fórmula es lo enormemente rica como para ceñirse a etiquetas.

 

Stab Wounds es quizá el álbum con el que la banda llegó al pico de su popularidad entre los amantes del género. Este remaster, se separa ligeramente de ese sonido clásico de las grabaciones de principios de siglo. De hecho, aun habiendo pasado por estudio una vez más, sigue manteniendo ese aroma del black metal de entonces.

 

Los amantes del black metal, en especial los de la vieja guardia, no son muy partidarios de los remasters ni de los remakes de álbumes del pasado, los hay que aman ese sonido difuso y arcaico, una idealización de una época y de un género, pero tengo la sensación que incluso aquellos más radicales pueden disfrutar de este trabajo. Y es que cuando se tiene una joya entre manos, pulirla tan solo realza aún más su belleza.

La disección empieza con Iconoclasm Omega, quizá uno de los cortes más conocidos de la banda. Una forma muy potente de arrancar un álbum de estas características, iniciando la narración con una voz en off al más puro estilo del cine de la Hammer. Entrando de forma tradicional unos blast-beats que logran que el tema encabece la lista entre los destacados de Stab Wound.

 

Self-Mutilation encaja a la perfección con el tinte siniestro que describe la letra. Sangre, pecado y dolor. Un tema que introduce riffs más articulados, propios del death metal. Las atmósferas que aporta Phenex trazan el contorno que necesita un tema como este. Personalmente, he podido leer entre líneas una ligera influencia de los suizos Celtic Frost.

 

Stab Wounds, el track nominativo del álbum, arranca con una secuencia de guitarras que allanan el terreno para los afilados blast-beats que diestramente dispara Seraph tras su muro de percusión. Opino que en esta ocasión, los remasters hacen justicia a los detalles que en ocasiones pasan desapercibidos en ejecuciones tan habituales en el género. Tan solo hace falta prestar atención a la línea de bajo y los platos, se alejan del sonido de trasfondo y pasan a destacar entre la composición. Este es uno de los tracks que vale la pena escuchar con atención si no se conoce a la banda, pues puede ser perfectamente una carta de presentación que introduzca al forastero en las mazmorras de DARK FORTRESS.

 

When 1000 Crypts Awake contiene riffs de la vieja escuela una referencia clara a las muchas influencias del black metal noruego que podemos encontrar en la trayectoria de la formación teutónica. Algunos riffs recuerdan a unos primigenios Satyricon o Dissection, sin dejar de lado la identidad que impregna todo el disco. Melodías octavadas y blast-beats, de nuevo, disparados con maestría.

 

 

Despise The “Living” es uno de los temas más vertiginosos del álbum en el que además se suma una línea de piano sutil y armoniosa. El track recorre a gran velocidad la escala del black metal más clásico. Es uno de los temas más simétricos del disco, con una estructura definida muy al estilo habitual de la banda.  A Midnight Poem entra tras una intro que recuerda a un mantra orado a través de voces sepulcrales. El riff principal, es rítmico y contundente, muy de la escuela de Old’s man Child. La percusión se rebaja a momentos muy atmosféricos que recuerdan a otros géneros como el doom. Un respiro instrumental que sumerge más aún, si es que eso es posible, en el universo de DARK FORTRESS.

 

Rest in Oblivion entra con escalas melódicas muy dadas al headbanging más salvaje. No dejan espacio para minucias, este track descarga todo aquello que tiene que verterse sobre un álbum de black metal melódico, con fuerza y contundencia.  Vanitas… No Horizons desciende una vez más a lo más profundo, es un track que abre con sintetizador y pasa a un piano con una melodía reflexiva que te obliga a recordar que DARK FORTRESS apuestan por lo melódico y lo oscuro. Like a Sonambulist in Daylight’s Fire recuerda más al death metal que al black rabioso del resto del álbum, pero sin dejar de lado los rasgados octavados del black metal tradicional. Si bien es cierto que el tema al completo recuerda más a otras épocas, no pierde ni un ápice de calidad con el remaster. De hecho, actualmente estamos siendo testigos de nuevas bandas que recurren a este estilo. Vale la pena profundizar en las letras del track, puesto que encajan como anillo al dedo dentro de la cosmología y ambiente que crea desde el principio.

 

Con Sleep!los efectos aplicados a las cuerdas generan otra atmósfera muy lúgubre, dando paso a un relato de su vocalista como una línea superficial dentro de la secuencia. Una canción de cuna funesta que invita al descanso, quién sabe si eterno… Endtime cierra el álbum con una parte instrumental muy interesante, de nuevo regresamos a lo reflexivo, a lo melancólico, rozando el doom metal más oscuro.

 

En conclusión, no puede entenderse quiénes son DARK FORTRESS sin pasar antes por este álbum. Una buena carta de presentación para aquellos que quieran acercarse a estos señores de la sombra, que sin duda conocen muy bien su género y saben lo que hacen.

 

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