Un año más, y ya van unos cuantos, desde Metal Korner no podíamos perdernos uno de nuestros festivales predilectos. El PALACIO METAL FEST celebró el pasado sábado su sexta edición en la localidad sevillana de Los Palacios y Villafranca. Lo hacía con un cartel que quizás era algo más duro que en otras ocasiones, formado por SINISTER, DR. LIVING DEAD, SDI, TRALLERY, EVIL HUNTER, REAKTION y DAWN OF EXTINCTION. De lo que no cabe duda es de que el mismo guardaba la esencia y la idiosincrasia del festival: esa que consiste en combinar bandas nacionales emergentes con internacionales que son muy difíciles de ver ya no solo en Andalucía, sino a veces por España.
El festival, un clásico en la agenda sevillana pero que cada vez atrae gente de más puntos de la península, ofreció todo un clinic de organización impoluta y de cómo sortear imprevistos. Y es que los alemanes SDI, quienes tenían que llegar a Los Palacios desde Lisboa, tuvieron un percance en el camino que les hizo retrasar su hora de actuación. Un hecho que apenas afectó a la experiencia del asistente gracias, también, a la profesionalidad de TRALLERY, quienes adelantaron su show y alargaron el mismo lo que hizo falta. Pero empecemos por el principio, ¿no?
Desde muy temprano se vislumbraba la mística del festival cuando las numerosas camisetas negras poblaban la zona del Parque de Las Marismas y alrededores. Como decimos, el festival se ha convertido en una cita obligatoria para mucha gente, cuyo principal incentivo es el espectacular ambiente que se vive en la jornada. Desde sus inicios, es habitual ver a muchos padres que acuden al recinto con sus hijos, ya que la organización lo facilita; una decisión inteligente que permite conciliar la música en directo con las obligaciones parentales.
A las cuatro de la tarde se abrieron las puertas del festival y poco después tendríamos sobre el escenario a la primera banda del día: los barceloneses REAKTION. Ejecutores de un thrash metal fresco que bebe tanto del old school como de corrientes más modernas, aprovecharon esta parada de su gira estatal para presentar su último y segundo trabajo, Learning To Die, ante el público de este Palacio Metal Fest.
Con un show bastante dinámico, la banda supo atraer la atención de un público que iba abandonando la barra para adentrarse en la parte frontal al escenario. Liderados por su frontman Iván Lara, hiperactivo durante todo el concierto, el quinteto gozó de un buen sonido y su propuesta cayó bien sobre los asistentes, que hicieron headbanging al ritmo de A Piece Of God Within, State Of Hate o Sweet Desesperation. Tampoco faltaron referencias a su debut Blackmailed Existence, como el corte homónimo o Prostituted City. Y después de interpretar la versión de Nuclear Beer incluída en su último álbum, la banda se despidió a ritmo de Paraphilia y dejando un buen sabor de boca.
Tras un breve descanso harían aparición sobre el escenario los valencianos DAWN OF EXTINCTION. Tras su participación en la última edición del Resurrection Fest, la banda vive un momento dulce que plasmó con gran actitud en las tablas. Lo que no acompañó en esta ocasión, desgraciadamente, fue el sonido. Una lástima, porque la banda lo dio todo y su propuesta, a caballo entre el death metal melódico, el metalcore y el thrash metal -por momentos me recuerdan mucho a bandas como Trivium o Bullet For My Valentine-, se quedó a medias.
A pesar de esto, el cuarteto supo meterse al público en el bolsillo y las arengas de Cristian Juárez dieron lugar a los primeros moshpits de la tarde. A lo largo de alrededor de cuarenta minutos de actuación, dieron un buen repaso a su último EP Welcome To The New Century, Slaves, del que destacamos cortes como Decadence, que dio lugar a un meritorio circle pit, o Looking The Other Way, contra el maltrato animal. También alzaron la voz en contra de la violencia machista al interpretar Motherfucker, de su hasta ahora único LP Rebirth Of Hate, con un gran feedback del público al corear su estribillo. The Apocalypse, con wall of death incluido, puso el colofón a un concierto que fue yendo a más y donde la comunión entre banda y público fue total.
Llegó entonces el momento de que la banda de corte más heavy del cartel, EVIL HUNTER, deleitara a sus seguidores con su estilo híbrido entre hard rock y power metal. Formada por músicos experimentados que han pasado por formaciones como -ojo- Lords Of Black, Warcry o Alien Rockin’ Explosion, presentó su debut titulado de forma homónima. Con un directo solvente, fueron repasando este disco despertando gran entusiasmo entre parte del público.
No faltó ni uno de los cortes de Evil Hunter, que la banda combinó con sendos solos de guitarra y batería de José Rubio y Gustavo Segura respectivamente (este último lo terminó tocando con las manos). Después de una balada heavy de manual como es By Your Side, con el tándem formado por Open Up Your Eyes y una versión de Balls To The Walls de Accept, concluyó la aparición en el festival de la banda, que no de su vocalista -enseguida sabréis por qué-.
Caía la noche sobre el recinto y con ella se iban a subir al escenario una de las bandas triunfadoras del festival. Como comentábamos al principio, SDI tuvo un percance en su camino a Los Palacios que propició que los mallorquines TRALLERY, haciendo gala de una gran profesionalidad, adelantaran su show, inicialmente previsto tras el de los alemanes. Lo del trío con Sevilla es un idilio que comenzó en 2017, cuando dieron en la tercera edición del Palacio Metal Fest su primer concierto fuera de la isla. Repetirían los dos años siguientes en el Amokafre y junto a Crisix, por lo que esta era su cuarta vez en la provincia y la segunda en el festival.
La banda de thrash metal ha crecido paso a paso en los últimos años y, en esta ocasión, nos presentaron su tercer disco de estudio, recientemente publicado y titulado -con mucha intención- Isolation. En un extenso concierto, alargado de más por el retraso de sus colegas, el trío combinó algunos de los temas más representativos de su último álbum con una breve selección de los dos anteriores. Crystallizing y Spiritless fueron las elegidas para iniciar su repertorio y a partir de ahí, el circle pit fue continuo canción tras canción, en la actuación con más público hasta el momento.
Ghost Rumour y Evil Pride hicieron las delicias de los asistentes antes de que, por unos problemas técnicos que afectaban al vocalista y bajista Humberto Pol Castañeda -quien plantó cara a la fiebre que padecía-, la banda se viera obligada a improvisar mientras esto se solucionaba. Así, después de una jam entre Biel y Sebastià, el vocalista de Evil Hunter, Damián Chicano, se volvió a subir al escenario para cantar una versión de Whole Lotta Love que fue muy celebrada.
Ya con Humberto de vuelta, continuó el recital a ritmo de Scavenger Crow, From Nowhere o White Shadow. Como de costumbre, la banda se mostró cómoda sobre las tablas y encantada con la gran respuesta del público. Después de Isolated y de Collateral Damage, que generó el circle pit más numeroso de toda la jornada, todavía les daba tiempo a tocar una más. Así que optaron por un clásico versionado como Creeping Death, que ya interpretaron este verano en el Resurrection Fest. Al final, más de una hora y cuarto de concierto encumbró a una banda que claramente está en la cresta de la ola.
Después de un merecido descanso para rehidratarse que agradecimos después de tal descarga, por fin, era el turno de la mítica banda de speed metal SDI. Su último disco, 80’s Metal Band, con el que celebran su regreso a los escenarios después de 25 años, es toda una declaración de intenciones. Si bien el álbum no tuvo mucho protagonismo en el setlist del trío, es su forma de decir que no piensan cambiar ni un ápice de su esencia por mucho que pase el tiempo.
Capitaneados por un incombustible Reinhard Kruse, los de Osnabrück dieron sobre el escenario toda una lección de ejecución, dejando patente que la veteranía es un grado. La velocidad de su propuesta, a medio camino entre el thrash metal y el punk rock, hizo que el público, tras un inicio más contemplativo, finalmente diera rienda suelta a numerosos pogos mientras sonaban temas como I Don’t Care, Panic In Wehrmacht o You’re Wrong, de aquel Satan’s Defloration Incorporated. También con una buena selección de su Sign Of The Wicked, del que no faltaron Alcohol, Killer’s Confession o su conocida Megamosh, con la que cerraron su repertorio por todo lo alto.
Llegaba el momento de ver sobre las tablas a uno de los cabezas de cartel; la banda más oscura de las que componían el cartel de esta edición. Hablamos de SINISTER y su death metal old school. Se apagaron las luces de la barra dejando como iluminación en el recinto únicamente las inquietantes luces rojas del escenario, lo cual hizo que nos sumergiéramos más en el universo de esta banda holandesa con más de 30 años de carrera y catorce discos a sus espaldas.
Con semejante currículum, el quinteto encabezado por la contundencia gutural de Aad Kloosterwaard optó con buen criterio por un repertorio repartido entre muchos de sus álbumes. Junto a la de SDI, fue la actuación más madura de todo el festival. Una vez más, la experiencia se notó en un concierto de muchos kilates. Sonido limpísimo que permitió disfrutar como es debido de cortes como Blood Ecstasy, The Grey Massacre o Neurophobic. Poco a poco los mosh pits fueron sucediendo y a la banda se le veía encantada con el ambiente. La apisonadora holandesa, con su directo serio y sobrio, era sin duda una de las joyas de esta edición y podemos confirmar que su directo estuvo muy a la altura. Cómo no, The Carnage Ending, de aquel disco homónimo, fue el tema que SINISTER eligió para finalizar.
Ya solo faltaba una banda por subirse al escenario. Y esa última descarga vendría de la mano de los suecos DR. LIVING DEAD y su thrash metal con tintes hardcore. Cuando decimos que este festival es especial, lo hacemos por cosas como la exclusiva actuación de los suecos con sus cuatro miembros originales, que se juntaron únicamente para esta ocasión. Así pues, era de esperar que su repertorio estuviera basado en su primer disco Dr. Living Dead -sobre todo- y en su segundo Radioactive Intervention -en menor medida-, como finalmente sucedió.
Con sus habituales y características máscaras de calavera, el cuarteto le puso muchas ganas y eso fue percibido por el público, que volvió a estar sobresaliente. Lo que no estuvo a la altura fue el sonido, que por momentos fallaba haciendo que no escucháramos guitarra o voz. Poco importaba, pues aquello era una fiesta. El circle pit no paró de rodar mientras, uno tras otro, iban cayendo todos los temas de su primer disco intercalando cortes como They Live, Suffering, You’re Lost, Mental Warzone, UFO Attack o TEAMxDEADx. Este último, la única concesión fuera de los dos citados álbumes. Y como es habitual, Dr. Living Dead fue el tema que puso el broche a un concierto donde pudieron más las ganas de banda y público que cualquier otro factor. Para la historia este concierto único de una banda tan carismática.
Para finalizar, no queremos terminar estas líneas sin dar nuestra más sincera enhorabuena a la organización del festival por otro nuevo éxito, pero también nuestro agradecimiento. Por su buen hacer cuidando todos los aspectos que nos afectan tanto a medios como a público y, desde luego, por continuar con esta locura otro año más. ¡Nos vemos en la próxima edición!