Tras unos años complicados superando marcha de miembros, el cáncer de la hija de Stainthorpe o la maternidad de Lena Abé, bajista de la banda, además de cambiar de sello discográfico de Peaceville Records a Nuclear Blast, MY DYING BRIDE, uno de los padres fundadores del movimiento doom con 30 años a sus espaldas vuelven con un disco nuevo, más abierto y accesible, The Ghost Of Orion, incorporando a sus filas a Calvin Robertshaw (miembro original de la banda) y al batería Jeff Singer (ex PARADISE LOST), además de algunas colaboraciones muy interesantes que le dan otro matiz diferente, pero siempre con su esencia melancólica y oscura que tan característicos le han hecho.
El álbum lo abre Your Broken Shore, primer single que nos dieron a conocer en formato videoclip y donde se aprecia esa nostalgia, esos riffs oscuros y lentos, junto a la inconfundible voz de Aaron que cambia entre su tono limpio y sus guturales de ultratumba rasgados. ¿Qué encontramos de nuevo en su sonido?, pues ha sido todo un acierto: el violín y los teclados de Shaun MacGowan’s y el cello de Jo Quail, además de emplear algunos coros y partes vocales dobladas que le dan un toque más abierto y melódico, como a este primer tema, made in 100% MY DYING BRIDE, y en este caso Craighan, que ha sido el compositor del mismo.
To Outlive The Gods es más épica, creada con una melodía hipnótica que te atrapa pero que continúa conservando el germen, la base del primer tema, pero las voces limpias de Aaron son más adictivas que nunca. Aunque detractores habrá diciendo que es más “comercial” es un segundo corte muy poderoso, sobre todo en su estribillo y parte final. Tired Of Tears encierra un ejercicio personal en cuanto a lírica se refiere, donde Aaron da riendas a sus sentimientos sobre su hija y la superación del cáncer, que nos lleva hacia la mística The Solace, con la colaboración de Lindy-Fay de WARDRUNA, creando una sinfonía de matices vocales que van más allá de este mundo terrenal, todo un acierto.
Tras nombrar dos interludios, The Ghost Of Orion y el cierre del álbum, You Woven Shore, completamente instrumentales y con un aire melancólico y minimalista, nos quedan dos cortes mastodónticos, de más de diez minutos cada uno. Comencemos con The Long Black Land, un ejercicio dramático que guarda en sí la esencia que siempre nos ha transmitido los ingleses, con ese toque de violín tan característico, guardando una parte central muy emotiva y evasora, a la que se le va uniendo un crescendo de intensidad que llega muy adentro; podía haber durado cinco minutos más y ni te darías cuenta. The Old Earth es un susurro a nuestro yo interior, con la simpleza de la voz doblada y guitarra en su inicio, para otorgarle esa fuerza dramática y de intensidad a través de las guitarras de Craighan, que al ser el único compositor, muchas veces parece repetir estructura o riffs, creando un álbum muy homogéneo, pero que el resto del grupo le otorga esos matices cambiantes tan agradecidos, como en este tema donde Aaron juega con múltiples tonalidades y matices, en un gran trabajo por su parte, albergando una parte final muy poderosa y de la que se echa de menos algunos matices más a lo largo del álbum. Pero al fin y al cabo suena a MY DYING BRIDE, aunque no sea su mejor obra, es un paso más y una nueva entrega para nostálgicos, notable.
Enlaces de interés:
Tracklist
Your Broken Shore
To Outlive the Gods
Tired of Tears
The Solace
The Long Black Land
The Ghost of Orion
The Old Earth
Your Woven Shore