Claustrofóbico. Sofocante. Abrasivo. Denso. Son algunos de los primeros adjetivos que se me vienen a la mente al escuchar Machine Violence, el primer trabajo discográfico de REALIZE. La banda, procedente de Tucson (Arizona, Estados Unidos), se formó en 2017 y debuta con este monstruoso LP, que, de un plumazo, ha puesto patas arriba toda la escena del metal industrial más underground y violento. Olvídate de Rammstein y cosas así. REALIZE no es ese tipo de industrial. Machine Violence se editó el pasado 25 de septiembre a través de Relapse Records.
Con una maqueta editada en 2017, de título Demolition, REALIZE y este debut se presenta ante mi con un sonido chirriante, poderoso y asfixiante. Estamos ante un industrial de corte old-school, con sonidos que se asemejan a los míticos Godflesh o Pitchshifter. También te sonarán a Ministry, los primeros Fear Factory o la época más industrial de Napalm Death. Una auténtica maravilla y un «must-heard» para cualquier amante del género, como es mi caso.
La banda ensambla un disco redondo de puro metal industrial con un sonido hiper agresivo, sucio y punzante. La banda está formada por Kyle Kennedy (Sex Prisoner), Matt Underwood (Sex Prisoner) y Matt Mutterperl (North And Languis). Machine Violence es una amalgama de riffs con una enorme cantidad de distorsión, ritmos asfixiantes industriales y sonidos disonantes. Una máquina violenta perfectamente engrasada que retuerce los cánones del metal industrial hasta llevarlo a un nivel que roza el metal extremo (si es que no lo es ya).
Respecto a la lírica del trabajo, encontramos letras sobre el aislamiento, la alteración de la realidad, simulación y estados de ansiedad críticos. La banda coge inspiración de novelas de ficción de autores como Phillip K Dick o Frederik Pohl. REALIZE redefine el género industrial con temas brutales como Disappear o Slag Pile, que son directos golpes de martillo neumático, con voces distorsionadas y rasgadas que destilan fuerza y rabia a raudales. El sonido del bajo es demencial, asemejándose mucho al del maestro Ben George Christian Green de Godflesh. Una maravilla para los oídos.
Hay que decir que por norma general, el álbum se mueve en un medio tiempo pesado e hiriente, aunque hay algunas tonadas que aceleran por momentos, como Alone Against Flames o Melted Base, formando un inicio de álbum espectacular. Por otro lado, también hay que destacar el proceso de producción y grabación del disco. Y es que, todo lo que escuchamos no ha sido grabado al uso, con amplificadores y demás. Todo el sonido ha sido filtrado y generado por distinto software de edición de audio. La batería está programada al completo en una máquina Alesis mientras que guitarra, bajo y voz han sido computerizados con distintos amplificadores, efectos y modulaciones digitales. La tecnología al servicio de la brutalidad sónica industrial. El resultado no podría ser mejor.
En resumidas cuentas, un álbum de metal industrial con una fiereza exacerbada, una producción robótica pero que no suena excesivamente artificial, llegando a penetrar en tus oídos y removiéndote en tu asiento, con una colección de ritmos y riffs brutales, intensos y super abrasivos. Sin duda, el mejor álbum del año dentro del género. Un álbum de 10 y que dentro del metal industrial, se convierte rápidamente en una escucha (o compra) obligada. 10/10.
Tracklist
Alone Against Flames
Melted Base
Ghost in the Void
Long Stare
Hypermech
Disappear
Simulated World Down
Slag Pile
Gateaway Trial
Heavy Legs in the Mansion
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